madrid - El PP ve más cerca la investidura de Mariano Rajoy tras haber cerrado ayer un acuerdo con Ciudadanos para repartirse los asientos de la Mesa del Congreso. La alianza supone un primer gesto de deshielo entre ambos y abre las primeras grietas en el muro levantado por el partido naranja en torno al presidente español y su equipo más cercano, a los que ve contaminados por su tibia respuesta contra la corrupción. A pesar de la apuesta de Ciudadanos por la regeneración y las caras nuevas, ha tragado con la presidencia de Ana Pastor, una de las personas más próximas a Rajoy y con una amplia trayectoria en cargos institucionales desde el mandato de José María Aznar. Muy discreta y de perfil gestor, Pastor ha crecido políticamente a la sombra de Rajoy, a quien siempre ha mostrado una lealtad máxima. Aun así, Ciudadanos vio correcta su designación porque no está “bajo sospecha” y tiene un perfil institucional.

Salvo que cuaje una mayoría alternativa de izquierdas, el pacto supone que ambos partidos tendrán mayoría en el órgano de gobierno del Congreso, que se encarga de admitir a trámite las propuestas de los partidos y las solicitudes de comparecencia de ministros u otros cargos, y que reparte los tiempos de intervención. Pero, sobre todo, el acuerdo puede resultar crucial porque supone un primer gesto de sintonía en puertas del debate de investidura, que Mariano Rajoy espera que tenga lugar el 2 de agosto.

El presidente en funciones confía en arrancar el voto a favor del partido naranja, con la expectativa de que ese movimiento ponga más fácil a los socialistas su abstención. Sin embargo, C’s volvió a precisar ayer que su apuesta es abstenerse con el único fin de evitar unas terceras elecciones, pero dice que no irá más allá porque mantiene su veto personal a Rajoy, quiere regeneración y prefiere que el presidente dé un paso atrás en beneficio de otro candidato del PP. Aun así, en el entorno del presidente en funciones ven factible que cambie de posición, como ya hiciera al pasar del voto en contra a la abstención. Ayer le dedicaron un gesto político de primer orden al cederle dos puestos en la Mesa, cuando no le correspondía ninguno en virtud de los resultados electorales. C’s insiste en que ese pacto no influirá en la investidura.

A pesar de ese veto teórico a Rajoy, en la práctica se está demostrando que no existe ningún cordón sanitario. Por un lado, la negociación de la Mesa se desbloqueó con una conversación telefónica entre el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el propio presidente en funciones. Por otro, Rivera dice que no negociará la investidura, pero sí entrará a pactar políticas concretas y reformas cuando se supere esa votación y arranque la legislatura. No se limita a dejar la puerta abierta por cortesía política, sino que predica con entusiasmo la opción de llegar a acuerdos, incluso pidiendo altura de miras al socialismo y que ponga fin a la “guerra fría” con el PP. En los cursos de verano de la Universidad Complutense, dijo que sin regeneración “no hay pactos posibles”, pero se ofreció a ir acordando a lo largo de la legislatura los Presupuestos, un pacto educativo o cambios en la reforma laboral.

reparto En concreto, los dos partidos acordaron ayer que la presidencia del Congreso quedara en manos del PP, que sumaría además otros dos puestos. Por los resultados electorales, le correspondían cinco. Sin embargo, cede dos de sus puestos a Ciudadanos, que ocupará la vicepresidencia primera y una secretaría.

La presidencia recaerá en Ana Pastor, un nombre que llevaba días circulando por los mentideros políticos pero que no por ello causa menor sorpresa, puesto que ha sido ministra de Fomento hasta la fecha y ahora queda relegada a un puesto casi honorífico y alejado de la gestión. Incluso sonó como relevo del propio Rajoy. En la negociación con Ciudadanos, se barajaron varios nombres y Rivera fue taxativo en su veto a María Dolores de Cospedal y el ministro Jorge Fernández Díaz.

Con su salto a la Mesa, Pastor deja un hueco en el Ministerio de Fomento que Rajoy tendrá que cubrir. Es probable que el PNV permanezca atento a los movimientos, ya que ha tenido serias discrepancias con Pastor por el incumplimiento de los plazos en las obras del tren de alta velocidad. Está por ver cómo se cubrirá el puesto, porque el gobierno en funciones no puede proclamar ministros. Se agrava la sensación de interinidad, ya que también falta el ministro de Industria tras el adiós de José Manuel Soria.

Los socialistas y Podemos, por su parte, tendrán dos escaños cada uno. Si no se construye una mayoría alternativa, la consecuencia de este acuerdo, que se plasmará hoy en la sesión constitutiva del Congreso que arrancará oficialmente la legislatura, pasa por la despedida de Patxi López. El lehendakari ohia ha tenido un mandato exprés en la Presidencia del Congreso durante los escasos meses que duró la legislatura fallida. Los socialistas defienden su labor, pero el PP cree que no ha estado a la altura por su gestión de los turnos por alusiones y sus dificultades para zanjar las trifulcas parlamentarias. Si no repite como presidente, saldrá de la Mesa y ocupará un papel más relevante dentro del partido. Para la vicepresidencia segunda de la Mesa, los socialistas proponen otra vez a Micaela Navarro. También les correspondería una de las cuatro secretarías, que quedaría en manos de Juan Luis Gordo.

El socialismo había postulado otra vez a López, pero esa vía no había prosperado al cierre de esta edición. En primer lugar, los socialistas se habrían negado a entrar en conversaciones con el PP para mantener la presidencia de López. En segundo lugar, el camino de izquierdas también habría quedado cegado por la desconfianza y las maltrechas relaciones entre el PSOE y Podemos. En una maniobra que el socialismo ha entendido como una nueva jugarreta, el partido morado ha postulado para la presidencia al portavoz de En Comù Podem, Xavier Domènech. Podemos ha ofrecido votar en segunda vuelta al candidato que obtenga más respaldos de entre ellos dos en la primera votación, pero el PSOE no lo acepta y, en principio, hoy llegan a la sesión constitutiva sin acuerdo.

Podemos trató de arrancar un compromiso también a los independentistas catalanes, necesarios para la suma, pero no lo logró. ERC avisó de que solo le interesa la independencia catalana, y Convergència podría estar más cerca del PP. En concreto, los populares no descartan interpretar de manera flexible el reglamento para que cuente con grupo propio, aunque no cumpla las condiciones al no haber llegado al 15% de votos en Catalunya. Francesc Homs presentará su candidatura en primera instancia, pero no descarta abstenerse en la segunda.

el pnv vota en blanco Los jeltzales, por su parte, votarán en blanco porque han permanecido al margen de las negociaciones y del reparto de puestos. Han mantenido conversaciones, pero no han estado “en la melé”. Según el Reglamento del Congreso, la presidencia se la queda quien consiga una mayoría absoluta de votos, condición que no reunirá ningún candidato. En segunda votación, triunfa quien mayores votos consiga, los 169 de PP y Ciudadanos salvo que hubiera una sorpresa antes de la sesión que arrancará a las 10.00 horas y PSOE, Podemos y los nacionalistas catalanes lograran sumar 173.

Composición. La presidencia la ocupará la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor. El PP tendrá otros dos puestos, y revelará hoy quiénes los ocuparán. Entonces se sabrá quién de las tres representantes del PP que ahora están en la Mesa -Celia Villalobos, Alicia Sánchez-Camacho y Rosa Romero- queda fuera del órgano. Por su parte, Ciudadanos tendrá dos puestos que ocuparán otra vez Ignacio Prendes y Patricia Reyes. El PSOE tendrá otros dos puestos, al igual que Podemos. Los socialistas han postulado a Patxi López para la Presidencia de la Mesa del Congreso, y Podemos ha hecho lo propio con Xavier Domènech. No se descarta un acuerdo de última hora y, en función de ese pacto, pueden variar sus representantes en la Cámara.

Senado. En esta Cámara, la negociación no tiene demasiado misterio. El PP cuenta con una mayoría absoluta y volverá a retener la presidencia en la persona de Pío García-Escudero. No se descarta que el PNV pueda hacerse un hueco en la Mesa con el aval de los populares y los socialistas. De acuerdo con los resultados electorales, al PP le corresponden cuatro sillones, y al PSOE los tres restantes. En la pasada legislatura, los socialistas dejaron la secretaría cuarta al PNV, que ocupó María Eugenia Iparragirre. El PP tuvo la presidencia, la vicepresidencia primera y las secretarías primera y segunda, mientras que el PSOE dispuso de la vicepresidencia segunda y la secretaría tercera.