BILBAO. ETA asesinó a cinco trabajadores de la central antes de que esta entrara en funcionamiento, y la concesionaria, la actual Iberdrola, desistió de terminarla. Cuarenta años después, con las instalaciones en ruina desde entonces, el Gobierno vasco apuesta por instalar una piscifactoría en el lugar, en tierra, usando las tomas de agua del mar existentes.

Según Tapia y Pozo, cuenta ya con inversores vascos, de Francia y Noruega interesados en entrar en el proyecto, que todavía tardaría entre cuatro y seis años en ver la luz.

Según los acuerdos presupuestarios de este año, los terrenos revertirán al Gobierno vasco.

Actualmente los tiene Iberdrola, pero hoy la consejera ha explicado que si hay que pagar por ellos, sería una cantidad "simbólica", ya que la firma eléctrica se ahorraría gastos y dinero al no tener que devolver los terrenos a su situación inicial para deshacerse de ellos.

Después hay que dar pasos administrativos, como un plan de ordenación del litoral o el proyecto de ingeniería y permisos, que llevarán más de un año, luego dos o tres años de acondicionamiento, para posteriormente levantar la factoría.

Hay dos posibilidades: un proyecto que ocuparía cuatro hectáreas, que exigiría unas inversiones de 18 millones de euros en el acondicionamiento del terreno -que está limpio, ya que no se llegaron a instalar materiales nucleares- más otra de entre 25 y 60 millones para montar la factoría en sí, y otro más grande, con 5,5 hectáreas, que costaría 25 millones en acondicionamiento y entre 32 y 80 de inversión posterior.

Según el Gobierno vasco, todo el dinero lo aportaría el capital privado. Los contactos con inversores han mostrado un "alto interés" en entrar en este proyecto que crearía entre 350 y 550 empleos.

AZTI ha hecho el estudio en el que se ha comprobado que sería factible y viable la crianza de especies como gambas, langostinos, lenguado, rodaballo, salmón y trucha asalmonada, con tecnologías de recirculación de agua.

Lemoiz dispone de tomas de agua y espacio suficiente para que varias empresas se puedan instalar, y además la calidad del agua en el litoral es buena.

El segundo proyecto que se ha presentado hoy estará en funcionamiento el año que viene: se trata de un cultivo de mejillones en Mendexa, en el litoral entre Ondarroa y Lekeitio, relativamente alejado de la costa, a una profundidad de entre 40 y 70 metros.

Tendrá 554 hectáreas, de las que 214 se destinarán a producción, y se van a instalar tres empresas, Matxitxako Moluskoak, Angulas de Aguinaga y la gallega Rinamar, que van a copar el cien por cien del espacio.

La primera empresa será Matxitxako, participada por diversos socios del sector pesquero como Arrankoba, Itsaskorda, cofradías de Lekeitio, Ondarroa y Gipuzkoa, y AZTI.

Matxitxako tiene previsto producir mil toneladas de mejillón en una instalación de 40 líneas, que va a montar a principios de primavera.