bilbao - Tras una etapa marcada por la negociación del Cupo, las transferencias vuelven al primer plano. ¿El Gobierno Vasco quiere dar un acelerón para cerrar esta página y entrar en la era del nuevo estatus?
-No es que pongamos énfasis ahora en las transferencias. Esta reivindicación se ha mantenido sin alteraciones desde la pasada legislatura. Para mí es de singular importancia trabajar en un nuevo estatus, pero eso no está en manos del Gobierno, sino de la ponencia parlamentaria. Desearía que el nuevo estatus viera la luz esta legislatura pero, mientras tanto, no podemos cerrar los ojos. El Estatuto de Gernika sigue vigente y está incompleto, y creo que es un deber moral, jurídico y político seguir trabajando para que se complete.
¿Qué tiempos maneja para completar esas transferencias?
-Esto es algo que el Gobierno no puede planificar unilateralmente. Será fruto de un acuerdo en el seno de la Comisión Mixta de Transferencias. Todavía ni se ha constituido la Comisión para hablar de estas transferencias. Primero habría que avanzar en unas conversaciones previas que convenzan al Gobierno español de la necesidad de poner en marcha esos foros bilaterales. Es difícil fijar fechas pero, cuando hay voluntad política por parte del Gobierno, las fechas se reducen a lo mínimo. Las últimas transferencias se materializaron en la última etapa del Ejecutivo de Zapatero, yo estuve en la sala de máquinas, y los acuerdos avanzaron en la medida en que al Gobierno español le hacía falta el apoyo del grupo parlamentario en Madrid... Si hay voluntad política, se puede.
Si la intención es dejarlo cerrado antes de elaborar el nuevo estatus, estaríamos hablando de un periodo de tiempo corto...
-Espero que el cumplimiento íntegro del Estatuto se produzca antes de la aprobación del nuevo estatus pero, si no fuera así, nuestro empeño sería procurar el desarrollo del nuevo estatus incluyendo las materias que quedaron incompletas del anterior.
¿Ha comenzado a hablar con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, sobre el traspaso del régimen económico de la Seguridad Social, prisiones y ferrocarriles?
-Sobre estas materias en concreto, aún no. Hay una cosa que conviene aclarar. La ponencia de autogobierno ha pedido al Gobierno Vasco que actualice el listado de transferencias de 1995. Han pasado muchos años y se han producido algunas modificaciones de la legislación y la jurisprudencia. Esa actualización estará lista para cuando arranque el curso político. En las tres transferencias que hemos mencionado, no se han producido cambios, y no hay que esperar a esta actualización. En los ferrocarriles ha habido cambios, pero no en contra de nuestra reivindicación. El Gobierno español ha declarado algunas líneas de interés general, y el año pasado el Tribunal Constitucional reconoció que algunos tramos no son de interés general, sí son transferibles y siguen ilegalmente en manos de Madrid. Mañana mismo podemos poner encima de la mesa esta reivindicación.
¿El pacto de gobierno con el PSE va a restar ambición al traspaso del régimen económico de la Seguridad Social? El PNV tiene como aspiración política un sistema vasco propio de pensiones...
-Lo que estamos planteando es la transferencia que resulta del contenido del Estatuto de Gernika, no de la máxima aspiración del PNV o el Gobierno Vasco. El Estatuto dice que lo que corresponde a Euskadi es la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, y establece en su disposición transitoria quinta que los dos ejecutivos trabajarán en esa transferencia sin romper la unidad del sistema. Si el nuevo estatus contemplase una competencia más amplia, entonces operaríamos con esa norma.
¿Ve voluntad política en el PP? Ha dejado ver que la Seguridad Social y prisiones ya no son línea roja.
-No es que la vea. Yo la reclamo.
¿Un veto del Gobierno español en este sentido dinamitaría la nueva etapa de colaboración con el Ejecutivo vasco?
-La agenda vasca del lehendakari incluye muchas materias. No creo que el hecho de que no sea posible avanzar en unas tenga que conllevar necesariamente renunciar a las demás.
¿EH Bildu está sola defendiendo una vía unilateral a la independencia como la catalana?
-Bueno, no sé si están solos o no. Tampoco sé lo que defienden. Euskadi ha acordado, también con el voto de EH Bildu, constituir una ponencia en el Parlamento para afrontar el autogobierno. EH Bildu está integrada en esa ponencia como el resto, ha hecho propuestas...
¿Se equivoca EH Bildu con su apuesta?
-Hoy por hoy, con independencia de lo que preconice, ha votado a favor de la creación de una ponencia parlamentaria de autogobierno y está colaborando con ella. Todas las formaciones tienen sus ideales, pero todas han hecho causa común en la defensa de esa estrategia.
Según el Deustobarómetro, la pulsión independentista ha bajado. ¿Qué lectura hace?
-Hay unas constantes en Euskadi en la pulsión sobre el autogobierno que se mantienen en un lapso dilatado de tiempo. Hay un porcentaje de partidarios de la independencia y de un mayor autogobierno que supera siempre el 50%. Los partidarios de la independencia oscilan en función de las circunstancias, pero hay un colectivo estable que en general apuesta por un mayor autogobierno.
¿El Gobierno Vasco apoya y reconoce el referéndum unilateral catalán?
-El Gobierno Vasco no tiene que apoyar o reconocer nada. Respetamos las estrategias diseñadas mayoritariamente por las instituciones catalanas, que obedecen a una realidad distinta a la de Euskadi, y creemos que los planteamientos que emergen de las instituciones catalanas no se pueden despachar con una apelación a la legalidad ni con medidas coercitivas encaminadas a prohibir. Solo a través del diálogo se puede dar solución a un problema político. Confío en que haya una solución dialogada que evite una confrontación. El president se ha desgañitado para buscar salidas consensuadas, no es un partidario por principio de la vía unilateral. Pero no hay correspondencia en el Gobierno español.
Dice que quiere una salida dialogada. ¿Se refiere a una tercera vía, un pacto fiscal?
-No seré yo quien vaya a ofrecer las salidas.
¿El Gobierno Vasco podría seguir colaborando con el español si suspendiera la autonomía catalana?
-Es un escenario que no gusta a nadie, y ambas partes deberían hacer un esfuerzo para que no se produzca. Ahora bien, usted me dice: ¿El Gobierno Vasco dejaría de colaborar con el español? Bien, entonces, ¿qué hacemos con las infraestructuras que están en marcha? ¿Las dejamos como están, sin acabar? ¿Renunciamos al último acuerdo del Cupo? Hay espacios en los que el buen funcionamiento de las cosas requiere una colaboración entre administraciones que no se puede negar porque el día a día continúa, las empresas siguen necesitando apoyo, el Concierto Económico requiere flujos financieros entre ambas partes... Estamos en un entramado de relaciones que no se puede echar por los aires sin gravísimo perjuicio para la ciudadanía. Sería una irresponsabilidad mayúscula.
Pedro Sánchez ha incorporado al PSOE el concepto de la España “plurinacional”. ¿Para el Gobierno Vasco es un concepto vacío si no lleva aparejado el derecho a decidir?
-El lehendakari podrá departir sobre este extremo con Sánchez en la reunión del 20 de julio, y aclarar si va a tener consecuencias jurídicas o no va a suponer ninguna alteración.
¿Le hace albergar mayores expectativas en que el PSOE haga causa común con el PNV para defender el nuevo estatus en Madrid, o que el PSE pueda tener una posición más ambiciosa?
-No me parece una mala noticia que una formación política con posibilidades de gobernar en el Estado haga una apuesta clara por la plurinacionalidad. Me parece un dato positivo y puede tener una incidencia positiva en los trabajos de la ponencia de autogobierno. Es verdad que el PSE ya había adoptado posiciones en el pasado que no estaban muy lejos de esa, pero de esa manera tan clara, el conjunto del PSOE no se había pronunciado hasta la fecha.
¿Que se esté alejando la posibilidad de una moción de censura de Pedro Sánchez le parece buena o mala noticia?
-Las mociones de censura tienen su sentido en la dinámica parlamentaria, pero en este momento la sociedad y la economía requieren estabilidad institucional. La estabilidad no es un principio supremo que anule los mecanismos parlamentarios para sustituir gobiernos, pero se ha hecho ya un intento frustrado y sería bueno que nadie perdiera de vista el bien que reporta la estabilidad y la imagen que aporta a Europa, una imagen que se valora y tiene correspondencia desde las instituciones europeas.
¿Se huele otro veto de EH Bildu a los Presupuestos vascos?
-No voy a anticipar lo que puede hacer EH Bildu, pero el Gobierno va a ofrecer entendimiento a todas las formaciones políticas porque cree que tiene unas Cuentas con una apuesta por lo social sin precedentes en la historia que puede contar con el respaldo de cualquiera.
¿La irrupción de Podemos está alejando a EH Bildu del PNV?
-Que la irrupción de Podemos está condicionando a la izquierda abertzale es innegable. De un tiempo a esta parte tienen no sé si el rabillo del ojo o todo el ojo mirando a lo que hace Podemos. Pero no sé si eso le aleja o le acerca al PNV.
¿El Gobierno Vasco va a coger el guante del PP cuando se ofrece para dar estabilidad en los Presupuestos durante toda la legislatura?
-Espero que el PP continúe con el mismo sentido de la responsabilidad que tuvo para aprobar las Cuentas de 2017, sin que eso signifique que el Gobierno por principio va a enfeudarse al PP. No renunciamos a ampliar los consensos.
¿No hay un tripartito PNV-PSE-PP como denuncian EH Bildu y Elkarrekin Podemos?
-Todas las semanas en la Cámara de Gasteiz se producen acuerdos que construyen Podemos y EH Bildu con el PP con una complicidad evidente. Tan legítimo es contar con ellos para la oposición como para el gobierno.
¿Qué le parece que los presos del EPPK hayan optado por las vías legales?
-Es un paso importante y de enorme transcendencia práctica. Llevamos años solicitando al colectivo de presos adoptar esta decisión. Hemos tratado de contribuir a que este paso se diera, primero con el programa Hitzeman en 2014 y, recientemente, el lehendakari, en su carta a los presos, les instaba a que dieran este paso que ahora han dado. Supondrá, además, un alivio para los familiares y el entorno de los presos.
¿Echa en falta más autocrítica en la decisión de los presos?
-En realidad, la decisión adoptada ya presupone una rectificación. Y acogerse a las vías legales e individuales para la progresión de grados y la resocialización requiere un reconocimiento del daño causado. Esto es, la persona presa debe expresar un distanciamiento crítico con respecto al delito cometido. La decisión adoptada es importante porque permite dar este segundo paso que, espero, lleven adelante con convicción y celeridad. La izquierda abertzale puede contribuir a avanzar en esta vía, en la línea de la autocrítica y la solicitud pública de perdón que hemos conocido en el Ayuntamiento de Errenteria esta misma semana.
¿Cree que esto abre una puerta en la política penitenciaria del Gobierno español?
-Sí, por supuesto. Desde el primer momento, hace ya más de seis años, el Gobierno Vasco ha planteado la necesidad de que el Gobierno Español comparta una reflexión sobre la necesidad de una nueva política penitenciara. Y este paso nos sitúa en un nuevo contexto. Se han eliminado ya todos los obstáculos que impedían la normalización de la política penitenciaria. Lo lógico es que, ahora, el Gobierno español normalice la política penitenciaria y dé también un paso favorecedor, comenzando por acercar las personas presas y atender, con un criterio más humanitario, la situación de las personas presas enfermas.