La telefonía y la luz son dos inventos tan accesibles y de uso tan común que en la actualidad parece imposible vivir sin ellos, pero no siempre han estado ahí: primero, alguien tuvo que inventar e innovar para que estos se democratizaran. Precisamente, eso es lo que se busca en Innobasque Exchange, una jornada de innovación colaborativa que ayer celebró su octava edición. En ella se presentaron nueve proyectos, que van desde la impresión 3D de piezas metálicas hasta la ropa inteligente. Además, acudieron los promotores de algunos casos de éxito que han pasado por Innobasque Exchange en ediciones anteriores, como Motion Box y Erle Robotics. En total, algo más de 50 socios de la agencia vasca de innovación se personaron con el fin de combinar distintas capacidades y conocimientos para explorar nuevas formas de colaboración.
“La octava edición de Innobasque Exchange ayuda a afianzar la innovación en Euskadi”, aseguró Mariana Ruiz, responsable de Innobasque Exchange. Como ejemplos, señala uno de los proyecto presentados ayer: Kydy Bus Harness, el primer sistema de retención infantil homologado para autobuses en toda Europa. “Parece que en Euskadi no damos importancia a este tipo de iniciativas, pero es un logro importante”.
Para sacar este tipo de proyectos adelante, Ruiz explicó que es necesaria tanto la financiación como la colaboración entre diferentes empresas y promotores. Ahí es donde entra Innobasque Exchange: “Surge de la necesidad de los socios de buscar colaboraciones para llevar a buen puerto sus proyectos de innovación”. Y asegura que está dando resultados. Para ello, hizo referencia a los datos: casi 500 participantes de unas 300 empresas y organizaciones han pasado por Innobasque Exchange a lo largo de toda su historia, presentando un total de 78 proyectos que ha dado como resultado 31 acuerdos de colaboración.
Además, Ruiz considera positivo que los proyectos sean de todo tipo. “Creemos que las innovaciones más disruptivas se dan cuando hay diversidad”. Por otra parte, destacó que muchos de los participantes siguen repitiendo año tras año. “Hemos conseguido que para ellos buscar la innovación sea casi parte de su ADN”. Ruíz lo tiene claro: “Hay mucho talento en Euskadi”. Un ejemplo más: el proyecto Cloud Acceess Control de Atelei de Ivan Piquér.
Abriendo la casa con el móvil ¿A quién no se le ha surgido alguna vez la duda de si ha cerrado la puerta de casa con llave? A raíz de este pretexto, entre otros, Piquér ha diseñado un sistema de control y accesos que permite, mediante una aplicación con acceso a internet, actuar de forma remota e inalámbrica sobre diferentes dispositivos, entre ellos las cerraduras electrónicas. Pero no solo en los hogares cotidianos. “Cada vez estamos más acostumbrados a alquilar habitaciones de hotel vía online, pero aun así seguimos pasando por recepción”. Con su tecnología, este hábito podría tocar a su fin. Después de todo, con la gestión adecuada, se podría abrir la puerta desde móvil.
Pero el proyecto de Piquér va más allá de las cerraduras. Entre sus funciones, enumera encender la caldera de una casa en Nafarroa desde cualquier otra ciudad, controlar la temperatura de un invernadero y tomar acciones desde el propio móvil o automatizar desde un dispositivo personal a qué hora se apagan o se encienden las luces de casa.
Por otra parte, Jon García Prieto, un bilbaíno de 25 años, ha optado en su proyecto Cocouse por crear un marketplace para el pequeño comercio. “Aspiramos a conseguir que el pequeño comercio sea más competitivo tratando de democratizar las herramientas de marketing que utilizan las grandes empresas”. Para ello, desde diciembre del año pasado llevan agrupando comercios de todo Bilbao y han conseguido generarles ventas en Asturias, Barcelona y Madrid, entre otros. Además, han realizado un seguimiento de su evolución y han diseñado una herramienta de marketing para ellos. Y sin que suponga un gasto para el negocio: “Uno de los elementos más innovadores en este tipo de servicios es que nosotros solo obtenemos beneficios cuando los logra el comercio”.
Y de la tienda al agua. El getxotarra Iñigo Sobradillo ha diseñado una tabla de surf con propulsada con una turbina eléctrica. “Permitirá que la gente disfrute de este deporte aunque no haya ni viento ni olas”. Considera que estas tablas son ideales para atraer al agua a aquellos que no están acostumbrados a realizar deporte en este entorno. Y eso sí: sin ruido ni contaminación.
Al agua. Iñigo Sobradillo ha diseñado en su proyeco Aquila Electrics Boards las primeras tablas eléctricas que permiten hacer surf sin que haya viento ni olas, todo ello gracias a una turbina eléctica con la que planear sobre aguas tranquilas. “No cambiará ni el surf ni el wind surf, pero sí complementará estos deportes”. En su opinión, sus tablas servirán para atraer a la gente no iniciada a los deportes acuáticos. Después de todo, asegura que el sistema es muy sencillo e intuitivo: “Basta con introducir una batería a la tabla, encender el mando y ¡al agua!”. De momento solo tienen previsto sacar un primer cupo de 150 unidades, pero para 2016 prevén fabricar 250 mensuales.
Enciendo la luz desde las antípodas. Uniendo los mundos de sistemas de control -la moderna domótica- y sistemas de accesos -las cerraduras de toda la vida- y mediante una aplicación “en la nube”, Ivan Piquér ha diseñado una manera de actuar de forma remota e inalámbrica sobre dispositivos como por ejemplo la luz o cerraduras electrónicas. “Con este servicio se podrá encender la caldera de una casa de Nafarroa desde Bilbao, por ejemplo”, comenta el propio Piquér. O abrir la puerta de un almacén, o gestionar la temperatura de un invernadero desde el teléfono móvil, etc. Incluso podría acabar costumbre de pasar por la recepción de los establecimientos hoteleros. “Adecuadamente gestionado, ahorrará mucho tiempo en distintas actividades”.
Marketing online. Con la idea de lanzar un marketplace para el pequeño comercio, Jon García ha puesto en marcha Cocouse, una iniciativa que busca fomentar la justicia social y la protección del medio ambiente desde la Economía del Bien Común. Su innovación consiste en promocionar un marketing colaborativo que permite fortalecer la imagen de marca y aumentar los las visitas, los productos, los comercios y las ventas. “Aspiramos a conseguir que el pequeño comercio sea más competitivo tratando de democratizar las herramientas de marketing que utilizan las grandes empresas”. Y todo ello sin que suponga un gasto para el negocio: “Solo obtenemos beneficios cuando el comercio los vende a través de nosotros”.
Eventos y mucho más. En una sociedad cada vez más alienada por la vida moderna, el proyecto Hobbie Spot, de Rodrigo Vélez y Gerardo Brossy, pretende recuperar “esas experiencias humanas perdidas”. Todo ello a través de un punto de encuentro multihobby que una a los usuarios con aficiones o intereses comunes. “Y cuando se formen grupos suficientemente grandes, organizaremos eventos para ellos con la ayuda de las marcas interesadas”. Todo ello de manera gratuita para los usuarios. Con ello, tratan de romper con el uso excesivo del teléfono móvil, que consideran “el escudo medieval de la actualidad”, y fomentar “experiencias humanas, reales” que mejoren la vida social de las personas. “Queremos acabar con la excusa de conocer gente para poder practicar la afición que nos guste”.