Hasta la caída del comunismo, Albania fue el país más pobre de Europa (ahora ocupa este puesto Moldavia) y hoy sigue siendo uno de los más depauperados del Continente, pese a lo cual es uno de los que prosperarán más y más deprisa... si logra desprenderse de la corrupción, el gran mal del tercer mundo.

Actualmente Albania parece un compendio de problemas del subdesarrollo. Sus tres millones de habitantes tienen una formación mínima, las infraestructuras son casi medievales, la industrialización es más un deseo que una realidad, el paro es del 18%, un tercio de la población activa ha emigrado ya del país y el PIB albanés por cabeza es de 8.700 € anuales (el salario medio es de 260 € mensuales).

También en Albania la pobreza genera en primerísimo lugar pobreza. Así, por ejemplo, la explotación actual de sus yacimientos de hidrocarburos no generan más allá del 1% del PIB (160.000.000 €, tasa sobre la producción) porque el Gobierno tuvo que pactar con el consorcio canadiense que los explota una franquicia fiscal hasta que los beneficios de la explotación hayan cubierto los gastos de perforación y extracción, cosa que aún no ha sucedido.

Y así, a pesar de que el país cuenta con enormes reservas (unos 270 millones de barriles) de petróleo, la gasolina es la más cara de Europa porque no hay refinerías en la República; todo el crudo es exportado y son importados todos los productos derivados del mismo. Tres cuartos de lo mismo se puede decir de las importantes reservas de cromo (Albania es el 5º mayor productor del mundo de este mineral) y níquel. En realidad, ninguna de las riquezas mineras del país es manufacturada allá; su explotación no pasa de la mera extracción y exportación? principalmente, a China. Hay muchas razones para esta situación, desde el empecinado aislamiento político del país durante la dictadura de Hodja - ya entonces, el único aliado de Tirana era Pekín - hasta la falta de infraestructuras y mano de obra cualificada, pero la mayor de todas es la corrupción. Magistrados, fiscales, policías, empleados municipales, etc. hasta completar toda la red de la Administración pública interpreta y ejecuta las leyes a conveniencia del mejor postor y en detrimento de tratados y contratos. Y para redondear este panorama, la cuarta parte de los diputados nacionales son grandes empresarios o testaferros de estos y promulgan leyes a medida de los intereses respectivos.

Pero así y todo el país ha tenido en los últimos años un desarrollo continuado del 3% anual y las medidas - prometidas más que emprendidas por el Gobierno de Edi Rama - anticorrupción permiten prever un crecimiento doble? si se llevan a cabo. Y si no, a Albania le pasará como a tantos países en vías de desarrollo, naciones de las que se dice que “?son el país del futuro y siempre lo serán?”