Bilbao - El aumento de pruebas diagnósticas es imparable y los expertos alertan del elevado volumen de exámenes radiológicos como escáneres, resonancias magnéticas o tomografías (TAC), que además no son inocuos ya que implican recibir radiación. Sin embargo, las peticiones de médicos y pacientes se multiplican. Con el fin de poner freno a estos abusos, una nueva directiva de la Unión Europea pretende evitar que se realicen pruebas indiscriminadamente y establece que los equipos médicos deben contar con medidores para que cada paciente tenga su historial de dosis radiológica.

A pesar de haber saltado las alertas, estas exploraciones son el protocolo básico para realizar cualquier diagnóstico. Cerca del 85% se basan en pruebas de imagen como rayos X, ecografías, TAC y resonancias magnéticas, según datos de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), que en un informe detalla las actuaciones que no deberían realizarse en esta especialidad. Una de las conclusiones sentencia que una tercera parte de las pruebas que se realizan en hospitales y centros de salud no aporta información relevante y podría evitarse.

Este sector en auge congregará a más de 2.000 expertos el próximo 19 de mayo en el Palacio de Congresos Euskalduna de Bilbao para debatir sobre las cuestiones relacionadas con esta especialidad que “está presente en todo el proceso de atención al paciente, desde la prevención hasta el tratamiento pasando por la monitorización”, según pone de manifiesto José Luis del Cura, presidente de SERAM y jefe de Estudios del Hospital de Basurto.

El exceso de pruebas está también llevando las listas de espera al borde del colapso. “Somos los propios radiólogos los que reconocemos que se hacen en exceso. Por eso hemos planteado una serie de cosas que no hay que hacer, determinando cuándo no hay que pedir una prueba radiológica porque no es necesario. Somos los primeros interesados en limitar su utilización cuando no son necesarias porque tenemos un absoluto exceso de trabajo. Pero dicho esto, la verdad es que es difícil decir cuando no son necesarias las pruebas de imagen. Resultan tan eficaces y tan útiles, que decir que en una situación concreta, esto no va a servir para nada es complicado”, aclara del Cura.

De hecho, la sociedad de radiología médica publicó un lista con 36 situaciones en las que la imagen radiológica no es necesaria. “Queremos limitar el número de exploraciones a aquellos casos en los que sean útiles. Pero tenemos la presión, por un lado, de los propios pacientes que creen si nos les haces estos exámenes, no haces nada. Y por otro lado, tenemos el problema de la medicina defensiva que hace que ante el aumento de casos de denuncias por negligencias, todo los médicos piden pruebas extra para reasegurar su diagnóstico. Son estas presiones las que contribuyen al incremento”, resuelve del Cura.

El informe de SERAM recomienda, entre otras cosas, que no se hagan radiografías de tórax preoperatorias de forma rutinaria ni que se someta a mujeres menores de cuarenta años sin factores de riesgo a mamografías de cribado. En el caso de los niños, los radiólogos que elaboraron el texto consideran que muchas veces puede sustituirse la tomografía computerizada (TC) para estudiar una apendicitis aguda por la ecografía, que no emite radiación.

No obstante, del Cura reconoce que “en la actualidad la radiología va más allá del diagnóstico y se implica de manera activa en otras áreas de la atención clínica como la prevención y la realización de pruebas médicas mínimamente invasivas”.