madrid - El reloj para esquivar la celebración de unas nuevas elecciones sigue corriendo, aunque parece hacerlo todavía despacio para PSOE y Podemos. Aún sin haber establecido una fecha en el calendario de esta misma semana para mantener una reunión que podría abrir una decisiva etapa que ponga proa a la investidura de Pedro Sánchez, ninguna de las dos formaciones ha enfriado sus posiciones para favorecer un acercamiento. Las líneas rojas establecidas de antemano por ambas partes siguen fijando un escenario de incertidumbre, pese a los llamamientos en público al entendimiento. La negociación está a expensas de las maniobras de Sánchez y Pablo Iglesias, aunque comienzan a aflorar algunas declaraciones que dan por agotadas las vías tanto para explorar un gobierno a la valenciana, a los que aspira la formación morada, como para activar una abstención de la formación asamblearia que encauce a la entente PSOE-Ciudadanos al éxito.
“Ya está bien de desplantes, imposiciones imposibles y líneas rojas como el derecho de autodeterminación” en Catalunya, remarcó ayer la secretaria de Ciencia, Participación y Política en Red del PSOE y diputada, María González Veracruz. La voz de la representante socialista viene a reflejar el juego de las presiones que desde todos los vértices del tablero con disponibilidad a conformar un gobierno -socialistas, Ciudadanos, PP y Podemos- se está efectuando en aras a alcanzar una gobernabilidad que consiga dar portazo a la situación de impasse político estatal con un Ejecutivo en funciones. Pero muestra a las claras que los socialistas no pasarán por el aro en ciertas cuestiones, algo que ya lo habían señalado anteriormente. “Que piense un poquito en la gente y menos en los sillones”, reprochó a Pablo Iglesias, cuyos 65 escaños en el Congreso de los Diputados -del partido y de sus confluencias, eso sí- frustraron el primer debate de investidura de Sánchez. Y pueden hacer lo propio dando “una segunda oportunidad a Mariano Rajoy”. Es más, Gónzalez Veracruz apuntó que “si Pablo Manuel Iglesias rectifica hoy podríamos tener otro gobierno en la cumbre europea que trató el tema de los refugiados para que defendiese los derechos humanos”. Representante de Murcia en la Cámara baja, puso como ejemplo el entendimiento que en ese territorio. Las formaciones de Sánchez, Rivera e Iglesias han llegado a acuerdos, lo que reportaría, a su juicio, “la cara del mejor PSOE que han sabido leer el cambio en un tiempo nuevo”; en contraposición al inmovilismo que desde la bancada socialista atisban en el seno de Podemos.
Sin fecho ni hora ni lugar concreto para la reunión entre Sánchez e Iglesias, barruntan que ese encuentro se materializará finalmente este próximo miércoles. Las pírricas vías de comunicación abiertas entre ambos lideres, que se centraron en apenas un intercambio de mensajes, no vaticina que el cónclave entre los equipos negociadores pueda satisfacer las posturas de ambos partidos. Es más, ya se apunta a que generará nuevos roces que harán aún más difícil llegar a tender puentes. El acompañamiento de Ciudadanos, que ejerce de vigía ante cualquiera intentona de acercamiento a otros partidos -ya sean los que tienen cartas para jugar la partida de la investidura o los que deberían abstenerse para ello, caso de PNV, DiL o ERC, por ejemplo- y no descarta sumar al PP a un gran pacto de Estado, achica además cualquier terreno a la concordía antes de que el calendario llegue al 3 de mayo, fecha tope para una nueva convocatoria a las urnas. El partido de Albert Rivera hizo ayer, precisamente, una nueva demostración de que no cederá ante los socialistas si estos van de la mano con Podemos. Sería un acuerdo “no avalado por sus bases”, certificó la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís. “Nunca podremos estar los tres en el mismo barco”, añadió.