madrid - “Sin líneas rojas ni cheques en blanco”, el PNV expuso ayer su disposición a respaldar a Pedro Sánchez pero condicionando ese apoyo a que en el documento que el líder socialista entregará mañana a las formaciones con las que negocia su investidura se recoja una agenda vasca, un guión que incluya un nuevo estatus jurídico y político para Euskadi, superar las heridas que ha producido la violencia y protecciones sociales para salir de la crisis. Durante la hora y veinte minutos de encuentro entre Andoni Ortuzar y el secretario general del PSOE, el presidente del EBB renunció a vetar de entrada una posible entente socialista con Ciudadanos, porque en el adn de la formación jeltzale “no está cerrarse puertas”, y abrigó dar la oportunidad al entendimiento pero siempre supeditado al texto, de unas 40 páginas, que la delegación negociadora de Sánchez hará llegar. “Lo importante son los papeles, las políticas, los compromisos, y nosotros, cuando llegue el momento, nos lo tomaremos en serio”, valoró Ortuzar, que estuvo arropado por el portavoz nacionalista en el Congreso, Aitor Esteban. El grado de implicación jeltzale será “directamente proporcional” al grado de consenso con el nuevo talante y atención que se reciba en una relación bilateral futura con el Estado español.

Ortuzar recordó que el PNV es un partido nacionalista, que cree en el derecho a decidir, en la nación vasca, en que los vascos son “un objeto político claro”, pero reconociendo que ahora se está negociando un pacto para la investidura que Sánchez “debe intentar” en un contexto donde los seis parlamentarios pueden resultar cruciales aunque no sean quienes tengan la solución final a la encrucijada en que se ha embarcado el líder socialista. “Somos un partido modesto” y pactista, asumió el máximo dirigente del EBB, y será una vez que el PSOE se decida a tejer una alianza sobre “contenidos programáticos”, bien con Podemos bien con Ciudadanos, cuando “digamos con quién es más fácil”. “Somos conscientes de la importancia de nuestros votos, pero también de que el PSOE, solo con nosotros, no puede hacer nada”, recalcó Ortuzar, evocando que el PNV ha apoyado en distintas ocasiones gobiernos de distinto signo alegando que lo trascendental no es “con quién se pacte sino para qué”. Reacio a la nueva convocatoria electoral, que de producirse “no traerá grandes cambios sino mayor crispación social”, el jeltzale se fajó en restar valor a la formulación que escoja Sánchez porque “lo que me importa es lo que pacten”.

O lo que es igual, en el supuesto de que el PSOE acordara la supresión de las diputaciones, sí que el PNV se levantaría de la mesa al tratarse de organismos “fundamentales” para los vascos, pero no de inmediato, como ha advertido Podemos que hará si el líder de Ferraz mantiene sus contactos con la marca de Albert Rivera, algo que para Ortuzar no es más que un intento de “llamar la atención”. El presidente del EBB precisó que si fuera el PNV quien decidiera con quién hay que sostener un diálogo, tendría claro que con todos los partidos, incluido el PP de Mariano Rajoy si éste contara con el encargo del rey Felipe VI para la formación de Gobierno, y también se citaría con EH Bildu, a quien el PSOE ha aparcado en su ronda de contactos. El dirigente nacionalista hizo gala de un gran pragmatismo al sostener que su partido no pondrá “condiciones imposibles” y confía en que las “ganas y fuerza” que detectó en Sánchez lleguen a buen puerto a partir del miércoles, cuando la delegación del PNV interpele a la delegación negociadora socialista con los papeles ya en mano, y cuyo contenido el Euzkadi Buru Batzar analizará internamente en su reunión de mañana para trasladar después los temas que atañen a Euskadi y que a su juicio tendrían que abordarse en los hipotéticos contactos en fases posteriores de la negociación.

La agenda vasca es diáfana: autogobierno, hilvanar un acuerdo entre los vascos que después debería ser acordado con las instituciones de la Administración española; paz y convivencia, sanar las heridas que dejó el terrorismo en la sociedad vasca y que el inmovilismo del PP ha impedido avanzar en este ámbito en esta última legislatura; y salir del periodo de crisis económica con medidas de protección social.

mimbres para el cambio Entre tanto, Sánchez, aparte de agradecer la puesta en escena de los jeltzales, de la que acabó “satisfecho”, admitió que la investidura será una tarea “compleja y difícil” pero continúa convencido de que hay “mimbres” para construir una “alianza progresista de cambio”. A modo de resumen respecto a esta primera semana de intercambio de opiniones con los diferentes partidos, el líder del PSOE reclamó de nuevo a Pablo Iglesias que deje a un lado los vetos al ser más las cosas que “nos unen” que las que les separan. “Nuestra puerta sigue abierta, la mano está tendida y esperamos que reconsideren y recapaciten su posicionamiento, y que hablen y negocien con nosotros sobre cuestiones que importan a los votantes de Podemos y con los que compartimos muchas de esas preocupaciones”, argumentó con el mismo optimismo con que arrancó su intento de configurar gabinete. A nadie se le escapa que en caso de que se frustre su objetivo, Sánchez alineará a la fuerza de los círculos en el bando de quien han impedido un giro a la izquierda y culpabilizándole por tener que acudir a las urnas.

En aras de la prometida transparencia en los pactos, el PSOE colgará mañana a las 10.00 horas en su página web el documento programático que aspira a negociar con éxito, y que incluirá puntos de conexión con Podemos, como el proyectado plan de emergencia social contra la desigualdad y los desahucios; un nuevo Estatuto de los Trabajadores “que ponga fin a la reforma laboral”; o la reforma constitucional, para “blindar derechos y libertades y avanzar hacia el Estado federal”. “Lo que nos une es que somos la alternativa al PP”, zanjó Sánchez, partidario de que Ciudadanos se reúna con los populares, tal y como tiene pensado hacer el socialista, que también se sentará con ERC y Convergència aunque a ninguno de los tres les pedirá respaldo. Todo ello, a expensas de si en sus papeles pondrá en valor la singularidad vasca.