Objetivo cumplido. Ya tenemos “la foto de la normalidad”. Que en 2016 la mera imagen de una reunión entre dirigentes políticos de dos partidos vascos sea noticia -es más, sea “la noticia”- es indicativo de la situación política y social que hemos vivido durante décadas en este país. “Diez años después, he vuelto a reunirme con el PSE”, escribió escuetamente Arnaldo Otegi en Twitter. El uso de la primera persona del singular (“he vuelto...”) tiene más significado del que parece, toda vez que ambas delegaciones, la de EH Bildu y la del PSE, estaban compuestas por tres personas.
En las valoraciones a la salida de la reunión, Otegi pronunció la palabra “foto” tres veces en la misma frase: la foto de hoy, es una foto importante, es la foto de la normalidad. O sea, el contenido del encuentro, básicamente, era lo de menos, porque todo está cantado y obviamente no hay posibilidad alguna de acuerdos mínimos (al menos todavía) entre EH Bildu y los socialistas, por lo que se trataba de hacer visible el valor simbólico de haberse sentado a hablar.
La importancia de “la foto” estriba, según Otegi, en que “acompaña a lo que sucede en la realidad social, que cada vez está más normalizada en el país”, aunque después añadió que aún quedan “gravísimos temas pendientes, como los presos”. El líder de Sortu debe trabajar más esos cierres de frases, que últimamente no acierta mucho.
Así que Otegi-qué ironía- reivindicó a Adolfo Suárez, uno de los artífices del “régimen del 78” que le llaman ahora, cuando dijo aquella ya célebre frase de “elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es plenamente normal”. ¡Ah, la bendita normalidad!
Pero en la calle pasan más cosas que ese buen rollito y el tema de los presos. Durante mucho tiempo algunos han soñado con una especie de alianza de izquierdas (con Bildu y PSE, ahora también con Podemos) para desalojar el PNV, pero las cosas están aún mucho más que verdes. Independentistas y socialistas no acordarán nunca -es un decir- en los asuntos de paz y convivencia ni de autogobierno. ¿En temas sociales, entonces? Es evidente que coincidirán en algunas cosas, pero difícilmente en las verdaderamente estratégicas y de gestión real. Los socialistas, por ejemplo, tienen carteras de contenido social (empleo, inclusión, igualdad, infraestructuras, movilidad, medio ambiente...) en las tres diputaciones en virtud de los acuerdos de coalición con el PNV, y ahí EH Bildu les muerde duro desde la oposición por sus políticas. Una cosa es predicar y otra dar trigo, aunque el PSE se deje querer en algunos temas para marcar perfil de izquierdas y buscar ámbitos en los que pueda alejarse del PNV.
La foto de la normalidad sigue, al menos de momento, saliendo algo movida.