madrid - La dirección del PSOE cerró ayer filas sobre la postura a seguir por el partido en la investidura de Mariano Rajoy -si es que ésta llega a producirse-, y dejó claro al PP, y también a las voces internas que han surgido en el seno de la formación, que la decisión que se adoptó en la anterior reunión del Comité Federal, órgano de dirección socialista, el pasado 9 de julio, era un no a Rajoy, postura que se mantiene porque, según señalaron, no hay elementos que les haya hecho cambiar de opinión.

En los últimas días se han sucedido las apelaciones al PSOE para que se abstenga en la investidura de Rajoy y posibilite de este modo la conformación de gobierno. Los emplazamientos han llegado desde el PP -Rajoy, Casado y ayer Javier Maroto-, Ciudadanos -Miguel Gutiérrez y Fernando de Páramo- y desde el propio partido -Felipe González, Zapatero, Lambán y ayer mismo Alfonso Guerra-. A todos ellos respondió ayer Antonio Hernando, portavoz socialista en el Congreso y hombre de confianza de Pedro Sánchez. “Todos los socialistas vamos a seguir unidos en el no a Rajoy. No vamos a aceptar consejos ni advertencias de los dirigentes del PP, un partido procesado por corrupción y financiación ilegal”, aseguró. Este mensaje dirigido a Génova ahondaba en lo señalado la víspera por Patxi López, quien aseguró que el PSOE no iba a aceptar chantajes del PP.

Hernando, además, lanzó otro mensaje, este de consumo interno, ante las voces que abogan por un cambio en la estrategia. El portavoz socialista en la Cámara baja dejó claro que la dirección de su partido no se cierra al debate, pero para ello, es necesario que así lo pidan los dirigentes del Comité Federal -órgano al que no pertenecen ni González, ni Zapatero ni Guerra-. “Si es necesario más debate porque alguien haya cambiado de opinión, habrá más debate, pero yo creo que no va a haber ningún dirigente del PSOE que vaya a cambiar de opinión porque no va a haber ningún dirigente del PSOE, se lo digo ya al PP, que quiera indultar a Rajoy con nuestro voto o nuestra abstención”.

Hernando recordó que hace tres años el PSOE ya pidió la dimisión de Rajoy por el caso Gürtel y los sms que mandó a Luis Bárcenas. Para el dirigente socialista en el tiempo transcurrido desde entonces nada ha cambiado, “sino que la situación ha empeorado” por lo que no hay motivos para que el PSOE se replantee una abstención que pudiera facilitar la investidura del líder del PP. “Vamos a seguir unidos todos los socialistas en el no a Rajoy. Vamos a defender la autonomía política del PSOE, le pese a quien le pese y nos cueste lo que nos cueste”, zanjó.

siguen las presiones Esta toma de posición de la dirección del PSOE se produjo en un día en el que se repitieron las presiones a la formación líderada por Pedro Sánchez. Al igual que en las jornadas previas, los emplazamientos llegaron desde tres frentes, desde la derecha -PP-, la izquierda -Podemos- y desde el seno del propio partido.

Desde el PP, ayer le tocó el turno a Javier Maroto. El exalcalde de Gasteiz y ahora miembro de la dirección estatal de la formación de Génova animó a los barones críticos con Sánchez a llevar sus discrepancias al Comité Federal para obligar al líder del PSOE a cambiar su postura. Según Maroto, no se trata de un chantaje al PSOE, “sino que se trata de una realidad”.

En el otro extremo del espectro político, Iñigo Errejón mostró su confianza en que el PSOE “no sucumba a las fuertes presiones tanto del exterior como del interior del partido” y mantenga su no a la investidura de Rajoy. El secretario de Política y portavoz de Podemos en el Congreso no quiso, sin embargo, pronunciarse sobre la posibilidad de un gobierno alternativo en el caso de que Rajoy fracase en su intento de seguir en La Moncloa. “Es el tiempo de Rajoy, tiene que intentarlo y si fracasa se abre una segunda fase. No sé cuál sería la posición de los partidos en esa segunda fase”, señaló.

El tercer vértice en este triángulo de presión sobre el PSOE hay que situarlo en el seno del propio partido de la calle Ferraz. Si primero fue Felipe González y después Rodríguez Zapatero, ayer tocó el turno de Alfonso Guerra, quien abogó por un cambio de postura de los socialistas. En un artículo publicado en la revista Tiempo, quien fuera la mano derecha de González en el primer gobierno socialista apostó por una abstención colectiva en la investidura de Rajoy para ejercer así “un acto colectivo de responsabilidad” que permitiría desencallar la situación. Guerra considera que no sería “serio descargar otra vez sobre los electores la solución del conflicto que paraliza la vida política”.

Alfonso Guerra. El exvicepresidente ha sido el último en sumarse a las voces que piden que el PSOE reconsidere su postura ante la investidura de Rajoy. En un artículo publicado en la revista ‘Tiempo’, Guerra apostaba por una “abstención colectiva” para evitar acudir a las terceras elecciones.

Felipe González. Es una de las voces más críticas con Pedro Sánchez. Por activa y por pasiva reclama un cambio de postura del PSOE ante la investidura de Rajoy. Esta misma semana, en una entrevista en Argentina, pedía que el PSOE se abstenga, sin que ello signifique hacer bueno al líder del PP.

Zapatero. Otro exdirigente que de una forma u otra se muestra crítico con la actual dirección del PSOE. El pasado viernes reclamó un “debate profundo” en el partido. Sin embargo, Zapatero no se quiso posicionar sobre la abstención, aunque dejó claro que unas nuevas elecciones serían “nefastas”.

Fernández Vara. El secretario general de los socialistas de Extremadura y presidente de la Junta ha asegurado en repetidas ocasiones que no contempla otra opción que “una mínima abstención a última hora” del PSOE para facilitar la formación de un gobierno encabezado por Rajoy.

Javier Lambán. El presidente de Aragón mostró ayer “todo” su apoyo a la propuesta de Zapatero de abrir un proceso de diálogo interno en el partido. Lambán señaló que él ya lo ha intentado, “aún a costa de ser insultado por algunos compañeros”.

Miquel Iceta.

El líder del PSC es uno de los baluartes de Pedro Sánchez en el Comité Federal. El dirigente catalán apuesta por mantener el no a Rajoy e incluso va más allá y en más de una ocasión se ha mostrado partidario de explorar un gobierno alternativo si fracasa el presidente del PP.