Gasteiz- La directora de Emakunde reconoce que su experiencia al frente del Instituto Vasco de la Mujer ha sido enriquecedora y se deshace en elogios hacia el equipo de personas que lo componen. “A mi me ha correspondido la imagen pública del Instituto, pero detrás hay muchas personas implicadas al cien por cien en el trabajo por la igualad”, recalca.
¿Qué le parece el éxito de las deportistas del equipo español en Río de Janeiro?
-Que las mujeres han tenido un papel muy relevante. El hecho de competir en unos Juegos Olímpicos es el premio al esfuerzo de una vida de trabajo y de sacrificio en el ámbito deportivo y han obtenido unos magníficos resultados; muchas veces las condiciones en las que deben entrenar estas mujeres son más difíciles que las de sus compañeros varones con lo cual tienen doble mérito. En cualquier caso aprovecho estas líneas para enviar nuestro zorionak a la piragüista Maialen Chourraut, la primera mujer vasca en conseguir el oro olímpico. Lo que me ha sorprendido es la cobertura de los medios de comunicación a las mujeres deportistas.
¿Han estado los medios de comunicación al mismo nivel de medalla en el tratamiento de este éxito?
-No. La falta de igualdad se da en todos los ámbitos de la vida y también en el deportivo. El tratamiento de los medios de comunicación de los éxitos de las mujeres también suele ser diferente; es cierto que se está evolucionando y cambiando, pero hay que constatar que en numerosas ocasiones lo que se destaca de ellas son aspectos como la belleza, su estado civil o su edad en lugar de sus cualidades deportivas y competitivas que son por lo que están en los Juegos Olímpicos; los medios tendrían que poner en valor aspectos como el valor, el sacrificio, el esfuerzo, la competitividad, etc. para que estas mujeres puedan convertirse en referentes de otras deportistas jóvenes.
Yo sí he visto un sesgo bastante machista en la información ¿qué se puede hacer para corregirlo?
-Yo también. Creo que tenemos aún mucho recorrido de mejora en este aspecto. Por ello en esta legislatura desde el Instituto Vasco de la Mujer hemos dado un importante impulso a la Comisión Begira que trabaja por una comunicación no sexista en los mass media. Se ha hecho un trabajo conjunto con los medios y las agencias de publicidad; se han llevado a cabo sesiones informativas donde se han intercambiado opiniones, realizado jornadas de reflexión. Este es el camino por el que debemos transitar. La formación es clave en todos los ámbitos y también en el de la comunicación, porque verdaderamente creo que los medios tienen un enorme potencial para poder generar cambios y contribuir a la igualdad real de mujeres y hombres.
¿Qué es lo no se hace bien para que siga habiendo jóvenes que agreden, molestan y hasta violan aprovechando el tumulto de las fiestas?
-Si nos remitimos a los datos que el Departamento de Seguridad nos traslada mes a mes y si hacemos una comparativa de enero a julio de 2015 y de 2016, observamos que se ha producido un descenso de las agresiones contra la libertad sexual, y es importante ponerlo en valor. Dicho esto, es cierto que aún se siguen produciendo agresiones como evidencian las denuncias, lo cual indica que debemos seguir redoblando los esfuerzos en la prevención y la sensibilización. En esta línea en colaboración con otras instituciones pusimos en marcha el programa Beldur Barik Gunea .
¿Cuál es su objetivo?
-Prevenir las agresiones sexuales en los entornos festivos. Se trata de poner en marcha procesos a largo plazo y que no solo se ciñan a los momentos de fiestas, sino que a lo largo de todo el año se pueda reflexionar acerca de todas estas cuestiones. El año pasado fueron 17 los municipios que se sumaron al proyecto y este año han sido más de 40. En función de las posibilidades de cada uno de ellos en sus espacios festivos se llevan a cabo distintas actuaciones.
¿Cómo cuáles?
-Desde talleres hasta difusión de proyectos. En este sentido hay que señalar que cuando se producen estos casos al final es un fracaso. Pero aunque sea difícil valorar cuál ha sido el aporte del trabajo de sensibilización llevado a cabo durante muchos años desde los movimientos feministas y desde las instituciones, se puede decir que ha dado sus frutos porque se ha producido un punto de inflexión en la medida de que gran parte de la sociedad muestra un rechazo, su hartazgo ante este tipo de actitudes machistas. Esto también hay que ponerlo en valor.
Porque este cambio no se ha producido de forma natural.
-No. Ha sido gracias al compromiso y al esfuerzo de diferentes ámbitos. Según las estadísticas de Seguridad, existe una mayor concienciación y sensibilización, al tiempo que se ha producido un descenso de las agresiones sexistas. A pesar de todo, aunque hubiera un único caso sería la evidencia de que tenemos que seguir trabajando especialmente con la gente joven a través de los programas que tenemos o de otros muchos que hay a nivel municipal.
¿Esta concienciación social era impensable hace unos años?
-Hay que mirar la violencia de género con perspectiva. Hasta hace 13 años no había estadísticas donde se recogieran los delitos contra la libertad sexual. Si nos retrotraemos a 15 o 20 años atrás, todo lo relacionado con la violencia contra las mujeres era un tema del entorno privado y, sin embargo, se ha producido un cambio de paradigma. Ahora consideramos que la violencia ejercida sobre las mujeres es un tema que nos incumbe a toda la sociedad. Es cierto que queda camino por recorrer hasta llegar a ese punto de tolerancia cero, pero hay que recalcar el cambio experimentado que es lo que necesitamos. En este tema el trabajo debe ser institucional, social y personal.
En Gipuzkoa en algunos pueblos han organizado grupos de acompañamiento a las chicas. ¿Ésta es la solución o un remedio porque no hay soluciones?
-Se están buscando estrategias desde diferentes áreas para tratar de ofrecer seguridad a las chicas. En cualquier caso sabemos que en la socialización de las jóvenes el miedo tiene un peso importante por lo que debemos trabajar en cambiar el modelo festivo para conseguir que las mujeres puedan participar en igualdad de condiciones y no se vean intimidadas ni se sientan inseguras. Hay que hacer hincapié en esa prevención trabajando en el empoderamiento de las chicas, pero también interpelando a los chicos para que cuestionen esos modelos de masculinidad y para que tengan una actitud contraria a este tipo de agresiones.
No quiero que mi novia vaya a los toros con minifalda.... Los hechos de San Fermín y de otras capitales, ¿es que estamos todavía tarareando la canción de Manolo Escobar?
-Es cierto que hemos evolucionado, que si nos comparamos con lo que sucedía hace 20 o 30 años las cosas han cambiado sustancialmente, pero hay evidencias de que todavía tenemos que continuar luchando para que se produzcan cambios en todos los agentes socializadores que tienen su influencia en la gente joven como son la familia, la escuela, los medios de comunicación, la publicidad. Al final, los adolescentes lo que reciben son los mensajes que la gente adulta desde diferentes ámbitos les está trasladando y en muchas ocasiones, de manera inconsciente, lo que se consigue es perpetuar determinados estereotipos y roles que queremos desterrar.
¿Es el mensaje que trasladaron en su campaña del 8 de marzo?
-Sí. Que la desigualdad no nace, se hace y la construimos cada día a través de diferentes mensajes y mandatos que dirigimos a esa gente más joven.
Aparte de los asesinatos, que no necesitan mayor comentario, ¿qué reflexión le viene a la cabeza cuando ve que los agresores son jóvenes entre 30/35 años?
-Que no podemos bajar la guardia.
El problema de la violencia contra las mujeres es estructural y hay que atajarlo desde distintos frentes. Debemos insistir en el trabajo con la gente joven; sabemos que no existen fórmulas mágicas, pero sí hay que dejar claro que si lo que queremos es una sociedad libre de violencia contra las mujeres lo que debemos hacer es ir al trabajo de raíz; a continuar batallando a favor de una sociedad que sea igualitaria. El papel educativo es clave. De hecho, en esta legislatura se ha aprobado por vez primera un plan rector de coeducación y prevención de la violencia contra las mujeres en el ámbito educativo que todavía tiene bastante recorrido. Pero no se puede descargar todo en área educativa.
¿Que falla: la familia, que no ha interiorizado la igualdad de los roles; la escuela, que sigue subrepticiamente inoculando ma-chismo, o los medios de comunicación con la TV a la cabeza?
-Desde todos estos ámbitos que influyen en la socialización de los chicos y chicas debemos de hacer una profunda reflexión en relación a qué mensajes les enviamos; muchas veces trasladamos mandatos que lo que provocan es perpetuar los roles y estereotipos machistas. Insisto en que estamos ante un problema estructural que requiere una reflexión personal para poder generar grandes cambios. Hay que empezar por pequeños pasitos a nivel personal e individual en esas áreas de decisión e influencia.
El salto es inmenso pero en las empresas del Ibex solo el 5% son consejeras. Para equilibrar esto ¿en qué plano están Emakunde y las Asociaciones de Mujeres?
-Es evidente que las mujeres deben estar en los puestos de decisión; los estudios indican que si se posicionan ahí los resultados económicos son mejores. Es una invitación para que las empresas se inicien en el camino que les reportará más ganancias.