Bilbao - “Me he despertado y he oído que se rompían los cristales. He abierto la puerta y he visto el fuego, así que la he vuelto a cerrar. Había mucho humo por la casa. He abierto la ventana y he sacado el colchón para luego ir sacando a todos mis hermanos y los otros por allí”. Aaron Sánchez tiene 15 años. Postrado en una silla de ruedas y con los tobillos completamente destrozados, este joven relata, con la mirada perdida, los momentos de tensión vividos ayer en el número 7 de la calle Barinaga, en el bilbaíno barrio de Zorrotza.

Aaron logró salvar muchas vidas en el incendio de la vivienda en la que vivían alrededor de una veintena de personas, muchas de ellas niños de entre 3 y 15 años. No tuvieron tanta suerte Rocío (24 años), Joaquín (26 años), Jennifer (5 años) y Lolo (3 años), las cuatro víctimas mortales de la trampa de fuego en que se convirtió la buhardilla en la que vivían. César, padre y abuelo de las víctimas, y su mujer también intentaron salvarse saltando por una de las ventanas, y consiguieron librarse a duras penas de una muerte segura. Con quemaduras gravísimas y múltiples lesiones por la caída desde un segundo piso, ambos fueron trasladados al hospital de Cruces en estado “muy grave”.

Además, una joven de 23 años permanece ingresada en el hospital de San Eloy con una fractura en vértebra lumbar y extremidad inferior. Su pronóstico es grave. Los servicios sanitarios trasladaron también a otras seis personas por inhalación de humo y diversas lesiones. El resto de habitantes del edificio, hasta una veintena, fue tratado por los equipos médicos en el mismo lugar del incendio y no precisaron traslado a ningún centro hospitalario.

Contaba Aaron a DNA que, alrededor de las 6.30 horas se percató de que el edificio estaba en llamas. La casa donde viven varias familias, todas ellas de etnia gitana, tiene más de 100 años y una estructura de madera de tres alturas que, con las llamas, comenzó a ceder tanto por el tejado como por el suelo. Rocío y Joaquín vivían con sus padres en la buhardilla y nada pudieron hacer por salvarse. Los padres del joven pudieron escapar por la ventana del segundo piso, lanzándose por el hueco al suelo cuando las llamas comenzaban ya a tocarles dañinas. César tiene quemaduras en el 50% de su cuerpo, mientras que su mujer intenta ganar la batalla en Grandes Quemados de Cruces.

Alertados por los propios vecinos, los bomberos se presentaron ante esta casa escasos minutos después. Y, aunque los testigos les acusan de tardar en entrar para rescatar a las víctimas, lo cierto es que la endeble estructura amenazaba con derrumbarse por completo en cualquier momento. Optaron por subir en la barquilla y mirar por el agujero que las llamas habían abierto en el tejado. Debían comprobar si quedaban habitantes en la casa, pese a que la mayoría de ellos había escapado ya del fuego tirándose literalmente por la ventana. De hecho, los hermanos y primos que Aaron pudo ayudar a salir tienen “los pies rotos” por la caída. Incluso una de sus hermanas pequeñas saltó por el ventanal y fue salvada en el aire por los vecinos que se habían arremolinado ante la estructura en llamas.

Cuatro cadáveres Los bomberos entraron entonces para asegurarse de que no quedaba nadie en su interior y ocurrieron dos hechos sorprendentes. El primero de ellos fue que un menor de unos 10 años salió por su propio pie entre los maderos carbonizados ante el asombro de los propios bomberos y de los vecinos. Había hecho frente a las abatidas de las llamas e incluso del agua de las mangueras y, aunque afectado por el humo, había logrado sobrevivir. El segundo, trágico, fue encontrar los cadáveres del matrimonio y, un poco más alejados, los de los dos pequeños que habían buscado refugio tras un sofá. Los cuerpos fueron trasladados al Servicio de Patología Forense de Bilbao, donde se les realizará la autopsia.

Las llamas quedaron extinguidas un par de horas después, alrededor de las 8.15 horas, aunque a mediodía las vigas del techo seguían desprendido humo. La Ertzaintza se ha hecho cargo de la investigación que tratará de poner luz a la tragedia vivida en Zorrotza. Lo cierto es que será un trabajo difícil para los agentes ya que el edificio quedó excesivamente tocado. “Desde el punto de vista técnico, la situación es de colapso, con riesgo de derrumbe hacia dentro”, manifestó ayer el alcalde Juan Mari Aburto.

Hospital de Cruces. Hombre con quemaduras en el 30% de su cuerpo y con lesiones por precipitación desde altura. Mujer inestable e intubada. Ingresa en Grandes Quemados con quemaduras en el 60% del cuerpo. Ambos con pronóstico muy grave. Un niño de 10 años está en Observación por afectación por humo. Y otro menor de 10 años, fue intervenido para reducir una fractura en el pie. Otros dos niños recibieron el alta.

Hospital de Basurto. Un chico de 21 años con afectación por humo, presenta lesiones en tobillo, cadera y columna. Reservado.

Hospital de San Eloy. Una chica de 23 años con afectación por humo, fractura en vértebra lumbar, intervenida de fracturas en las extremidades. Pronóstico grave.