LONDRES. Downing Street ha publicado un nuevo informe --el segundo en lo que va de semana-- con las líneas generales de su propuesta para la configuración de la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda a partir de 2019, cuando está previsto que el país abandone la organización regional.

Reino Unido ha subrayado que el Acuerdo de Belfast o los Acuerdos de Viernes Santo, que en 1998 pusieron fin a décadas de enfrentamiento entre nacionalistas y unionistas, debe estar en el "corazón" de las negociaciones sobre esta frontera.

Así, "el acuerdo de retirada (de la UE) debe reconocer que el pueblo de Irlanda del Norte seguirá teniendo derecho a las dos ciudadanías, la irlandesa y la británica". "Cualquier persona en Irlanda del Norte que sea ciudadano irlandés seguirá beneficiándose de la ciudadanía europea", ha añadido.

El Gabinete de Theresa May aspira igualmente a "proteger el Área Común de Viaje (CTA, por sus siglas en inglés)", un acuerdo de libre tránsito que permite a los ciudadanos británicos e irlandeses cruzar esta frontera sin apenas controles.

"Al comprometernos a mantener el Área Común de Viaje, que existe desde hace casi un siglo, nos estamos asegurando de que los ciudadanos británicos e irlandeses podrán seguir viajando, viviendo, trabajando y estudiando en los dos países", ha destacado el ministro para el Brexit, David Davis.

En lo tocante al tráfico de mercancías, Londres se remite a la propuesta que hizo el martes para mantener una "unión aduanera común", con 2022 --cuando están previstas las próximas elecciones generales-- como fecha límite, hasta que cierre con Bruselas un acuerdo comercial definitivo.

Reino Unido pretende "evitar una frontera dura para el movimiento de mercancías --no debe haber ninguna infraestructura física--", así como "preservar la amplia cooperación institucional con Irlanda del Norte e Irlanda", reza el documento gubernamental.

El informe indica además que su intención es mantener la financiación a los proyectos para la paz y la reconciliación sostenidos ahora con fondos europeos y explorar nuevos proyectos mas allá de 2020, cuando concluirán los programas vigentes, algo que May ya había avanzado en un artículo publicado este miércoles en el 'New Irish'.

"SOLUCIÓN PRÁCTICA"

El ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, ha considerado que esta propuesta ofrece "una solución práctica que reconoce la especificidad económica, social y cultural de la frontera con Irlanda sin crear nuevos obstáculos".

"Creo que es posible encontrar una solución que funcione para Reino Unido, Irlanda del Norte, Irlanda y la UE", ha dicho. "Está claro que hay muchos puntos de interés común (...) Debemos trabajar juntos", ha sostenido Brokenshire, de acuerdo con el comunicado del Número Diez.

May ya había dicho en el 'Irish News' que sería "inconcebible" que el Brexit se tradujera en una "frontera física" entre Irlanda del Norte e Irlanda, por lo que confió en que este asunto, que Dublín también ha fijado como prioridad, pueda acordarse en las primeras fases de la negociación con la UE.

"Nadie puede fingir que nuestra historia siempre ha sido fácil pero, ahora que Reino Unido ha comenzado un nuevo capítulo, no daremos marcha atrás en los avances históricos que hemos conseguido con Irlanda del Norte y en toda la isla (de Irlanda)", ha sostenido la primera ministra.