se entretienen con la tablet, pasan las horas muertas con el smartphone... practican poco ejercicio físico y comen más hidratos de carbono de la cuenta. ¿Resultado? Algunos kilos de más. Con esta foto infantil, el retrato está plagado de michelines. Por ello, el departamento de Salud se ha puesto manos a la obra y trabaja en un plan para prevenir la obesidad infantil que concienciará sobre este problema y dará pautas de actuación a profesionales, familiares y pacientes, incidiendo sobre todo en los deberes de ikastolas y colegios.
Con uno de cada diez niños vascos obeso y otro 23% con sobrepeso, Osakidetza no está dispuesta a bajar la guardia. Y eso que, según el estudio Aladino 2015 sobre Alimentación, actividad física y desarrollo infantil, la tasa de obesidad infantil en Euskadi está siete puntos por debajo de la estatal y presenta una situación mucho mejor que la de otros países como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido.
Sin embargo se cerrarán filas entorno, por ejemplo, a los menús escolares que deberán contar con más presencia de verduras y alimentos saludables. Y se estrechará el cerco sobre las bebidas azucaradas y la bollería industrial, responsables de un buen número de niños y adolescentes gordos. Ya que las autoridades sanitarias vascas abogan por extender “la cultura de la promoción de la salud” haciendo hincapié en la nutrición, que será la protagonista de la estrategia de alimentación sana que prepara el Gobierno Vasco.
Enmarcado en este proyecto Iniciativas para una alimentación saludable en Euskadi, el Departamento de Salud trabaja en acuerdos de colaboración con la industria alimentaria y hostelera para la reducción de azúcares, grasas saturadas y sal en los alimentos preparados y promoviendo la educación nutricional y los hábitos de vida saludable en el medio familiar, escolar y comunitario. Este será el punto de partida para desarrollar posteriormente el plan contra la obesidad infantil.
En una reunión del Departamento de Políticas Sociales que abordó la situación de la población vasca entre 2 y 17 años, se diseccionó el problema, concluyendo que los casos de pequeños que tienen sus índices de masa corporal por las nubes se multiplican. El fenómeno afecta en mayor medida a los chicos y a quienes viven en familias con un nivel socioeconómico más bajo.
Y es que una incorrecta alimentación condiciona el normal desarrollo físico e intelectual del menor. En el caso de que esa alimentación conduzca hasta un exceso de peso durante la infancia se favorece la aparición de diabetes, hipertensión arterial, trastornos del sueño o problemas psicológicos. De hecho, se considera que el 40% de los niños que padecen sobrepeso a los 7 años tienden a ser adultos obesos.
Pero mantener los kilos a raya o bajar aquellos de más, no es tarea fácil. A juicio de Teresa Serrano, la endocrinóloga de Policlínica Gipuzkoa, “la obesidad es una enfermedad crónica, y los tratamientos siempre deben enfocarse a largo plazo. Habitualmente los procedimientos que implican pérdidas de peso rápidas e intensas, sin ningún tipo de control médico ni de seguimiento posterior, suelen ser ineficaces y contraproducentes”.
en andalucía, los más gorditos Aún así el sobrepeso entre la infancia vasca es bastante menor que en otras comunidades. Por ejemplo en Andalucía, con una de las perores tasas de obesidad, se ha invitado a todos los menores con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años -más de 945.000- a que pasen por las farmacia acompañados por algún familiar mayor de edad para que puedan recibir recomendaciones de hábitos saludables y registrar también su peso y altura.
Un estudio de la OMS sobre obesidad en la adolescencia presentado el pasado mes de mayo en Oporto ponía el acento sobre el escaso consumo de frutas y verduras entre los más pequeños, incluso en el sur de Europa, con mayor producción de estos alimentos. En cuanto al consumo de fruta, se señala que solo la toman el 35,4% de los adolescentes españoles, menos que sus vecinos portugueses (40,9%) e italianos (37,4 %), y lejos de los líderes en esta lista, los belgas (49,1%).
Con respecto a la verdura, el 22,6% de los adolescentes españoles asegura comerla a diario, frente al 28% de portugueses, 26,6% de italianos, el 34% de los griegos y el 56,2% de los belgas. Sin embargo, la ingesta de productos calóricos como dulces y bebidas azucaradas se mantiene disparada. En lo referido a hábitos alimenticios, un 12,3% de los adolescentes de entre 11 y 15 años españoles comen dulces a diario, y el 19,3% afirma que bebe refrescos todos los días. En esta línea, Catalunya ha decidido aplicar un impuesto específico para las bebidas azucaradas y el Gobierno central también ha barajado una medida similar,
“A pesar de los esfuerzos para combatir la obesidad infantil, se estima que uno de cada tres adolescentes europeos aún tiene exceso de peso u obesidad”, remarcó la directora regional para Europa de la OMS, Zsuzsanna Jakab. Esta experta destacó como “particularmente preocupante”, además del mantenimiento de las cifras en el sur del continente, que la “epidemia está aumentando en los países de Europa oriental, donde históricamente los porcentajes han sido más bajos”.