MADRID. En su comunicado, la ONG ha reclamado la apertura de rutas seguras para que los 1,5 millones de civiles que continúan en la ciudad puedan abandonarla, en medio del recrudecimiento de los enfrentamientos en los alrededores de la misma.

El director de Save the Children para Irak, Maurizio Crivellaro, ha recalcado que "con el aumento de los combates es cada vez más difícil que las familias huyan y que los que heridos reciban el tratamiento médico necesario".

"No podemos sentarnos y esperar a que tenga lugar otra situación como la de (la ciudad siria de) Alepo mientras aún existe la oportunidad de sacar a los niños de una zona de guerra", ha manifestado.

En los últimos días han aumentado los temores por la población civil de Mosul y sus alrededores, en medio de informaciones sobre su uso como 'escudos humanos' por parte de Estado Islámico.

Pese a que más de 17.700 personas han huido de localidades de la región, muchos no han podido hacerlo debido a que el grupo yihadista ha colocado bombas y francotiradores para evitar que se vayan.

"Proteger a los civiles inocentes debe ser la prioridad de esta batalla", ha dicho Crivellaro, quien ha pedido a las fuerzas iraquíes que garanticen que las familias "tienen salidas seguras (...) para evitar víctimas masivas entre la población civil".

En este sentido, ha rechazado las propuestas de que los civiles coloquen banderas bancas en sus viviendas para no ser atacadas, argumentando que "esto las convertiría en objetivos".

El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, anunció el 17 de octubre el inicio de la operación en Mosul. El grupo yihadista controla la ciudad desde verano de 2014 y la ha convertido en la capital iraquí de su proclamado califato.

Con cerca de dos millones de personas antes de que comenzaran los enfrentamientos, la ciudad constituye una zona de vital importancia para los milicianos en Irak. No obstante, el Gobierno teme que el asalto a la urbe provoque un éxodo masivo de civiles.