MADRID. La capilla ardiente de la artista madrileña, que sufrió un infarto cerebral hace unos meses, será instalada en el tanatorio de San Isidro de Madrid.

Nati Mistral nació en el seno de una humilde familia madrileña el 13 de diciembre de 1928. Siendo una niña se incorporó al Teatro Español; con quince años, ganó un premio en Radio Madrid, cantando un fado, y fue contratada por la compañía de Lola Flores y Manolo Caracol.

En 1947 Arthur Kaps y Franz Johan le propusieron una gira por Europa con su famosa compañía "Los Vieneses"; se quedó en Alemania cinco años, y allí logró olvidarse del plantón que le dio su novio, Tony LeBlanc, que había "dado la "espantada" cuando ya preparaban la boda.

Con quien sí se casó años después, en 1959, fue con el industrial barcelonés Joaquín Vila Puig, "el amor de su vida", que murió en 2014. No tuvieron hijos.

A partir de 1957, encadenó un éxito teatral tras otro trabajando para Luis Escobar; a "Te espero en el Eslava" siguió "Ven y ven al Eslava", "La Bella de Texas" y "La Perrichola y, en 1966, la primera versión en Madrid de "El hombre de La Mancha".

Siguieron "La corte del Faraón" y dramas como "Fortunata y Jacinta", "Bodas de sangre" y "Anillos para una dama". Una de las aportaciones de las que se sintió más orgullosa fue su interpretación en "Divinas palabras" de Valle-Inclán (1962).

Entre sus últimos trabajos teatrales destacan "La malquerida", "La Celestina" y "La Dorotea" (2001), "Inés desabrochada" (2004) y "La gracia que no quiso darme el cielo" (2005), un collage dramatizado de diversos poemas de Cervantes.

Mistral también hizo cine; debutó con un pequeño papel en 1946 y después hizo varios protagonistas; "María Fernanda, la Jerezana" o "La Nao Capitana", "Currito de la Cruz" (1949), "Cabaret" (1952), "Mis Buenos Aires queridos" (1962) o "Canciones de nuestra vida" (1975). La última, "Frutilla" (1980).