BILBAO. Además, un 39% prefiere un Gobierno de PSOE, IU y Podemos, un 2% uno PP-C's y un 3% una gran coalición entre populares, socialistas y Ciudadanos, mientras que un 18% opta por nuevas elecciones, según según el último Euskobarómetro correspondiente a la oleada de invierno.

En el sondeo, elaborado por el equipo de investigación de la UPV/EHU dirigido por Francisco José Llera tras realizar 600 entrevistas entre los días 19 y 31 de enero de 2016, se recoge también que un 6% de los encuestados es partidario de que el PSOE gobierne en minoría, y un 3% de que lo haga el Partido Popular.

La mayoría de izquierda formada por PSOE, Izquierda Unida (IU) y Podemos es la opción de gobierno preferida por el 39% de los vascos, mientras que solo un 3% se decanta por una "gran coalición" entre PSOE, PP y Ciudadanos (C's), y un 18% apuesta por la celebración de unas nuevas elecciones generales, Otro 2% prefiere un Gobierno de Partido Popular y Ciudadanos, y el mismo porcentaje es partidario de un Ejecutivo conformado por PSOE y Ciudadanos.

Por otro lado, el 69% de los vascos (69%) se muestran muy o bastante insatisfechos con el resultado de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre. Frente a ellos, el 29% se manifiesta satisfecho (29%), sobre todo entre los nacionalistas (35%), los votantes del PNV (57%) y, en menor medida, de Podemos (34%).

Con todo, el 78% no cambiaría su voto o su abstención a la vista del resultado, un 13% se abstendría o votaría en blanco, un 4% habría ido a votar, un 3% cambiaría de papeleta y un 2% no sabe qué haría en ese supuesto. Los que más habrían cambiado de voto son quienes votaron a Ciudadanos (17%) y EH Bildu (10%).

En cuanto a los efectos del resultado electoral del 20-D para el futuro de España y del País Vasco, respectivamente, un 47% se inclina por una valoración negativa para el futuro de España, frente a un 37% que los considera positivos y el resto (16%) que no tiene opinión al respecto. En relación a los efectos sobre el País Vasco, un 44% se muestra optimista, y un 37% pesimista.

Preguntados sobre el momento en que decidieron su voto, un 72% de los encuestados dice haber tenido tomada su decisión antes del inicio de la campaña electoral, un 14% durante los días de campaña, un 13% el mismo día de las elecciones y otro 1% no responde a esta cuestión.

Los abstencionistas se dividen entre quienes no votan nunca (43%), los que lo deciden antes de la campaña (29%) y los que lo decidieron durante la campaña (26%). Sus razones para abstenerse son la ausencia de alternativas satisfactorias (38%), la desconfianza (23%), la impotencia (15%), el hartazgo (10%), las dudas no resueltas (6%) y la expresión del descontento (4%), entre otros.

A pesar de que un 61% afirma haber tenido conocimiento de los sondeos electorales, de este porcentaje solo un 8% (4,6% del total de la muestra) dice haber tomado su decisión electoral influenciado por las encuestas, sea para decidirse por un partido (2,8%), para votar (1,9%), para abstenerse (0,5%) o para reforzar su decisión (2,5%).

RAZONES DEL VOTO

En cuanto a las razones de voto de cada electorado, al PNV le han votado, además de sus identificados (56%), porque es el que mejor representa los intereses vascos en Madrid (25%) y garantiza la identidad y el autogobierno (6%), por su apuesta por la paz (6%) y por sus candidatos (3%), entre otras razones.

A EH Bildu, además de sus fieles más identificados (69%), le han votado por su rechazo a la violencia (13%), por su apuesta independentista (5%), por traer la paz (5%) y por sus candidatos (2%).

Al PSE-EE le han votado, sobre todo, sus electores más fieles e identificados (78%), por la "decepción" con el PP (8%), por su "garantía" de paz y futuro (6%) y por su candidato (4%), mientras que al PP, además de sus identificados (50%), le han votado por su capacidad para gestionar la crisis (44%) y por su candidato (6%).

EL VOTO A PODEMOS

Finalmente, a Podemos le han votado por la necesidad de renovación (44%), por identificación ideológica (22%), por sus propuestas de cambio radical (18%), porque están limpios de corrupción (7%), por su defensa del derecho a decidir (1%) y por su candidato (1%).

El conjunto del electorado vasco se sitúa en un promedio de centro izquierda (3,9 en la escala de 1 a 10) y la distancia ideológica entre los votantes de los partidos más opuestos (PP y EH Bildu es de 4,2 puntos (sobre los 9 máximos), lo que da un índice de polarización ciudadana del 47%.

Sin embargo, si se tiene en cuenta la ubicación que los electores atribuyen a los partidos a los que votan, la distancia es casi el doble (5,7), lo que da un índice de polarización partidista del 64%.

De esta forma, si el PP (+1,2), Ciudadanos (+1,2), PNV (+0,8) y PSE-EE (+0,4) son percibidos por sus votantes como más desplazados hacia el centro y la derecha de donde ellos mismos se ubican, Podemos (-0,3), IU (-0,1) y EH Bildu (-0,3) se les ve, por el contrario, desplazados hacia la izquierda.

Por otro lado, el conjunto del electorado vasco se sitúa en una posición promedio de vasquismo moderado (4,3 en la escala de 1 a 10) y la distancia identitaria entre los votantes de los partidos más opuestos (PP y EH Bildu) es de 6,4 puntos (sobre los 9 máximos), lo que da un índice de polarización del 71%.

Sin embargo, si se tiene en cuenta la ubicación que los electores atribuyen a los partidos a los que votan, la distancia es mayor (7,4), lo que da un índice de polarización partidista del 71%.

Así, si el PP (+0,7), Ciudadanos (+0,8), PSE-EE (+0,2) y Podemos (+0,6) son percibidos por sus votantes como desplazados hacia el espacio de un mayor españolismo de donde ellos mismos se ubican, PNV (-0,6), IU (-0,4) y EH Bildu (-0,3) se les ve, por el contrario, desplazados hacia un vasquismo más "radicalizado".

FIDELIDAD DEL VOTO

Los 316.000 votos de Podemos provienen de un amplio espectro de abstencionistas (16%), exvotantes de IU (13%), Amaiur (20%), socialistas (14%), PNV (7%) y nuevos votantes (6%), sobre todo.

Los 301.000 votos del PNV (que pierde unos 20.000) provienen, además de su propio voto anterior (87%), de todo el espectro político, sin poder compensar del todo los que pierde, sobre todo, hacia la abstención y el resto de partidos.

Los 183.000 votos de EH Bildu, con un saldo negativo de alrededor de unos 100.000 votos que pierde respecto a su voto de 2011, provienen de su propio voto anterior (89%) y del resto de opciones, que no compensan los votos que cede a la abstención, a Podemos (32%) y al PNV.

Los 161.000 votos del PSE-EE (tras perder más de 90.000 votos) provienen, además de su propio voto anterior (92%), del PP, sin poder compensar los que pierde, sobre todo, hacia Podemos (28%) o la abstención.

Los 141.000 votos del PP (tras perder unos 30.000) provienen, además de su propio voto anterior (88%), del PNV, no pudiendo

compensar los que cede a la abstención, al PSE-EE, al PNV, a Ciudadanos o a Podemos.

Los casi 50.000 votos obtenidos por Ciudadanos provendrían de la abstención (33%), del PP, del PNV y de los nuevos votantes. Los 35.000 votos de IU provienen en un 54% de su propio electorado anterior y del PSE-EE, que, en cualquier caso, no pueden compensar los que pierden hacia Podemos (70%) y la abstención.

Por otra parte, los 65.000 nuevos electores optan en su mayoría por Podemos (41%) y la abstención (alrededor del 27%), además del PNV y Ciudadanos, sobre todo. Finalmente, la abstención se nutre de votantes de todos los partidos, además de los abstencionistas anteriores (55%).