barcelona - A pesar de la advertencia de la delegación del Gobierno español, que avisó que el acto era ilegal, el Tarraco Arena de Tarragona abrió sus puertas con normalidad y la campaña electoral por el sí en el referéndum del 1 de octubre arrancó sin sobresalto alguno. Carles Puigdemont, su equipo de gobierno y los líderes de los partidos y asociaciones promotoras de la consulta se dieron un baño de multitudes en el primero de los tres actos conjuntos que celebrarán en las próximas dos semanas.
Con la plaza de toros atestada con 8.000 personas en la grada y en la arena, las consignas a favor de la independencia se combinaron con las llamadas a no amedrentarse ante la cascada de advertencias y amenazas procedente desde las instancias judiciales, políticas e institucionales del Estado español. El acto de inicio de la campaña vino ayer precedido de otra oleada de querellas contra los impulsores del referéndum para tratar de cortocircuitar la logística operativa del 1-O.
Hasta cinco querellas se contabilizaron ayer en una ofensiva dirigida desde diferentes ámbitos: desde la Fiscalía (contra las asociaciones de municipios y los alcaldes, y contra la Sindicatura electoral), el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (pidiendo a la Guardia Civil que vigile a los medios de comunicación y que desactive dos páginas web sobre el 1-O), desde el Gobierno español (advirtiendo a los secretarios municipales y los interventores) e incluso desde la dirección de Correos (avisando a sus empleados que vigilen si hay cartas de la Generalitat).
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, fue el encargado de cerrar el mitin y lo hizo con un llamamiento a votar en el referéndum del 1-O. “Cuando decimos de hacer un país nuevo no decimos de cambiarle el nombre para hacer un país que hace lo mismo que el anterior. En Catalunya viviremos y dejaremos vivir. Y esto el 1 de octubre quedará claro”.
Sus mensajes estuvieron claramente dirigidos a los indecisos que no tienen claro que el referéndum tiene las debidas garantías o a quienes creen que finalmente no se pondrán las urnas y han bajado la guardia. “Nos dicen que el 1 de octubre no votaremos. ¿Qué creéis que pasará el 1 de octubre? Claro que votaremos”, arengó a la multitud.
El president tuvo palabras de ánimo y solidaridad hacia los cargos que han recibido alguna querella por su participación en el desarrollo del referéndum. “Bienvenidos al grupo de los querellados”, afirmó en referencia a la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia, Neus Lloveras, y el presidente de la Asociación Catalana de Municipios, Miquel Buch, presentes en el acto, que precisamente ayer recibieron sendas querellas por su apoyo al 1-O.
Puigdemont tambien bromeó con la advertencia del delegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, que pocas horas antes del mitin y preguntado por si el Estado se planteaba frenar el acto de inicio de la campaña, afirmó que no descartaba absolutamente nada porque “es evidente que, ante este principio de firmeza, toda medida va a tener una respuesta proporcional”. De hecho, el subdelegado del Gobierno en Tarragona avisó al responsable de la plaza de toros, propiedad de la Diputación, de que podría ser constitutivo de delito la celebración del mitin y que se atuviera a las consecuencias penales. Ninguna amenaza tuvo efecto alguno. “Dijeron que este acto no lo haríamos, pero lo hemos hecho. Y por la gente que hay fuera, lo podríamos hacer dos veces”, jaleó el president a la concurrencia.
El líder de ERC y vicepresidente de la Generalitat de Catalunya, Oriol Junqueras, precedió en el turno de palabra a Puigdemont y en su intervención aseguró que cree que es “importante” que se movilice el no. “Si lo hacemos demostraremos que esto se trata de democracia”, afirmó.
negociar el 1-o Puigdemont, Junqueras, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, instarán al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a negociar la celebración del referendo el 1 de octubre, indicaron ayer diplomáticas europeas. Así se pronunciarán en una carta conjunta que prevé publicar hoy un medio europeo, en la que pedirán a Rajoy no cerrarse al diálogo y disposición para negociar todavía la consulta. El Gobierno español replicó que no es posible negociar sobre el referéndum porque se trata de un acto ilegal y que si “realmente” tienen “voluntad de diálogo” deben retirar la convocatoria del referéndum.