bilbao - El PNV no ha alcanzado todavía un acuerdo con el Gobierno español sobre el techo de gasto para el próximo año. En cualquier caso, los jeltzales confían en que ese acuerdo se produzca y tomarán una decisión el lunes en la reunión de su ejecutiva. Las fuentes consultadas admiten que no es una negociación excesivamente compleja porque no tiene cariz político ni se pactan contrapartidas. Únicamente se trata de pulir al máximo aspectos técnicos, los números referidos a la disponibilidad de recursos y otras exigencias europeas. Además, la vocación del PNV es influir en los Presupuestos estatales del próximo año para lograr traspasos competenciales e inversiones para la comunidad autónoma de modo que, para que haya proyecto de Presupuestos y esa negociación llegue a producirse, antes debe aprobarse el techo de gasto, que fija el marco general a partir del cual se redactan las Cuentas. Por ello, su actitud es de absoluta disposición al acuerdo y mucho tendrían que torcerse las conversaciones para que hubiera un voto en contra, aunque las fuentes consultadas matizan que aún quedan flecos técnicos que hay que pulir con el equipo del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. La votación en el Congreso de los Diputados será el martes.

En paralelo, la relación entre los departamentos de Hacienda de ambos gobiernos está siendo muy fluida. Tienen que abordar algunas cuestiones pendientes sobre el Cupo, y esas conversaciones se están solapando con aspectos relacionados con el techo de gasto. Se prevé que la Comisión Mixta se reúna en la semana del día 17. En ese encuentro firmarán la Ley Quinquenal del Cupo, que regulará hasta 2021 el método de cálculo del dinero que paga Euskadi al Estado por las competencias no transferidas; abordarán las conexiones en la recaudación de algunos impuestos, y se fijarán los objetivos de déficit de la comunidad autónoma hasta 2020. El Gobierno Vasco ya los había pactado hasta 2019, pero ahora va a producirse una actualización que le beneficia porque Montoro ha decidido abrir la mano con todas las comunidades autónomas. En concreto, el límite subirá del 0,3 al 0,4% el próximo año, lo que supondrá unos 70 millones más de disponibilidad presupuestaria. En 2019, pasará del 0 al 0,1%, mientras en 2020 el ajuste será total y quedará en un 0%.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, admitió ayer en Radio Nacional de España que el techo de gasto “puede encauzarse fácilmente”, aunque su partido se tiene que asegurar de que “el cálculo de los ingresos esté bien hecho y nos pongamos de acuerdo en el límite de déficit”. El jeltzale recordó que el techo de gasto es una cuestión importante “por ser condición” para que haya Presupuestos. El diputado del PP Leopoldo Barreda interpretó sus declaraciones como una muestra de voluntad y de que el acuerdo puede llegar más pronto que tarde.

Mariano Rajoy necesita, al menos, 175 votos afirmativos y una abstención. Ya suma 169 tras el acuerdo con Ciudadanos, con quien ha pactado que los mileuristas no tengan que pagar por el IRPF. El voto de Coalición Canaria y la abstención de Nueva Canarias también están más cerca porque las islas aceptaron ayer el límite de déficit propuesto por Montoro. El presidente español necesita, además, los cinco votos del PNV. Solo así podrá superar el primer obstáculo en el camino hacia la aprobación de los Presupuestos, que se registrarán en el Congreso en septiembre. El PSOE confirmó ayer su negativa tajante a entrar en una negociación con Rajoy sobre cuestiones económicas. Votará en contra del techo de gasto y tampoco se le espera para los Presupuestos. Esa negativa hace indispensables a los partidos canarios, el PNV y Ciudadanos. Todos ellos han visto reforzada su posición en las negociaciones, donde esperan encauzar demandas clave de su programa electoral.

Los jeltzales hacen la lectura de que se encuentran ante una oportunidad histórica. Rajoy gobierna en minoría y tiene cegadas casi todas las vías para llegar a acuerdos: no puede contar con los nacionalistas catalanes por el proceso soberanista, el PSOE de Pedro Sánchez rechaza cualquier acercamiento en el plano económico, y Unidos Podemos nunca fue una opción para el PP. Esta situación ha provocado que los populares hayan lanzado señales de que algunas demandas que hasta ahora eran una línea roja han dejado de serlo, como los traspasos de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y las prisiones. Son dos demandas nucleares en la agenda jeltzale.