Los partidos no han conseguido ponerse de acuerdo para fijar unos criterios comunes con los que recortar los gastos de la campaña de las elecciones generales del 26 de junio, pero el convencimiento general es que todos ellos se impondrán límites para no gastar más de lo necesario. Aunque no haya habido acuerdo, el PNV se ajustará al documento que planteó a los partidos y recortará un 10% su límite máximo de gasto. Fuentes jeltzales consultadas adelantan que volverán a hacer una campaña de cercanía, con actos a pie de calle y reparto de octavillas. En realidad, ese formato austero no es estrictamente novedoso porque los jeltzales suelen apostar por el contacto cara a cara para subrayar su arraigo entre la sociedad vasca, pero hasta la fecha han intercalado esos actos más modestos con un par de mítines multitudinarios a mitad de campaña y en el día final, con el clásico mitin de La Casilla. Como novedad, ahora se proponen evitar en lo posible los grandes actos y, aprovechando el buen tiempo que cabe prever para junio, suprimirán el acto de La Casilla e intentarán realizarlo en la calle.

El PNV volverá a recorrer las calles vascas con una campaña “de alpargata”, más aún teniendo en cuenta que las elecciones vascas de octubre están a la vuelta de la esquina. Tampoco va a colocar publicidad en vallas electorales, una renuncia que ya realizó en los comicios de diciembre. Los jeltzales habían propuesto a los partidos fijar únicamente los porcentajes del ahorro en función del número de habitantes de la circunscripción por la que se presenta cada formación (un recorte proporcional en función del peso de cada uno) y dejar libertad para que, dentro de esos límites, cada cual gastara el dinero donde lo deseara, sin entrar a precisar si había que eliminar la publicidad en la radio, los carteles o los anuncios en el tranvía. El problema habría radicado en que algunos de los grandes partidos, como los socialistas, apostaron por restringir al máximo la publicidad exterior porque podían compensar ese recorte con su habitual presencia en las cadenas de televisión, algo que los partidos nacionalistas y minoritarios no pueden hacer. Por ello, con el artículo 66 de la Loreg en la mano, el PNV había pedido un trato igualitario en los medios de comunicación, aunque no logró rascar nada porque los partidos no recogieron el guante y los medios privados seguirán sus propios criterios.

El PNV participó ayer en la reunión para recortar gastos, que se saldó sin acuerdo, y explicó por boca del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, que era muy complicado llegar a acuerdos entre formaciones que parten de situaciones tan diferentes y tienen intereses tan distintos. Sin embargo, destacó que “ha habido voluntad” de reducir gastos.