El Cairo - El terrorismo volvía ayer a golpear a la minoría cristiana copta en Egipto, que veía, pese al estado de emergencia declarado, como 28 de sus fieles morían en un tiroteo perpetrado por diez hombres contra un autobús que se dirigía al monasterio de San Samuel, cerca del pueblo de Al Adua. Diferentes imágenes retransmitidas por la televisión estatal mostraron la dureza del ataque, pues, según el Ministerio de Interior, los hombres armados, que iban en tres coches todoterreno, rodearon el autobús y empezaron a disparar arbitrariamente contra el vehículo. En el interior también había niños que, según la lista difundida por las autoridades egipcias, habrían muerto, entre ellos dos menores de 2 y 4 años.
El autobús, que transportaba a estos cristianos coptos, se dirigía al monasterio de San Samuel, a pocos kilómetros de Al Adua, por una carretera del desierto Occidental egipcio en la provincia de Minia, en el sur del país, cuando se vio sorprendido por un ataque que todavía ningún grupo ha asumido.
Las dos decenas de heridos del ataque fueron trasladados a cuatro hospitales en los pueblos de Magaga, Al Adua, Bani Mazar y Matay, en la provincia de Minia, mientras la policía imponía un cordón de seguridad en la zona y duplicado sus esfuerzos para dar con los asaltantes.
Los coptos egipcios representan entre el 10 y el 12% de la población, y concretamente, Minia cuenta con el mayor número de fieles de esta comunidad en el país.
varios atentados La minoría cristiana copta ha sido víctima de varios atentados en los últimos meses, como el pasado 9 de abril, Domingo de Ramos, cuando el grupo terrorista Estado Islámico (EI) cometió dos ataques en las catedrales de San Jorge, en la ciudad de Tanta (delta del Nilo), y de San Marcos de Alejandría (costa mediterránea), en los que murieron un total de 46 personas.
De hecho, a partir de este ataque terrorista, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, declaró el estado de emergencia en todo el país y desplegó fuerzas del Ejército en los alrededores de los lugares públicos e iglesias para protegerlos.
Igualmente, en la provincia del Norte del Sinaí, donde tiene su base el grupo Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), la rama del Estado Islámico en Egipto, el estado de emergencia rige desde 2014.
Asimismo, el pasado 11 de diciembre un terrorista afiliado al EI se hizo explotar en el interior de la iglesia de San Pedro, ubicada junto a la catedral copta de la capital egipcia, y mató a una treintena de fieles, la mayoría mujeres y niñas. “Es evidente que la ley de emergencia no funciona como una medida de seguridad para detener la violencia terrorista que se está produciendo en Egipto ahora y durante los últimos cuatro años, aseguró la analista del Instituto Tahrir para la Política en Oriente Medio, Allison L. McManus. “Este enfoque ha sido probado sin éxito en el norte del Sinaí, que ha visto cómo un estado de emergencia continuo ha deteriorado incluso sus condiciones de seguridad”, afirmó. Según la experta, Egipto ha visto “una escalada significativa en el sectarismo”, y sea asumido por el EI o no, este ataque “marca otro día negro” para los cristianos coptos.
En un comunicado, la Iglesia Copta ha mostrado su tristeza por el atentado ya que “siente el dolor junto a todo el país por esta violencia y este mal, cuyo blanco ha sido el corazón de Egipto y su unidad nacional”. Adujo que los responsables deben ser detenidos “lo más rápido posible” y que tiene la “esperanza” de que se tomen las medidas necesarias para evitar los peligros de este tipo de sucesos que “deforman la imagen de Egipto y causan un gran dolor a los egipcios”.
Por su parte, el presidente Al Sisi llamó a “todos los servicios del Estado y a los responsables a actuar rápidamente”, y pidió a las unidades correspondientes “asegurarse” de que los heridos reciban todo tipo de tratamientos.
condena unánime Un gran número de países han condenado este “atroz” ataque y han mostrado su apoyo a las autoridades egipcias para seguir luchando contra el terrorismo. Entre las condenas destacaba ayer la del grupo islamista Hermanos Musulmanes que condenó el “terrible” ataque ocurrido ayer en la provincia egipcia de Minia (sur), en el que “hubo decenas de víctimas de los hermanos cristianos inocentes”, aseguró su portavoz Talat Fahmi. En la página oficial de Facebook, la organización insistió, “como en anteriores ocasiones”, en que “el derramamiento de la sangre egipcia es haram (“prohibido”, en árabe)”, y que los ataques contra los egipcios son “un crimen y hay que proteger a los egipcios ya que es el deber de todo egipcio honorable”. Asimismo, aseguró que “los ataques criminales contra los cristianos y los musulmanes conducen al país a una situación muy peligrosa”. Concluyó responsabilizando a las autoridades “golpistas” de la perpetración de este crimen y de “todos”.
Los miembros de la hermandad han sido perseguidos, juzgados y encarcelados en Egipto desde el golpe de Estado del 3 de julio de 2013 contra el presidente islamista Mohamed Mursi, y desde entonces se han multiplicado los ataques contra las fuerzas de seguridad y las autoridades que derrocaron al líder del grupo. Por esa razón, las autoridades egipcias suelen vincularlos con cualquier acción terrorista o ataque a las fuerzas de seguridad en el país.
Por su parte, Israel también condenó el atentado cometido ayer en Egipto. “Israel condena con firmeza el grave ataque terrorista en Egipto y envía sus condolencias al presidente (egipcio, Abdelfatah) Al Sisi y al pueblo egipcio”, expresó en un comunicado difundido por la Oficina del Primer Ministro, Benjamin Netanyahu. “No hay diferencia entre el terror del ataque en Egipto y el de otros ataques. El terrorismo será derrotado más rápidamente si todos los países trabajan juntos contra él”, señaló la nota oficial israelí.
También Naciones Unidas condenó el ataque terrorista. El Consejo de Seguridad de la ONU, en un comunicado, subrayó que cualquier acto de terrorismo es “criminal e injustificable” y reafirmó la necesidad de que todos los Estados combatan esta lacra con todos los medios, respetando siempre sus obligaciones internacionales. El Consejo trasladó sus condolencias a las familias de las víctimas y al Gobierno de Egipto y llamó a llevar a los responsables del ataque ante la Justicia.