El experto en Derecho Constitucional cree que los partidos podrían comprometerse a acotar la campaña si se repiten las generales el 26 de junio, pero descarta que cese el bombardeo de mensajes en los medios de comunicación.

¿Es posible suspender o reducir la campaña electoral?

-La campaña está expresamente prevista en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) y, por tanto, es una disposición que no puede suspenderse ni nadie puede decidir su inaplicación, salvo que se modifique la ley, lo cual es inviable a todas luces a corto plazo, sobre todo en los plazos de que se disponen.

Algunos dirigentes del PP hablan de un acuerdo entre los partidos para reducir la campaña.

-Lo que sí puede haber es una autorregulación de los partidos políticos, pero es un acto voluntario. Si las fuerzas políticas se comprometen a no hacer campaña electoral, solo vincula a aquellos que lo asuman voluntariamente. De todas formas, es una propuesta muy confusa porque no se detalla en qué consistiría ese acuerdo. Desde el pasado 20 de diciembre estamos inmersos en una continua campaña electoral. ¿Alguien cree que los partidos iban a dejar de hablar públicamente intentando atraer el voto como lo llevan haciendo desde entonces?

¿Qué tipo de acuerdo podrían cerrar los partidos?

-Podrían llegar a algunos acuerdos como comprometerse a no gastar dinero en publicidad propia del partido, pero ¿van a renunciar a los espacios gratuitos en radio y televisión públicas? No lo creo. Podrían llegar a algún acuerdo de autorregulación para limitar algún tipo de gasto, por ejemplo, los carteles electorales, las campañas de partido? Pero es indudable que van a seguir haciendo actos de partido, que van a seguir dando ruedas de prensa?

Y si alguno de los partidos importantes no quiere sumarse a ese compromiso, ¿quién va a dejar de hacer la campaña al ver que otros sí lo están haciendo?

-Si hay un acuerdo entre los partidos grandes, y algún partido pequeño no lo cumple, podrían criticarle y podría ser llevadero y viable. Pero si alguno de los cuatro partidos grandes se niega, difícilmente los demás van a renunciar. O es un acuerdo que compromete a los cuatro grandes más los partidos fuertes en comunidades autónomas o, si no, es inviable. Y, en todo caso, aunque prosperase, un acuerdo de ese tipo es un acuerdo de efectos muy limitados porque solo podrían renunciar a las campañas de publicidad pagada por cada partido y ahí podría haber un ahorro de dinero, pero el que espere que si un acuerdo de este tipo prosperase eso va a suponer que el electorado se va a evitar un bombardeo de mensajes, que vaya perdiendo toda esperanza porque ni nos hemos librado de ello desde el 20-D ni nos vamos a librar en junio si hay elecciones.

¿Por qué se ha puesto sobre la mesa este debate?

-Es un intento de lavarse la cara o de ganar algo de buena imagen ante el electorado para poder tapar que han sido incapaces de llegar a un acuerdo de gobierno. Pero hay que tener en cuenta que con una propuesta de este tipo solo se puede ahorrar una pequeña parte, porque no se va a poder ahorrar el coste que supone abrir las urnas (estimado en unos 130 millones de euros), eso es ineludible. Solo se va a poder ahorrar una pequeña parte que se intenta vender como algo más grande.

¿Puede el rey Felipe VI proponer por su cuenta a un candidato que no se haya presentado a las elecciones?

-Sería una demostración del fracaso de los partidos si éstos son incapaces de llegar a un acuerdo entre ellos sin tener que recurrir a una persona externa a los partidos. Dentro de un acuerdo entre los partidos por un programa de gobierno podría darse la posibilidad perfectamente legítima de que no fuese ninguno de los líderes actuales el candidato a la investidura. Es verdad que el sistema parlamentario español permite que el presidente del Gobierno español sea alguien que no sea miembro del Congreso de los Diputados. La Constitución lo permite. Pero representa una relativa anomalía teniendo en cuenta cuál es la esencia de los sistemas parlamentarios de gobierno. Los sistemas parlamentarios más sólidos son aquéllos en los que no solo el presidente del Gobierno sino todos los miembros del Gobierno sean miembros del Parlamento, personas que han demostrado su capacidad de ganarse su acta de parlamentario. Si llegamos a aceptar la solución de que alguien que no sea diputado encabece el Gobierno, constitucionalmente es posible pero debilitaría las virtudes de los sistemas parlamentarios.

¿El rey podría utilizar esa fórmula si constata, como es más que posible, que no habrá un candidato a la investidura con apoyos suficientes?

-En nuestro sistema de monarquía parlamentaria, el rey no tiene iniciativa sustancial sobre ello, solo podría hacerlo en caso de que hubiese un acuerdo mayoritario entre los partidos que garantizase que una propuesta de este tipo iba a tener el respaldo mayoritario del Congreso de los Diputados. Lo único que puede hacer es constatar el acuerdo al que han llegado los partidos y formalizarlo en una propuesta de candidato al Congreso. Pero, si lo hiciera como una iniciativa personal, sin contar con el previo acuerdo de los partidos, sería una irresponsabilidad que abocaría a la monarquía a un proceso de profunda crisis y al planteamiento de la alternativa entre monarquía y república.