madrid - Aunque buena parte de las formaciones políticas trabajan ya con la hipótesis de que en la próxima legislatura española nadie gobernará con mayoría absoluta y necesitará buscar aliados para procurarse la estabilidad necesaria, el PP no trató de ganarse ayer el favor de la oposición a tan solo unos meses de las elecciones generales de finales de año. Tras dos jornadas de debate de política general, conocido como Debate del Estado de la Nación, el Congreso acogió ayer la votación de las propuestas de resolución de los partidos, y el recuento final de iniciativas aprobadas dejó patente que el PP va camino de acabar la legislatura como la empezó: echando mano de su mayoría absoluta, con contadas concesiones a los grupos. Se sometieron a votación 105 medidas y solo fueron aprobadas 19. Para más señas, 15 eran del PP. La bancada de Mariano Rajoy optó por aprobarse sus propios planteamientos, a veces en solitario, por ejemplo avalando los datos macroeconómicos avanzados por el presidente y las reformas acometidas. Además de la propuesta aprobada a sus socios de UPN, solo tuvo un gesto con CiU, aprobando tres de sus iniciativas, las de puro carácter económico y anticorrupción. A partir de ahí, solo admitió alguna enmienda a sus propias propuestas. El PNV se fue con las manos completamente vacías.
En realidad, los jeltzales tampoco esperaban acabar el debate con un alto porcentaje de éxito. Hasta la fecha solo han arrancado acuerdos a cuentagotas al PP, menos receptivo al gobernar con mayoría absoluta. En los últimos tiempos parece haber empeorado, ya que no han podido introducir ninguna de sus demandas en los Presupuestos vigentes y comienzan a pensar en la próxima legislatura, ya sin mayorías absolutas. Pero lo que chirrió ayer a los jeltzales es que Rajoy ni siquiera aprobara la propuesta que hacía referencia al tren de alta velocidad. El PNV abogaba por entregar al Congreso la planificación presupuestaria y técnica que garantizaría que el TAV opere en 2019, fecha prometida por el propio Gobierno español. El PP no pone en duda su compromiso con 2019, pero se resiste a dar la planificación para llegar a tiempo a esa fecha, lo que no deja de generar cierto desasosiego a los jeltzales, que no tienen a qué aferrarse más allá de la palabra de los populares.
euskadi, al cajón El PP dejó ver nuevamente su desconexión del PNV y, en general, del debate de la paz y el autogobierno en Euskadi, ya que tampoco aprobó las iniciativas de Amaiur en ese sentido. De hecho, se alió con PSOE y UPyD para tumbar todas las proposiciones que hicieran referencia al derecho a decidir, que en esta ocasión le llovieron a Rajoy desde multitud de bancadas como la de Izquierda Plural, Amaiur, CiU o BNG. También vetaron el reconocimiento nacional de Euskadi y Catalunya que exigieron los jeltzales. A pesar del bronco enfrentamiento entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en la primera sesión del debate, volvieron a demostrar que pueden ponerse de acuerdo en los denominados asuntos de Estado. Unas horas antes, el presidente había tildado de “patético” el discurso de Sánchez y le había pedido que no volviera al Congreso a decir ni a hacer nada, y desde el socialismo, a su vez, se especulaba con que Sánchez hubiera apostado por reconducir su discurso hacia la dureza vistas las críticas que había despertado el pacto antiyihadista con el PP. Pero ayer hicieron piña contra el derecho a decidir y también acordaron los ejes de la política exterior.
La propuesta partía de los populares y la completó con enmiendas el socialismo, introduciendo el diálogo interreligioso con foros como la Alianza de Civilizaciones del expresidente Zapatero. Asimismo, los socialistas apoyaron una resolución del PP que reafirmaba el pacto antiyihadista. El entendimiento no evitó que el PP vetara la propuesta de reforma federal de la Constitución propuesta por el PSOE, que tampoco fue apoyada por un PNV que no ve clara la propuesta, no sabe si la singularidad foral saldrá bien parada ni si volvería a instaurarse un café para todos diluyendo a Euskadi. Se prevé que sigan los rifirrafes entre Rajoy y Sánchez, más aún en puertas de las elecciones, pero también que mantengan el acuerdo en cuestiones de Estado.
propuestas del pnv Además de la iniciativa del TAV, otras propuestas jeltzales, como el traspaso de prisiones y ferrocarriles a Euskadi, introducir cambios en la Constitución para reconocer las naciones vasca y catalana, derogar la incomunicación, implicarse en un desarme ordenado y flexibilizar la política penitenciaria también fueron rechazadas. Tampoco prosperaron otras más sociales, como recuperar las dotaciones presupuestarias para garantizar la asistencia a las personas dependientes, punto que el PNV no logró vender a Rajoy a pesar de que esté inmerso en un viraje social con la mirada puesta en las elecciones. El portavoz adjunto del PNV en el Congreso, Pedro Azpiazu, acusó al Gobierno español de “despreciar y desoír” las propuestas de su grupo, y avisó de que “las posiciones electoralistas no deben impedirnos resolver asuntos relevantes, que están encima de la mesa por mucho que se mire para otro lado”. Amaiur tampoco pudo colocar sus propuestas a favor de convocar consultas y que se respete el resultado, a favor de otra política penitenciaria y en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana y el endurecimiento del Código Penal. Recibió el reproche del PP, que le acusó de no distinguir entre víctimas y verdugos.
El PP dejó patente que no cree que tenga un problema con Euskadi, y reservó sus únicos gestos para CiU, aunque fue tajante con la federación en el autogobierno y solo accedió a sus propuestas sobre transparencia, reestructuración de la deuda de las familias y autónomos, y políticas de reindustrialización. En cualquier caso, llamó la atención que CiU fuera el único grupo que logró colar sus planteamientos, quizás por la buena consideración de Moncloa hacia el líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, contrario a la independencia. Los populares se aprobaron a sí mismos las propuestas en apoyo a las medidas que anunció Rajoy en la primera sesión. El secretario del grupo del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, acusó a la oposición de “mantenerse en el no” a las reformas y negar la recuperación. “Les guste o no, el PP está sacando a España a flote”, dijo.
Propuestas aprobadas. Se sometían a votación 105 propuestas, y solo prosperaron 19, 15 de las cuales eran del propio PP. Otra de ellas la presentó UPN -medidas ante la crecida del Ebro-, y tres eran de CiU, aunque ninguna de las que fueron aprobadas por el PP al partido catalán se refería al autogobierno. No hubo más concesiones.
PNV y Amaiur. Todas sus propuestas fueron rechazadas. Además, PP, PSOE y UPyD se unieron para votar en contra del reconocimiento de las naciones vasca y catalana que proponían los jeltzales, y en contra del derecho a decidir que postulaba la coalición abertzale, al igual que Izquierda Plural y CiU.