es una suerte que me haya tocado escribir en vísperas de Aberri Eguna en estos tiempos en los que el compromiso con la patria parece no estar de moda o, mejor dicho, quienes defienden otra pretenden ridiculizar nuestros sentimientos identitarios y de pertenencia a la nación vasca.
Año tras año oímos voces muy interesadas que, intentando desprestigiar nuestro día nacional y lo que significa, insisten en que va perdiendo fuerza, que no es necesario, que no es moderno y acorde con los tiempos? Lo de siempre, pero aquí estamos.
Es verdad que las circunstancias sociales y la manera de vivir han cambiado mucho desde que se unieran nuestro Día y la Pascua de Resurrección, en clara referencia simbólica a lo que aún seguimos exigiendo. Sin embargo, sigue siendo necesario reivindicar sin complejos nuestros derechos de pueblo y avanzar hacia la máxima soberanía (única garante de los derechos sociales y personales de la ciudadanía vasca). Y cuando tengamos todo eso también deberá ser un día de fiesta y encuentro familiar. Otros tienen el 12 de octubre o el 14 de julio y parece que piensan seguir celebrándolo con cabra de la Legión incluida. Pues nosotros y nosotras también.
Como estamos en año electoral, la búsqueda del voto puede llegar al colmo de la incongruencia o de la caradura. Podemos, dice que va a celebrar el Aberri Eguna. Curioso me dije a mi misma cuando lo oí. Y, aunque todos sus pronunciamientos son en clave española, por eso de dar una oportunidad a todo el mundo, leí atentamente la nota de prensa en la que lo anunciaban.
Utilizaré frases literales de ella pues son la demostración palpable de su verdadera intención: celebrarán el Aberri Eguna como “desafío a las lógicas tradicionales de la política vasca”, para “superar dinámicas frentistas y ofrecer entendimiento y acuerdo”. Pero no se quedan ahí pues minusvaloran nuestra inteligencia cuando añaden que “el relato nacionalista tradicional” ha conseguido “monopolizar la idea de patria y el imaginario de lo vasco”. Una vez más, apuntándose a todo, pretenden darnos lecciones y engañar a la gente con argumentos que no resisten el más mínimo análisis político.
¿Acuerdo para que renunciemos a lo nuestro? ¿Frentismo?, ¿de quiénes? ¿Nos han engañado los partidos nacionales vascos y Podemos nos salvará? ¿Aberri Eguna no es de reivindicación de lo que nos niegan españoles como su líder Iglesias? Tanta tontería solo podía ser interesada y, como por la boca muere el pez, en esa misma nota de prensa queda claro su oportunismo e intención real: “Disputar la hegemonía del nacionalismo tradicional” y “construir un relato propio”. Dicho de otra manera, pescar voto nacionalista y reinventar nuestra historia.
Oiremos el domingo con interés los discursos de las fuerzas políticas vascas, aunque lo que más nos impacienta es qué harán posteriormente para lograr el Estado vasco independiente y democrático. ¿Para cuándo el acuerdo entre abertzales? Aberri Eguna 2016, un día para sacar a pasear orgullosamente nuestros sentimientos y reivindicaciones. Como todos los años, pondremos la ikurriña en los balcones de casa.