gasteiz - El Gobierno Vasco presentará dentro de doce meses un nuevo modelo de reinserción “legal y viable” destinado a los presos que cumplen condena por delitos relacionados con el terrorismo, una apuesta “adaptada a la realidad” que vive Euskadi tres años y medio después de que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad. El proyecto en el que ya trabaja el Ejecutivo autonómico y del que aún se desconocen aspectos concretos estará basado en el programa piloto Hitzeman, que ha iniciado su andadura con “al menos” seis presos a los que se les ofrece una vía individualizada en clave de reparación moral y reconocimiento de la injusticia que infligieron a las víctimas, según ha podido saber este periódico de fuentes del gabinete vasco.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, aprovechó el último Pleno de control del actual periodo parlamentario para anunciar este proyecto que supone un punto y seguido en la línea trazada por su Gobierno desde la llegada a Ajuria Enea. Urkullu dejó patente desde que tomó posesión del cargo la importancia que el Gobierno Vasco concedía a la necesidad de un giro en la política penitenciaria que no se ciñera a la histórica solicitud de la transferencia competencial ante la que Madrid siempre ha hecho oídos sordos, sino que abordará directamente la realidad de los presos de ETA.

El cese en la actividad de la banda terrorista no hizo sino alimentar esta estrategia con la puesta a disposición de los reclusos de la iniciativa piloto Hitzeman, presentada en octubre del pasado año. A través de esta vía, enmarcada en el Plan de Paz y Convivencia, los presos tienen a su disposición “apoyo en los procesos legales y de resocialización”, según recoge la documentación del Ejecutivo autonómico.

Esta senda “individualizada y voluntaria” encaminada a allanar el camino de la reinserción se vio reforzada a finales del pasado ejercicio con el alumbramiento del plan Zuzen Bidean. El proyecto aglutinaba veinte medidas que suponían, por un lado, una labor continuista respecto a los aspectos trabajados en Hitzeman con los presos en lo que supone una vía para el reconocimiento del daño causado. Por otro lado, hacía hincapié en modificaciones relacionadas con el actual marco normativo, de forma que se sumaba a la petición de acercamiento de presos para que estos puedan cumplir el resto de sus condenas en prisiones próximas a sus casas, y otras demandas como la puesta en libertad de los reclusos enfermos o mayores de 70 años. Además, incorporaba la solicitud dirigida al Gobierno español para que acceda a trasladar a Euskadi la gestión de las cárceles vascas.

A partir del año que viene, Urkullu y la Secretaría de Paz y Convivencia que dirige Jonan Fernández sumarán un tercer paso en este recorrido con la presentación del nuevo programa del que aún se desconoce el nombre. El modelo que el Gobierno Vasco dará a conocer en 2016 será “más detallado” y recogerá los pasos concretos que cada preso deberá recorrer para la obtención de beneficios penitenciarios que supongan una antesala de la reinserción.

En su intervención parlamentaria, cuyo origen fue una pregunta formulada por el parlamentario del PNV Iñigo Iturrate sobre la evolución del Plan de Paz y Convivencia, el lehendakari repasó el trabajo que su Gobierno ha realizado en esta materia en los dos últimos años y medio. En este listado incluyó el informe sobre la tortura que el Instituto Vasco de Criminología finalizará dentro de un año, la propuesta para aprobar una ley de reconocimiento a víctimas no reconocidas de uso ilegítimo de la violencia y violencia parapolicial, prevista para el otoño de 2016, y el documento Batera, que dará continuidad al acto celebrado hace tres semanas en las jornadas sobre Víctimas del Terrorismo y Sociedad.

Hitzeman. Aprobado en octubre de 2014, este programa piloto ofrece apoyo a la resocialización de los presos a través de procesos legales. Supone una vía individualizada y voluntaria en la que los reclusos tiene la oportunidad de avanzar en la reinserción en clave de reparación moral y reconocimiento de la injusticia infligida a las víctimas. Actualmente, “al menos seis presos” participan en esta iniciativa, según fuentes del Gobierno Vasco.

Zuzen Bidean. Se presentó tres meses más tarde para completar Hitzeman. Suma veinte sugerencias, divididas en diez que ya recoge la legalidad vigente y esbozan el camino a seguir en la reinserción, y otras diez entre las que destacan solicitudes como el fin de la dispersión o la liberación de los presos enfermos y mayores de setenta años.

Nuevo modelo. Aún sin nombre, verá la luz dentro de un año y se basará en el programa Hitz-eman. La diferencia estribará en que este nuevo proyecto “detallado, de reinserción legal y viable” estará adaptado a “nuestra realidad”, según matizó ayer Iñigo Urkullu.