Bilbao- Francisco Jiménez es musulmán y habla en nombre de las entidades islámicas del Estado español. Ha estado en Bilbao para intercambiar opiniones sobre islamofobia y convivencia con motivo de la celebración del congreso de la Federación Islámica del País Vasco, y su mensaje fue claro: la violencia del radicalismo islámico está siendo utilizada políticamente y puede generar confrontación en la sociedad.

¿Realmente hay un problema de islamofobia? ¿los musulmanes españoles lo perciben?

-Sí lo hay. El próximo día 30 se hará la presentación del informe sobre islamofobia del año 2015 y ahí se constata que los ataques contra mezquitas se han multiplicado por más de diez en relación al año anterior. Hay un ambiente... no podemos decir que similar al de otros sitios, pero hay un ambiente de islamofobia. Además me da pena que desde los medios y las instituciones no se esté trabajando bien para atajar este tema.

¿Y en el País Vasco?

-Aquí el problema lo planteó el anterior alcalde de Vitoria.

Las críticas de Javier Maroto no fueron por motivos religiosos, sino sociales o económicos.

-Es una actitud, porque él entra con el tema de la inmigración pero no critica a cualquier inmigrante, carga contra los marroquíes y los argelinos, no dice nada de otros inmigrantes que también están cobrando ayudas, y lo hace porque eso tiene réditos electorales. Lo grave es que este hombre, siendo alcalde de una ciudad, critica a unas determinadas personas cuando lo responsable hubiera sido hacer esas críticas después de que las instituciones o su ayuntamiento hubieran ofrecido trabajo a esas personas y ellas lo hubieran rechazado para seguir cobrando ayudas. Mientras la gente no tiene trabajo, él elude su responsabilidad diciendo que los inmigrantes de Marruecos son unos... no quiero ni repetir sus palabras. Lo que hizo fue desviar la atención.

Dice que medios e instituciones caen en la utilización del islam como elemento de confrontación, pero puede que las organizaciones islámicas también tengan que hacer autocrítica.

-A nosotros nos están poniendo en una situación de o con ellos o contra ellos. Nosotros estamos condenando la violencia y sufriéndola, estamos recibiendo desde los dos sitios. Condenamos porque lógicamente para nosotros los atentados son una barbaridad, pero también estamos diciendo que esa cuestión inhumana, que por supuesto no la apoyamos ni tiene ningún sentido dentro de la cuestión religiosa o del islam, se utiliza. Y no queremos caer en la utilización de esa violencia.

Pero todo el mundo espera una condena de los actos violentos.

-Con el tema de los refugiados ha habido respuestas valientes, como la del movimiento feminista al que querían implicar en las reacciones contra lo que pasó en Alemania el 31 de diciembre. Mantenerse al margen de eso y al mismo tiempo defender sus posiciones fue una posición muy valiente. Nosotros estamos en esa misma posición: trabajamos por una convivencia real entre las religiones y vemos el peligro de que esa utilización política lleve a una separación entre grupos sociales. Es algo que no tiene sentido y lo único que genera es un problema mucho más grande para el futuro.

¿No le parece lógico que se haya puesto el foco de atención en la comunidad musulmana?

-El mensaje político es “que se integren”. Pero ¿qué es lo que hay que integrar? Yo soy español ¿dónde tengo que integrarme? Además no se nos está facilitando el trabajo para esa integración que nos reclaman. Por ejemplo, hace poco se ha publicado en el BOE el currículo para la enseñanza religiosa islámica en las escuelas públicas de infantil y secundaria. Nosotros no estamos de acuerdo con ese currículo porque los temas que se meten en él son absolutamente denigrantes. ¿Cómo voy a aceptar que a los chicos del instituto que van a educación islámica haya que enseñarles a detectar las situaciones de radicalismo de sus compañeros? ¿Eso es la clase de religión islámica? Nosotros estamos llamando a la convivencia, no a ser detectores de radicales. Ese currículo lo ha creado el CNI y se lo han hecho firmar a un señor del Ministerio de Educación.

Sabemos que los violentos son una minoría, pero hay noticias, como la de la recaudación en las mezquitas de Madrid, que dan a entender que hay un apoyo social.

-Yo no sé si eso es verdad. El problema es que hay mucho interés en destacar ese tipo de cosas, como las detenciones policiales de células yihadistas. Los medios dan a todo trapo las noticias de las detenciones masivas pero luego no sabemos qué pasa al día siguiente.

¿Cuál es el papel de las entidades islámicas en esta situación?

-Estamos abiertos a colaborar con el Estado lo mismo que colaboramos con las ONG que están en los barrios hablando y haciendo trabajo de calle. Pero si colaborar con el Estado, como quiere el Gobierno actual, significa que tenemos que firmar ese currículo que ha salido en el BOE, desde luego que nosotros no vamos a colaborar en esos términos. Estamos a favor de hacer cosas que faciliten la convivencia en este país, que es lo que nos interesa. Todos los musulmanes somos ciudadanos y lo que nos interesa es ayudar a crear un ambiente de convivencia dentro de la diversidad, no crear un ambiente de confrontación.