El presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, efectuó ayer un ofrecimiento “sincero” a ELA y la izquierda aber-tzale para explorar las posibilidades de forjar una alianza en favor de la construcción nacional. Tras semanas de escalada de tensión entre el partido y el principal sindicato, Ortuzar vino a destensar la cuerda emplazandoles a pasar “de la confrontación a la colaboración” en el transcurso del Aberri Eguna celebrado ayer en la plaza Nueva de Bilbao. La jornada de la patria vasca de los jeltzales, la primera en medio siglo con ETA desarmada, sirvió para reclamar una vía de cooperación entre abertzales. El PNV, asimismo, refrendó su disposición a “defender un nuevo estatus que reconozca a Euskadi como nación” bajo la fórmula de la bilateralidad con el Estado español. “¿Si se ofrece ahora desde Madrid la cosoberanía a Gibraltar, no vamos a poder tenerla también los vascos?”, se cuestionó Ortuzar durante el acto.
“No tenemos miedo a la confrontación ni de ideas ni de acciones políticas”, apuntó el burukide en referencia a una izquierda abertzale que primero debe asentar “sus dos pies en el lado de la democracia y en el de las mismas reglas de juego para todos” y una dirección de ELA que lejos de “criticar a todo y por todo” tiene que “arrimar el hombro remando a favor” de la construcción nacional. No en vano, y tras meses de serios reproches de la central mayoritaria de la CAV a las políticas socieconómicas de las principales instituciones vascas, Ortuzar cuestionó a los liderados por Txiki Muñoz si “desde un punto de vista abertzale, o sea, desde el que quiere a su patria, la confrontación es lo mejor para Euskadi. Nosotros creemos en la colaboración, en la cooperación”, según abundó. “En lugar de trabajar para que nuestro convoy descarrile, les decimos que enganchen sus vagones al nuestro. Ahí queda nuestro ofrecimiento”.
“Pueden seguir con sus huelgas políticas y con sus declaraciones políticas contra las instituciones vascas y contra el PNV. Una pregunta les haría, eso sí. Además de oponerse a todo, ¿podemos esperar que algún día digan sí a algo?”, les interpeló directamente a los responsables de ELA, cuyas críticas a las políticas económicas, fiscales y sociales amenazan con una ruptura de relaciones con Sabin Etxea. Ni mucho menos a ese mismo nivel de agitación, pero las aguas entre los jeltzales y Sortu tampoco fluyen tranquilas. La tramitación de las Cuentas de Lakua, pero especialmente el apoyo del PP de la CAV al Presupuesto, generó un intercambio de acusaciones ante las que el PNV parece querer rebajar la agitación.
Ortuzar ironizó con que “los días de Aberri Eguna son propicios para, a veces románticamente, soñar con la unidad abertzale”. No obstante pronto lanzó un mensaje directo a la formación dirigida por Arnaldo Otegi. “Durante los últimos cuarenta años unos hemos hecho construcción nacional y otros, destrucción nacional. Unos poníamos vías para que Euskadi avanzara y otros querían que el tren descarrilara”, afirmó en referencia a ETA. Consumado su “fracaso”, conminó a l izquierda abertzale a mostrar su disposición “a construir país día a día”. En ese camino se encontrarán, si bien el burukide dejó claro que esa unidad de acción pasará indefectiblemente por “aceptar la pluralidad, respetar los procedimientos que nos hemos dado, el respeto a las leyes que nos rigen -incluido, claro que sí, la posibilidad de cambiarlas democráticamente-, el respeto a todas las ideas y a las diferentes formas de sentirse vasco y abertzale”. El burukide expuso que “las posibilidades de colaboración entre el PNV y la izquierda abertzale son muchas. Y estamos dispuestos a explorarlas”.
Lanzado el guante a ELA y a la izquierda abertzale, Ortuzar no se olvidó de que el de ayer era un Aberri Eguna especial. De puertas para adentro el PNV sigue en su camino “para ubicar Euskadi donde hoy está”, ya que “nunca Euskadi ha sido más Nación que hoy. Jamás desde los lejanos tiempos del Reyno de Navarra nuestras gentes habían estado tan autogobernadas por instituciones fieles al país”. De puertas para afuera, por otro lado, aún pende que ETA cierre la persiana por completo. “Hace tres años que les dijimos que la única solución que tenían era entregar las armas a la sociedad vasca. Nos criticaron duramente. Tres años después lo han tenido que hacer. Como siempre, tarde”. Ortuzar prefirió no apuntarse a la dinámica de señalar” vencedores y vencidos”, pero sí entró de lleno en el “fracaso estrepitoso de quienes pensaron que Euskadi se construía a tiros, que la libertad se ganaba matando gente, que la justicia se conseguía a base de Goma 2. Los que decían todo o nada y ha sido nada. Nada bueno al menos”. Es por ello que emplazó a la banda a entregar a los vascos “lo que más queremos y lo más importante: su desaparición total. No le pedimos más a ETA, ni menos. Su disolución para que su fracaso dé paso al éxito de la sociedad vasca”, terció.
retos de futuro Con el Gobierno Vasco, las tres diputaciones y los ayuntamientos de las capitales de la CAV bajo su responsabilidad, Ortuzar aludió a la necesidad de que la presente legislatura se asiente sobre los cimientos más seguro posibles con la mejora económica o el mantenimiento de los derechos sociales. “Euskadi es hoy abrirse al mundo con la oficina en Londres, Euskadi es ayudar a crear empleo para los parados, animar a los jóvenes emprendedores y a los empresarios para que inviertan”, ejemplificó. Pero también hay deberes, como la consecución de una convivencia plena y un nuevo estatus que consagre la relación bilateral con el Estado.
“Con vocación de zubilana -cualidad que a su juicio encarna el lehendakari Urkullu-, de puentes entre quienes hoy están incomunicados”, el presidente del EBB del PNV avanzó que los jeltzales mantendrán su empeño en que ETA no deje de ser más que un recuerdo del pasado. El autogobierno es otra meta a alcanzar. “El debate está residenciado en el Parlamento Vasco”, afirmó, mediante la Ponencia de Autogobierno que ya ha echado a andar tras ser aprobada por PNV, PSE y Elkarrekin Podemos. Cosechar un acuerdo “más amplio que el conseguido en 1977” es la propuesta, si bien la formación de Sabin Etxea es consciente que obtener un nuevo estatus llegará de la mano de la negociación.