La vía vasca del lehendakari para avanzar hacia un nuevo estatus de autogobierno en Euskadi tiene como una de sus referencias claras y actuales el modelo de Quebec (Canadá). Lo volvió ayer a dejar claro Iñigo Urkullu ante la comunidad universitaria quebequense durante una conferencia en la que abogó por realizar en Euskadi un referéndum “legal y pactado”, fruto de un acuerdo entre las fuerzas políticas vascas.
Urkullu participó ayer en Quebec en una mesa redonda sobre la actualidad vasca con la dirección y el profesorado de las facultades de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Laval. Durante su intervención expuso la hoja de ruta del Gobierno vasco para avanzar hacia un nuevo Estatuto que supere el actual, que en última instancia deberá ser refrendado por la ciudadanía mediante un referéndum. Este centro universitario inaugurado en 1938 tiene mucha influencia entre la elite intelectual francófona y la clase política y económica de Quebec, y es una de las principales instituciones que abandera el hecho diferencial francés en América.
La mesa redonda estuvo bañada de algunas referencias a la situación que vive Catalunya tras el referéndum del 1 de octubre, la declaración de independencia, la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la actuación de la Fiscalía y los jueces contra el Govern de Puigdemont y la convocatoria de elecciones autonómicas para el 21 de diciembre. El propio lehendakari aludió al tema al señalar que el Estado tiene pendiente encontrar un encaje para las realidades nacionales que la integran, “algo que se ha puesto de manifiesto estos últimos meses con motivo del conflicto catalán”.
El hilo principal de su mensaje estuvo, no obstante, centrado en sus planes para con el autogobierno vasco. Para ello se miró repetidamente en el espejo del modelo de Quebec, si no como una vía a copiar sí como referencia en algunos de los principios que la inspiran. “Aspiramos a conjugar el principio de legalidad y el principio democrático a poder realizar un referéndum legal y pactado que permita definir nuestro futuro con libertad”, subrayó el lehendakari invocando la vía del Gobierno de Canadá y Quebec. La provincia francófona ha promovido en las últimas tres décadas sin éxito hasta dos referéndums sobre la independencia y ha desarrollado la denominada Ley de Claridad para regular un eventual tercer referéndum en este territorio autónomo de uno de los países considerado como más descentralizado del mundo. “En Euskadi analizaremos con interés esta realidad y vamos a seguir trabajando por la actualización de nuestro autogobierno en el marco de un acuerdo abierto, participado entre las diferentes fuerzas políticas vascas, pactado con el Estado, ratificado por la sociedad y respetado”, explicó Urkullu para referirse a lo que denominó la “vía vasca”.
Tras defender que Euskadi y Quebec son dos naciones que “defendemos nuestra propia personalidad, carácter, autonomía e identidad”, el lehendakari insistió en el modelo de referencia de Quebec para la construcción del nuevo estatus para Euskadi porque se apoya en el diálogo y el realismo, y en los principios de legalidad, bilateralidad y de democracia. “Quebec es una referencia como lo fue Escocia, porque se reconoce la legitimidad de las aspiraciones políticas expresadas de forma democrática por la ciudadanía a la que se consulta y se reconoce la capacidad de decidir su futuro”, dijo.
Dimensión europea Urkullu, que empezó su intervención con una condena del atentado del martes en Nueva York y expresó su solidaridad a las familias de las víctimas y al Gobierno de los Estados Unidos, no olvidó la dimensión europea de las naciones sin Estado y que buscan un encaje y un reconocimiento como realidad nacional en Europa. Así, hizo un llamamiento a la Unión Europea para reclamarle una “respuesta constructiva” a esta situación: “Debe ofrecer una respuesta constructiva, una vía clara, legal y democrática a esta cuestión de naturaleza política”, insistió.
En este punto, el lehendakari se refirió a unas recientes manifestaciones del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, rechazando la independencia unilateral de Catalunya en las que alertaba de que su aprobación abría la puerta a que otras regiones y naciones europeas siguieran su ejemplo. Urkullu dio la vuelta al argumento del presidente europeo y señaló que Juncker “ha reconocido las dificultades de una Europa con 96 estados diferenciados, lo que supone en realidad el reconocimiento de la existencia de 96 realidades nacionales que aspiran a obtener un reconocimiento y un horizonte de claridad en su participación en un proyecto común europeo”.
La intervención del lehendakari no se limitó a la cuestión del autogobierno ya que también abordó el modelo de desarrollo humano sostenible en el que trabaja el Gobierno vasco, combinado con la prioridad de la reactivación económica y el empleo. Asimismo, hizo una mención especial al modelo de Quebec y Canadá para la acogida e integración de las personas refugiadas. El país norteamericano se ha destacado como uno de los mayores acogedores de refugiados sirios e iraquíes tras la guerra contra el Estado Islámico. Desde la secretaría de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación que dirige Jonan Fernández, el Gobierno vasco está preparando programas de acogida y mira con interés las experiencias concretas promovidas en Canadá y en Quebec en materia de patrocinio comunitario. “Una fórmula -a juicio del lehendakari- que permite a la sociedad involucrarse directamente y autoorganizarse en la tarea de la acogida e integración de las personas refugiadas”.