Bilbao - La resaca de la asamblea ciudadana estatal de Podemos, en la que las tesis ideológicas y organizativas de Pablo Iglesias vencieron de forma holgada a las de Iñigo Errejón, puede pasar factura a la filial en suelo vasco. Los llamamientos a la reflexión se entrelazaron ayer con las solicitudes para que la dirección capitaneada por la secretaria general, Nagua Alba, equilibre la participación en los órganos internos dela CAV a la correlación de fuerzas entre corrientes que arrojó Vistalegre II. Pese a que el Consejo Autonómico está inclinado al bando errejonista, el pablismo afianza sus posiciones. Y las corrientes críticas comienzan a instar a la cúpula a un “cambio de rumbo” para incorporar la heterogeneidad de la militancia a la actividad de la formación, tanto desde el punto de vista de la gestión como en la toma de decisiones.
Fuentes de los sectores críticos consultadas por DNA confirmaron ayer la existencia de “cierta desconexión” entre la militancia y la dirección en Euskadi que “hay que corregir”, al menos en cuanto a la traslación de las sensibilidades ideológicas a la representatividad en los órganos internos y las cuotas de poder. Y aunque niegan la posibilidad de una vuelta a las hostilidades, alertaron de que Vistalegre II puede resultar “un toque de atención” para que pablistas y anticapitalistas tengan mayor voz en la CAV. No será en el Consejo Autonómico, copado por afines a Errejón en un 80% y que no puede ser renovado sin organizar un proceso interno cuya convocatoria podría repercutir en forma de una nuevas luchas fratricidas. Pero sí cabría la posibilidad de incrementar la participación de los sectores críticos en otros estamentos internos como las coordinadoras territoriales o las secretarías sectoriales. “Deben echar mano del margen de maniobra del que disponen”, agregan.
El resultado de Vistalegre II , en el que los dos primeros representantes vascos en la candidatura pablista amasaron casi 3,7 millones de puntos frente a los 2,6 de los errejonistas, “demuestra que Podemos Euskadi es mucho más heterogéneo que la composición del consejo autonómico”, aseveran desde el bando crítico, que considera que la dirección acudió “blindada de antemano” tras organizar una asamblea propia para trasladar una voz unificada vasca a Vistalegre II. Es por ello que reclaman la convocatoria de “una nueva asamblea para reflexionar. Pero, sobre todo, para tomar las decisiones correspondientes”.
“nueva realidad” La dirección vasca parece haber tomado nota, si bien no ven cuestionada su legitimidad. La secretaria general apuntó ayer que toca “adaptar la organización a la nueva realidad política y organizativa de Podemos en el conjunto del Estado”, aunque no dio pistas sobre cómo será ese proceso. “Absolutamente de acuerdo” con el llamamiento de Pilar Garrido -afín a Iglesias, y que tendrá puesto en el consejo estatal junto a David Soto y la errejonista Aitzole Araneta- a la reflexión, Alba consideró que el partido morado en la CAV sale “fortalecido de este proceso”.
Sale “fortalecido porque pudo hacer aportaciones a este debate y creo que se ha escuchado la voz de Podemos Euskadi y fortalecido porque los documentos apuestan porque tengamos mayor autonomía”, indicó en Radio Euskadi. El debate puede darse en breve. “Teníamos previsto en estos próximos meses después de Vistalegre tener un debate de ámbito autonómico para actualizar nuestra hoja de ruta política y creo que va a ser una buenísima oportunidad para aprovechar esta nueva herramienta que tenemos ahora, que es el nuevo Podemos, y ponerla al servicio de la ciudadanía vasca”, concluyó.