donostia - El PNV se sumará a la reforma constitucional del Estado español si con ella se reconoce “al sujeto político vasco y el hecho nacional vasco, y se es consecuente con ello”. En un contexto de “especulaciones” acerca de una cierta sintonía entre el PSOE de Pedro Sánchez y la formación jeltzale, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, marcó ayer distancias con la propuesta de Ferraz sobre una reforma de la Carta Magna que podría abrirse en la próxima legislatura: “No se trata de echar agua fría a las especulaciones, pero los términos de federalismo y asimétrico son problemáticos. No sabemos lo que es asimétrico y más que federalistas, somos confederales”.

En un curso de verano de la UPV/EHU sobre “reforma constitucional, autogobierno, derecho a decidir e independencia” que contó con la presencia de los máximos dirigentes de las cinco principales fuerzas vascas -fue la primera vez que se producía esta fotografía-, Ortuzar recordó como el PNV quedó fuera del proceso constituyente de 1978. Tras repasar estas décadas de autogobierno y sus “peros”, donde incluyó el “pacto incumplido por parte del Estado”, el burukide aseguró que el PNV entrará “a discutir cualquier oferta” si es para “buscar el encaje de los hechos nacionales como el vasco, el catalán y el gallego”. Por contra, rechazó implicarse “si es para hacer cosmética”.

Ortuzar, que se declaró “independentista, pero no a costa de fracturar la sociedad”, evidenció, como Hasier Arraiz (EH Bildu), Idoia Mendia (PSE), Arantza Quiroga (PP) y Roberto Uriarte (Podemos), que el Estado español está a punto de abrir una reforma de su Carta Magna, si bien las coincidencias concluyeron ahí. Arraiz, que durante los diez minutos de su intervención desgranó la propuesta soberanista de EH Bildu denominada Euskal Bidea, mostró un perfil más posibilista. Frente a declaraciones menos contundentes de otros representantes de la coalición, el también presidente de Sortu dijo que EH Bildu está dispuesta a involucrarse en “un proceso constituyente” con quienes estén “dispuestos a operar un cambio social y político profundo en el Estado español”.

Para esa andadura -que debería conllevar “tres procesos constituyentes” en la CAV, Nafarroa e Iparralde- puso dos condiciones: “que respete los procesos constituyentes en Euskal Herria y Catalunya” y que haga lo propio con “los derechos nacionales de los pueblos”.

Arraiz comenzó con una mención a Grecia, al igual que la líder del PSE, Idoia Mendia, quien opinó que “todo esto no lo va a solucionar un referéndum, el lunes vivían la misma tragedia que el domingo o el sábado” y llamó además a una reforma del Estatuto de Gernika. La secretaria general del PSE fijó, ante un aula llena de asistentes -entre los que se encontraban dirigentes políticos como Denis Itxaso, Joseba Agirretxea, Odón Elorza, Laura Garrido y Nerea Llanos-, una doble reforma. Por un lado, la constitucional, que clarifique “las competencias de las Comunidades Autónomas” ante el Estado y que “blinde el derecho a la educación, a la sanidad, o el sistema de pensiones para que nadie pueda rebajarlo o recortarlo”.

Y, en segundo lugar, la del Estatuto de Gernika, ya que la dirigente socialista volvió a defender la necesidad de eliminar duplicidades, clarificar competencias internas, garantizar la igualdad entre los ciudadanos de los tres territorios de la CAV y reforzar el papel del Parlamento Vasco como “institución común que representa realmente la voluntad de la ciudadanía vasca”.

Derecho a decidir La presidenta del PP de la CAV, Arantza Quiroga, subrayó la “normalidad” de poder mantener un encuentro como el de ayer “desde la libertad”, lo que valió la enhorabuena de Roberto Uriarte en el turno final por poder compartir mesa redonda con Arraiz y viceversa. También abrió la puerta a ambas reformas, ya que rechazó una modificación de la Carta Magna para “abrir el melón de la territorialidad” pero la avaló para fomentar la participación ciudadana, replegar a la clase política de algunos ámbitos y vertebrar el Estado español “tejiendo en red” con la colaboración entre las diversas Comunidades Autónomas, de una manera muy diferente a la centralista que, a través de la gran infraestructura del AVE, impulsó José María Aznar.

Si Quiroga y Mendia criticaron el uso “eufemístico” de la expresión “derecho a decidir” en lugar de hablar de “independencia”, Roberto Uriarte ciñó dicho derecho a una potestad individual frente al colectivo. “Si no sabemos muy bien qué es el derecho a decidir, no sabemos cuál es su contorno, su titular, su límite, cómo interactúa con otros derechos...”, aseguró, antes de defender que “no tenemos los hilos necesarios para articular un derecho como tal frente a un derecho tradicional como podría ser el de autodeterminación, respecto al que existe doctrina jurídica”. A su entender, “al hablar de derecho a decidir, nos movemos en un plano de indefinición muy grande”.