bilbao- Patxi López sigue al frente de la Diputación Permanente del Congreso, pero su mente se centra en los comicios del 26-J, en los que asegura que el PSOE saldrá a ganar.
Presidente del Congreso, el presidente más breve de la historia. ¿Culpa de quién?
-Ha sido breve, pero intenso. Hemos creado precedentes para el futuro. Ha sido la primera vez que ponemos en marcha plenos y comisiones con un gobierno en funciones, la primera vez que el gobierno no quiere someterse al control de la Cámara. No ha habido bloqueo institucional, pero era lo que nos tocaba a nosotros. ¿Culpables? El fracaso es colectivo, pero hay algunos que tienen más responsabilidades. Ahí están quienes ni lo han intentado y además lo han impedido. El partido que ganó las elecciones no se movió ni un minuto. Rajoy tenía el mantra de que Sánchez le había dicho que no, pero no lo intentó. No habló con nadie y cuando el jefe del Estado le da la responsabilidad de formar gobierno dice que declina. Pedro Sánchez lo intentó y puso en marcha el reloj.
Lo que no ha sido sencillo es su trabajo. Algunos le denominan como ‘el presidente de las alusiones’.
-Me da pena que solo haya transcendido esto. En la Cámara hemos discutido. Hemos debatido sobre la Lomce y se puso en marcha un pacto educativo, se aprobó derogar los artículos más sangrantes de la Reforma Laboral y se aprobaron políticas que no están en marcha por la falta de gobierno.
¿Se equivocó el PSOE al pactar con Ciudadanos y no mirar hacia su izquierda?
-Esto también es lo que queda, pero no es la realidad. Sánchez llamó a todas las formaciones y se reunió con todas. Lo que pasa que nos encontramos en la mesa con unos que querían avanzar, con papeles y debatir, y otros que no. A Podemos también se le convocó a esa mesa de negociación, pero en 48 horas dijo que no. Incluso el último día, con la propuesta de Compromís, de las 30 medidas que ofertó, el PSOE dijo que estaba de acuerdo con 27, pero salió inmediatamente Pablo Iglesias a decir no, no y no. Desde un inicio no quería pactar con el PSOE. Habló de una vicepresidencia, de controlar los espías, las encuestas y los medios de comunicación. Lo que quería era un mero reparto de sillones.
Tampoco lograron el voto afirmativo del PNV o de los diputados nacionalistas catalanes.
-Con el PNV también nos sentamos y habrá que preguntarles a ellos por qué no se llegó a un acuerdo. Hubo posibilidad de lograr un gobierno de cambio y el PNV dijo que no. No digamos que el PSOE no quiso, el PSOE sí quiso el acuerdo con el PNV.
Sánchez ha presentado los ejes básicos de su gobierno y entre ellos está la oposición a un referéndum en Catalunya. Imagino que tampoco en Euskadi. ¿Eso no les cierra de nuevo la puerta a pactos con los nacionalistas?
-Eso lo decidirá el PNV. Nosotros queremos evolucionar hacia un modelo federal. Si uno es independentistas, está claro que el PSOE no va a llegar a ese acuerdo. Hay cuestiones en las que se pueden llegar a acuerdos y en los modelos federales se especifica cuáles son competencias del Estado, y las demás son de las comunidades. Este país es diverso y protejamos las singularidades, y en Euskadi hablaremos de cómo mejorar nuestras competencias.
En ese Estado federal, ¿cabe el derecho a decidir?
-El derecho a decidir, depende de quien lo utilice, significa una cosa u otra. En democracia todos los días ejercitamos el derecho a decidir. Si uno quiere ampliar su marco competencial que busque eso y que no juegue con el derecho a decidir, que es una trampa. Que digan claro lo que se quiere.
¿De cara a los comicios del 26-J la táctica del PSOE será la misma? El acuerdo con Ciudadanos está roto y se empieza de cero.
-Estamos en un momento en que cada uno debe decir a la ciudadanía lo que quiere hacer y explicar su proyecto de país. Lo que intentamos es convencer a la ciudadanía que vote a nuestro proyecto. Por eso desde el PSOE decimos que salimos a ganar, porque nuestro objetivo es dejar atrás al gobierno del PP y la derecha que tanto sufrimiento ha traído a este país. El único que garantiza un gobierno de cambio es el PSOE. Pondremos encima de la mesa la necesidad de negociar para poner en marcha ese gobierno de cambio. Y está claro que con quien no podemos llegar a acuerdos, porque somos incompatibles, es con el PP.
Dicen que salen a ganar, pero ¿a quién? ¿al PP o a Unidos Podemos?
-En eso sí que no nos equivocamos nunca. Nosotros salimos a ganar a la derecha, otros a hacer la pinza al PSOE. De hecho, Podemos ha recuperado la figura de Julio Anguita, que fue quien dijo aquello de que con tal de ganar al PSOE me alió con Aznar o con quien sea. Su único objetivo parece ser ese sorpasso al PSOE. Y por cierto, Pablo Iglesias tendría que decirnos porque Alberto Garzón ha pasado de ser el pitufo gruñón al chanchipiruli. Solo hay una causa, que se estaban hundiendo y se abrazan para no caerse.
¿Tienen miedo a ese sorpasso?
-No, porque el sorpasso que nosotros queremos dar es al PP. No tenemos ningún miedo, porque estoy convencido de que la gente va a entender lo que quiere cada uno.
¿Al PP le interesa ningunear al PSOE y decir que su enemigo a batir es Unidos Podemos?
-Al PP le interesa llevar la confrontación a los extremos. Es una vieja táctica de la derecha, el desunir a la izquierda. La política desde los extremos lleva a los enfrentamientos y este país no necesita un enfrentamiento. El PSOE propone un proyecto desde una izquierda real, posibilista que busca la centralidad. Necesitamos acuerdos transversales y eso es lo que se buscaba también con el acuerdo con Ciudadanos.
¿Da validez a las encuestas que dicen que Unidos Podemos ya les superan en intención de voto?
-Las encuestas son encuestas. Son la foto de un momento. La gran encuesta es la de los ciudadanos y ya veremos lo que pasa.
Sánchez ha dicho que si depende del voto de Iglesias, está convencido de que no será presidente. ¿Que sucedería la revés, que fuera Iglesias quien dependiera del voto de Sánchez?
-Es que eso no va a suceder de ninguna de las maneras. Estoy radicalmente convencido de ello. Pero sí es cierto que Iglesias no va a favorecernos en nada.
Hablemos de Rajoy. A pesar de los casos de corrupción las encuestas le siguen dando como ganador.
-No lo entiendo. Para mí votar al PP, y no por los casos de corrupción, que todos los hemos podido tener, sino por cómo reacciona ante ellos, es blanquear esos casos de corrupción. Cómo podemos tener un presidente de gobierno que gana las elecciones y no se mueve, que ante los casos de corrupción dice: ‘que malo es’, pero no se mueve y no adopta decisiones. Y no podemos blanquear esa política. Hay que mandar al PP a la oposición para que se regenere.
Se ha hablado mucho de las líneas rojas del Comité Federal a Pedro Sánchez. ¿Ahora también habrá líneas rojas?
-Son principios básicos. Con el PP, no pactamos porque lo que queremos es cambiar las políticas del PP. Y con los independentistas, está claro que no podemos pactar con quienes quieren fracturar al país. Lo llamaron líneas rojas, pero eran nuestros principios básicos.
¿Se la juega Sánchez? ¿O es presidente del gobierno o le descabalgan al frente del PSOE?
-Eso está resuelto. El objetivo es ganar las elecciones. Tenemos un candidato y todos estamos detrás de él. Bien es cierto que luego habrá un Congreso y ahí, con toda naturalidad, quien crea que debe presentarse para secretario general, que lo haga. Y que decida la militancia. Los socialistas vascos siempre hemos apoyado a nuestro secretario general. Podemos discutir mucho antes, pero una vez que se toma la decisión, quien sea nuestro secretario general sabe que cuenta con todo nuestro apoyo.
¿Si Sánchez no gana, el recambio es Susana Díaz?
-Hay que preguntárselo a ella y ver si en un momento dado quiere dar ese paso.
¿Le duele que se ponga el acento en la ausencia de Carmen Chacón en las listas o el puesto que ocupa Eduardo Madina?
-Me cabrea porque las cosas son mucho más normales. Carmen Chacón decidió irse, pues bien, y ahora tenemos una magnífica candidata que es Meritxell Batet. Y estoy convencido de que Edu Madina va a volver a estar en el Congreso porque vamos a tener un magnífico resultado en Madrid. Pero lo que yo nunca haré será prestarme a un juego de nombres y a enfrentar a unos socialistas con otros.
Usted está dentro de lo que se ha denominado el gobierno en la sombra ¿Apunta a ministro en un gobierno socialista o a repetir como presidente del Congreso?
-Era un grupo de gente referente en sectores que aportan ideas y experiencia. Esta claro que el PSOE tiene banquillo y, además, muy bueno. En cuanto a mí persona, he cubierto todas las ambiciones políticas, si es que alguna vez las he tenido. A los sitios se va con la maleta hecha. Soy un militante socialista que estaré allí donde pueda ayudar al partido.
En estos últimos días el debate es cómo se organizan los debates. ¿A cuatro, a dos, a dos y medio...?
-El debate es fundamental. El PSOE dijo: aceptamos el debate a cuatro y todos los que se planteen de cualquier característica. Aceptamos también el debate cara a cara. Sánchez no tiene ningún problema en debatir a cuatro y en tener cara a cara con cada uno del resto de líderes.
¿Entiende el protagonismo que ha adquirido la situación de Venezuela en esta campaña?
-Todo lo que sucede estos días entra dentro de la campaña y es legítimo que cada uno haga campaña donde quiere. Es cierto que la política internacional forma parte de ella, pero a mí no me gusta la utilización desmedida, y lo que me preocupa de verdad es la situación de los venezolanos. Es una situación de emergencia por la que está pasando la ciudadanía. Lo que no entiendo es la posición de Podemos e IU, que dicen que no quieren presos políticos, pero prefieren no mirar a Venezuela.
Acabemos, ¿Cómo define a Rajoy?
-Indolente.
¿Pablo Iglesias?
-Soberbio.
¿Albert Rivera?
-Razonable.
¿Y Pedro Sánchez?
-Comprometido y tenaz.