GASteiz - Kepa Urigoitia seguirá cuatro años más como presidente del Colegio de Médicos de Araba (ICOMA), y continúa al frente del Sindicato Médico de Euskadi. Firme defensor de los derechos de sus compañeros, vive con preocupación el escaso reconocimiento de la profesión y reivindica una mejora de sus condiciones, sin olvidar su histórico recordatorio sobre la escasez de facultativos.

No hay nadie que quiera enfrentarse a usted en el colegio de médicos de Araba... Lleva desde 2005.

-Prefiero quedarme con la lectura de que tan mal no lo habrá hecho esta Junta si no ha querido presentarse ninguna otra candidatura.

¿De qué se quejan los dos mil colegiados alaveses?

-De lo mismo que el resto de los médicos del Estado, fundamentalmente de la estabilidad en el trabajo. Las condiciones laborales preocupan en el sector público, sobre todo en Araba, donde la medicina privada tiene menos peso que en Bizkaia o en Gipuzkoa. Existen problemas de eventualidad, de poca contratación de profesionales, de sobrecarga asistencial. Esta sobrecarga repercute en la calidad asistencial porque el tiempo que se puede dedicar a cada paciente se ve resentido. Y si en cualquier trabajo, el tiempo es decisivo, imagínese en la medicina.

Su colega del colegio guipuzcoano ha alertado de que los profesionales de la Primaria están trabajando en unas condiciones precarias.

-Pero no es algo exclusivo de la Primaria. En la Atención Hospitalaria nos ocurre lo mismo. Lo que pasa es que a ese nivel, eso se refleja en que aumentan las listas de espera, algo que en la Primaria no nos podemos permitir. Por eso los profesionales sufren esa sobrecarga de trabajo. Una cosa es decir que la Primaria es muy importante porque es la puerta de entrada de la sanidad y otra que la Primaria pueda con todo, sin que se le pongan los medios suficientes.

Hasta la UE ha puesto en entredicho el sistema de contratación de la sanidad pública vasca.

-¿Ha tenido que venir Europa a decir que no se puede abusar de los eventuales como se estaba haciendo? Lo llevábamos diciendo todos. Se estaba abusando ilegalmente de las contrataciones eventuales cuando en muchos casos eran temas estructurales. Menos mal que, con el acuerdo firmado por SME, SATSE y UGT, el compromiso es que esto se vaya solventando y que las eventualidades se reduzcan a lo que realmente son, bajas, vacaciones, etc... Por eso, desde los colegios estaremos muy vigilantes para que todo lo firmado se cumpla. Para que las OPEs vayan adelante, para que los concursos de traslados se lleven a efecto, de manera que haya fijeza en las plazas y haya unos volúmenes de contratación que vayan revirtiendo esta situación.

Han firmado una OPE de 3.335 plazas. Sin embargo, algunos sindicatos protestan porque no es un número suficiente.

-Suficiente no es la palabra correcta porque suficiente no hay nada. Por supuesto que queremos muchas más. Pero las novecientas y pico plazas de médicos es la segunda mayor en la historia de las OPEs de Osakidetza y la mayor en volumen de plazas hospitalarias.

Cuando llegan épocas vacacionales parece que se produce un desbarajuste significativo con las sustituciones.

-El problema de las sustituciones es antiguo pero se ha agravado al disminuir el volumen de contrataciones para sustitutos. Es tremendo si tengo 1.500 tarjetas, y además tengo que ver las del que falta al lado. Imagine un centro donde hay tres pediatras y desaparece puntualmente el tercero. La pediatría de Atención Primaria nos preocupa seriamente. O se preocupan de estos problemas o se corre el riesgo de tener que organizar la Atención Primaria de otra forma, con concentración en determinados centros, cambio de horarios etc... Yo, lo que creo, es que la atención pediátrica en Primaria debe ser exactamente igual que la Medicina de Familia. Pero hay que pensar por qué cuando se convoca una OPE de Pediatría salen 50 plazas y se presentan 150. Saque usted la conclusión.

En Pediatría hay un gran agujero de profesionales. La crítica recurrente es que muchos médicos de familia ejercen como tales.

-Lo idóneo sería que las plazas fueran cubiertas por pediatras. Aquí tenemos varios problemas pero también el idiomático. En Baleares han recapacitado y han dicho que con esta falta de profesionales vamos a pasar de puntillas por el tema de idioma y no vamos a exigirlo. Aquí la exigencia del idioma ha dificultado mucho cubrir las plazas que vienen con el perfil.

Va a haber un déficit serio de profesionales por el gran volumen de jubilaciones en los próximos años.

-El déficit de profesionales existe. Hace ya unos quince años que vengo hablando de este déficit y del envejecimiento de la plantilla y nadie me ha hecho caso. Aunque solo había que ver datos y proyecciones. Los políticos son un poco cortoplacistas. Pero la sanidad no puede estar en ese juego. Requiere de un consenso político y de una negociación para ir mejorando. Puede haber gestiones mejores o peores, pero tiene que haber acuerdos. Porque si no, unos niveles de calidad reconocidos internacionalmente, como son los que tenemos en este país, pueden resentirse y, de hecho, se están resintiendo. Que no me digan que no es un problema la disminución de la calidad, que no me digan que no es un problema que estén aumentando las listas de espera. O la sobrecarga de la Primaria con la quemazón consiguiente de los profesionales.

¿También falla el ratio médico-paciente?

-Sí. En la Primaria estamos hablando de que cada médico atiende 1.500 tarjetas sanitarias. Y ya hace mucho que pedíamos que fueran 1.200. Hicieron unos centros de salud muy ambiciosos. No solo eran para pasar consulta. Eran para hacer investigación, consulta clínica, hacer una medicina con formación continua de los profesionales. Pero para eso hace falta tiempo. Y también llevamos años pidiendo cuál es el cronograma de las siete horas de estancia de la consulta. Cuántas horas para consulta, para visitas domiciliarias, para formación... El médico empieza la consulta a las 8 de la mañana y termina cuando se va. A pesar de todo, los profesionales de este país han demostrado su aguante y su apuesta por el sistema de salud gracias a la cual la calidad aunque se haya resentido, se ha resentido menos de lo que pudiera haberlo hecho.

Y encima, con este panorama hay mucha gente que se va a trabajar fuera .

-Los datos a nivel del Estado son preocupantes porque estos últimos años se han ido del orden de tres mil médicos al extranjero. ¿Cuántos se han ido del País Vasco? Pues los controles los llevamos a través de los certificados que se emiten desde los colegios y están a punto de salir.

¿Por qué se van?

-Hay varias razones. Tanto por reconocimiento social como por reconocimiento económico o por la posibilidad de acceder a una plaza. Son generaciones acostumbradas a salir al extranjero, con dominio del inglés, y se van fuera a buscar su futuro. Recibimos muchas solicitudes para cubrir plazas de médico con unas condiciones que le dan sopas con honda a las nuestras.