Bilbao - Cuando Podemos comenzó a dar sus primeros pasos, la izquierda abertzale contempló con alborozo su irrupción porque el partido de Pablo Iglesias compartía sus planteamientos económicos y defendía el derecho a decidir. Veía en él un posible socio o una muleta en que apoyarse para conservar la Diputación de Gipuzkoa y extender su influencia a más ayuntamientos tras las elecciones municipales y forales de mayo. Pero poco después llegaron las encuestas, que pusieron sobre la mesa el riesgo de que Podemos arañara apoyos a la izquierda abertzale e incluso la adelantara: el Navarrómetro auguró su victoria en la comunidad foral cuando era la izquierda abertzale quien esperaba dar la sorpresa, y el Euskobarómetro de finales del año pasado reflejaba que el PNV seguiría ganando las elecciones al Parlamento Vasco pero EH Bildu ya no sería la alternativa y quedaría relegada al tercer puesto, por detrás de Podemos. Además, en el supuesto de que Podemos no superara a la izquierda aber-tzale, tampoco sería su muleta, ya que prefiere quedarse en la oposición y no pactar si no gana las elecciones. Así, EH Bildu tiene poco que ganar con la irrupción de Podemos. Puede dividir el voto y rebajar sus opciones. En ese contexto, ayer se afanó en distanciarse y marcar perfil, y criticó sus “loas” a la Guardia Civil y su discurso contra la independencia.
En una entrevista en Radio Euskadi, el presidente de Sortu y parlamentario de EH Bildu, Hasier Arraiz, aseguró que Podemos no les va a “ganar terreno”. A dos bandas, ensalzó por un lado las políticas sociales de su coalición para no perder fuelle entre el electorado más preocupado por el discurso puramente de izquierdas, y también quiso amarrar el voto soberanista recordando que Podemos no defiende la independencia -no se opone a una consulta, pero Iglesias votaría contra la secesión-. En concreto, criticó el reciente discurso de Iglesias en Málaga, donde compareció “deshaciéndose en loas y alabanzas hacia la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército español”; y vio preocupante la posición de Juan Carlos Monedero sobre la independencia, que calificó de sueño no real y que contrapuso a los “cinco siglos de aventura en común” de Catalunya con España.
ambigüedad “Nos parece preocupante no saber qué piensan sobre ciertas cosas. En EH Bildu nos gusta la gente que sabe lo que piensa y nos gustaría saber qué piensa Podemos para poder hablar con ellos y, si es posible, llegar a acuerdos y a espacios de colaboración”, dijo. Lo cierto es que la izquierda abertzale no es la única que aprecia ambigüedades en el discurso de Podemos, sobre todo en el debate del autogobierno y entre los portavoces estatales. La percepción la comparten el PNV y los nacionalistas catalanes de CiU y ERC. En determinados ámbitos opinan que se mueve entre dos aguas para no decepcionar a ningún segmento del electorado y poder ganar las generales de finales de año.
En medios estatales se ha señalado que tampoco ha definido su postura en el debate entre la monarquía y la república, aunque Iglesias cree que sería conveniente que el rey fuera legitimado por los votos y no por cuestiones hereditarias. En cualquier caso, ha pedido una reunión a Felipe VI y cree que tendría muchas posibilidades de ganar una votación porque tiene buena prensa entre los ciudadanos. Esas expresiones y el “¡Vivan las Fuerzas Armadas, viva la Guardia Civil!” que lanzó en un mitin en Málaga para ensalzar a los agentes que quieran poner “las esposas a los corruptos” han levantado ampollas entre el independentismo, que también torció el gesto al ver una bandera rojigualda ondeando en el acto. La visita de Monedero a Donostia ha sido esgrimida igualmente en ámbitos abertzales, ya que no aprovechó para lanzar ningún mensaje sobre el autogobierno o la paz. En otras ocasiones ha asegurado que el modelo territorial es una “minucia nacionalista”, y ha dejado ver que a Podemos le interesa más el discurso económico.
políticas sociales Pero Arraiz también se refirió ayer al mensaje social. Llegó a decir que la forma de arengar a los votantes pidiéndoles que apoyen al partido que más duele al sistema no la ha inventado la formación de Iglesias, sino la izquierda abertzale “hace ya casi treinta años”. A su juicio, EH Bildu está poniendo en práctica desde las instituciones “las políticas que otros solo dicen o hablan”. Puso en valor sus políticas de “justicia social” en un momento en que se expone a que parte del electorado de izquierdas la perciba como una fuerza más centrada en el discurso nacional, en la independencia y la normalización, lo que podría provocar una fuga de votos a Podemos.
En los últimos meses, EH Bildu ha remarcado la vertiente social en la negociación de los Presupuestos del Gobierno Vasco, donde pidió el fin de los recortes; ha pretendido liderar un frente contra el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, para oponerse a la discriminación de los inmigrantes en el acceso a las ayudas sociales; y ha hecho bandera del discurso contra la corrupción en Euskadi. En Nafarroa la apuesta es mucho más evidente. En un territorio donde las acusaciones de irregularidades sí han sido constantes y han acechado a la presidenta Yolanda Barcina por las dietas de Caja Navarra, se presenta a las autonómicas de mayo con la prioridad de activar una auditoría y levantar alfombras. Sigue defendiendo la posible anexión de Nafarroa a la CAV, pero no en primer plano. La pugna con Podemos se prevé ajustada.
Arraiz criticó su postura sobre los pactos postelectorales. “Parece que están dispuestos a dejar que gobiernen partidos que definen como casta, como el PNV, el PP o el PSE, y que no están dispuestos a que una fuerza política que es de izquierdas y que no tiene ningún caso de corrupción y no ha sido definida nunca como casta por ellos mismos pueda gobernar o, incluso, se puedan llegar a acuerdos para el Gobierno”, dijo. Podemos se presentará con su marca a las elecciones forales, y potenciará candidaturas ciudadanas en algunos municipios.