madrid - El rey Felipe VI recibirá entre hoy y mañana a los líderes de todos los partidos políticos con representación parlamentaria -salvo ERC y EH Bildu, que declinan participar- en lo que será el penúltimo paso antes de la más que probable disolución automática de las Cortes el 2 de mayo y la convocatoria al día siguiente de nuevas elecciones generales el 26 de junio. Será una visita museística al Palacio de la Zarzuela ya que ninguno tendrá nada que ofrecer al monarca, al menos nada para lo que han sido convocados. Esto es, presentar un candidato a presidente del Gobierno español con la mayoría suficiente como para poder llevarlo esta misma semana al Congreso y someterlo al refrendo de la cámara. El listón a superar es el ya conocido de una mayoría absoluta en la primera votación (176 diputados) y, si no lo consigue, una mayoría simple en la segunda (más síes que noes), que de producirse sería el mismo lunes día 2 antes de la medianoche.
A esta hora esa posibilidad es remota y solo cabe el recurso a un milagro a la catalana como el que a última hora y casi fuera del tiempo evitó la repetición de elecciones en Catalunya y la proclamación como president de Carles Puigdemont. Sin embargo, en el ruedo ibérico los propios protagonistas asumen que lo que han sido incapaces de tejer en cuatro meses no van a poder cerrarlo in extremis en la semana que falta para que suene el despertador de las elecciones. Las declaraciones de unos y otros ayer afloraban esa impotencia pero, a falta de autocrítica, se expresaron en forma de reproche al prójimo, culpándose entre sí por no haber cerrado un acuerdo de investidura. Ni que decir tiene, con uno mismo como candidato a presidente. Mariano Rajoy culpa a Pedro Sánchez y a Ciudadanos; el líder del PSOE le devuelve la pelota al presidente español en funciones pero sobre todo a Pablo Iglesias; Albert Rivera recrimina a Rajoy por no hacerse a un lado y dejar su sitio a otro u otra de su partido; y Podemos fustiga a Sánchez por encomendarse a Ciudadanos (C’s) y no aventurarse a un acuerdo a la valenciana.
El cruce de reproches ha ido in crescendo los últimos días y al mismo tiempo los aparatos de los partidos han levantado el telón para el arranque de la campaña electoral que, formalmente, comenzará el 10 de junio, pero que en la práctica ya está aquí irremisiblemente. Rajoy responsabilizó ayer a PSOE y Ciudadanos (C’s) de la repetición de elecciones. “Ellos lo hicieron imposible”, señaló en Córdoba en la clausura de la Convención Nacional de Nuevas Generaciones de su partido. Dijo el presidente en funciones que en el PP pueden estar “tranquilos” porque la propuesta de su partido “era y sigue siendo la sensata, pero no fue debatida porque el PSOE no quiso y los demás, empezando por Ciudadanos, tampoco lo quisieron”.
Desde el PSOE, el jefe de su equipo negociador, Antonio Hernando, se ciñó al mismo guion y dirigió sus críticas hacia Podemos y su líder, Pablo Iglesias, del que dijo que “se ha marchitado y ha envejecido a la velocidad de la luz” en los cuatro meses de negociaciones para formar gobierno. Atribuyó a la “ambición” del líder de la formación morada el fracaso de las conversaciones para un ejecutivo de progreso y, a renglón seguido, se resignó y reconoció que “si nadie lo remedia”, habrá nuevas elecciones en junio.
El líder del Podemos, Pablo Iglesias, aseguró ayer que está preparado para ir a elecciones en junio e incluso para gobernar después, en un escenario en el que está dispuesto a ser “generoso” con el PSOE para evitar juntos que haya un gobierno “sin el PP azul y sin el PP naranja”. En un acto de partido en Madrid, prometió ser “generosos” si hay elecciones y quedan por delante del PSOE, persuadido de que hay mucha gente que “se muere de vergüenza” entre los socialistas por su pacto con Ciudadanos y que preferiría estar gobernando con Podemos.
escenario inédito En este escenario, todo aboca a la repetición de los comicios. Será la primera vez que la llamada a las urnas es realizada por el rey español, porque hasta ahora todos las elecciones generales han sido convocadas por presidentes de Gobierno. También será la primera vez que el presidente del Congreso aplicará el precepto constitucional de repetición de las elecciones por falta de acuerdo para la investidura. Patxi López deberá elaborar el decreto que fijará las tres fechas claves previstas por la Ley Electoral (Loreg): la de las elecciones, la del inicio oficial de la campaña electoral y la de la constitución de las nuevas Cortes. Según los plazos legales, la constitución del Congreso y el Senado se producirá, previsiblemente, en pleno verano, el miércoles 20 de julio.
Pero antes de la campaña, las urnas y los nuevos Congreso y Senado, quedan por jugarse los minutos de la basura. Empezando por el formalismo de las audiencias del rey a los líderes de los catorce partidos representados en las Cortes, con la excepción de ERC y EH Bildu que al igual que en las dos rondas anteriores declinan la invitación del monarca. La premura de las fechas por la cercanía del 2 de mayo obliga a Felipe VI a una ronda más corta que las anteriores, por lo que ha decidido concentrar en dos jornadas todas las reuniones, a diferencia de los cuatro y cinco días que empleó en enero.
El rey comenzará sus reuniones hoy por la mañana con el representante de Nueva Canarias (NC) y le seguirán el de Foro Asturias, Coalición Canaria, UPN, Izquierda Unida, PNV, En Marea y DiL (Convergència). Las siete entrevistas restantes tendrán lugar mañana, también de menor a mayor, para reunirse con los portavoces de Compromís y En Comú Podem, Albert Rivera (C’s), Pablo Iglesias (Podemos), Pedro Sánchez (PSOE) y completará la lista Mariano Rajoy (PP), estos dos últimos por la tarde. Tras las reuniones Felipe VI anunciará al presidente del Congreso si hay uno o varios candidatos con garantías de ser investidos y si no lo hubiera aún habrá varios días para el milagro catalán. Serán los días en los que las encuestas internas podrán a prueba los nervios de los protagonistas.