bilbao - La izquierda abertzale escaló ayer varios peldaños en su confrontación con el PNV. La rueda de prensa prevista en principio para abordar el caso Hiriko derivó en un revoltijo de acusaciones contra los jeltzales, a los que atribuyó haber inyectado dinero público en proyectos de diversa índole simplemente para beneficiar a empresarios de su entorno. Llueve sobre mojado, ya que lleva varias jornadas situando al PNV detrás de los acuerdos que permitieron contratar al socialista Mikel Cabieces en un bufete de abogados por mediación del expresidente de Kutxabank, y también dijo que se habían inflado unas mediciones en las obras de la AP-1 en Gipuzkoa para beneficiar a una ingeniería en cuyo consejo de administración habría jeltzales y socialistas. En sentido estricto, el discurso no es novedoso porque en los últimos años ha interpuesto toda una batería de denuncias a nivel local, y el PNV cree que ha quedado en evidencia su afán electoral porque “ninguna ha prosperado”. Especialmente sonado fue el archivo de la causa contra el exalcalde de Bermeo, Xabier Legarreta. Pero los jeltzales ven que ha recrudecido su estrategia con vistas a las elecciones municipales y forales de mayo, y la incendiaria comparecencia de ayer colmó su paciencia. El PNV salió al paso para lanzar una seria advertencia a EH Bildu, consideró que está rebasando la “decencia política”, y dejó claro que, si persiste en su estrategia para ganar “un puñado de votos”, será muy complicado que puedan llegar a acuerdos.

Los parlamentarios de la coalición Marian Beitialarrangoitia e Igor López de Munain arrancaron su comparecencia con el caso Hiriko, un proyecto automovilístico sufragado con dinero público que quedó en agua de borrajas. Ha sido esgrimido desde distintos ámbitos para desgastar al PNV y acusarlo de ocasionar pérdidas a las arcas vascas con un proyecto a su juicio sin futuro y que fue impulsado por el lehendakari Ibarretxe. Desde otros ámbitos, se precisó que el proyecto pudo haber sido viable, que la Unión Europea lo puso como ejemplo de innovación y que, en todo caso, la culpa recaería en los empresarios que gestionaron incorrectamente los fondos públicos o los destinaron a otras cuestiones. El Gobierno Vasco ha esgrimido la querella del fiscal alavés para recalcar que los empresarios ya han sido señalados. Pero EH Bildu les atribuye cercanía al PNV, y ayer se aferró a esa lectura y la aplicó a otros proyectos que han recibido dinero público y han quedado a medias, como el modelo automovilístico Epsilon, la planta de purines de Karrantza o el polideportivo de Pinosolo en Leioa. Citó el caso Miñano, presunta trama urbanística ligada a la ampliación del parque tecnológico alavés.

EH Bildu opinó que el caso Hiriko ejemplifica “todo un modo de hacer en el que determinados empresarios acceden a ayudas públicas millonarias no por lo que hacen sus empresas, sino por lo que son, por su relación con el PNV”. Fuentes jeltzales explican que, hasta esa comparecencia, el PNV había decidido pasar por alto las acusaciones para no enrarecer más las relaciones, pero creen que ayer se cruzaron todas las líneas. En una comparecencia de urgencia avalada por el EBB y por su presidente Andoni Ortuzar, el parlamentario Iñigo Iturrate comparó a la coalición con Manos Limpias, por “pretender sacar en los tribunales aquello que son incapaces de sacar en las urnas; el problema de EH Bildu es que no consigue quebrar la confianza de los ciudadanos en el PNV”. Además, avisó de que esos ataques son incompatibles con lanzar grandes titulares a la prensa abogando por la unidad abertzale y que dificultarán acuerdos.

Desde Sabin Etxea aclaran que ayer intentaron dar un toque de atención serio a la izquierda abertzale. Un aviso que llega en un momento en que PNV y Sortu habían normalizado su relación y habían mantenido encuentros para intercambiar posturas sobre autogobierno y paz. ¿El golpe sobre la mesa significa que no habrá más reuniones? Las mismas fuentes recalcan que no es su estilo levantarse de la mesa y optar por suspender las relaciones. En cualquier caso, si la izquierda abertzale sigue por esa senda, aunque siga habiendo encuentros, será más difícil que de ahí pueda salir un acuerdo, ya que sus acusaciones minarán la confianza entre ambas formaciones. Según ha podido saber este periódico, la reunión que tenían pendiente desde las fechas navideñas y que había sido aplazada por razones de agenda se celebró hace unos días. Entre otras cuestiones, Sortu tenía previsto presentar al PNV sus propuestas de convivencia para reactivar la Ponencia de Paz. No obstante, al menos de cara al exterior, no se ha hecho público ningún avance.

La izquierda abertzale abogó recientemente por emprender una vía vasca unilateral hacia la independencia, mientras el PNV le reprochó que actuara como si no quedara otra gran tarea pendiente, la paz y la convivencia, en la que también debía avanzarse. Los jeltzales ven necesario cerrar heridas, así como normalizar la convivencia y la relación de Sortu con PSE y PP, no solo porque sea sano, sino porque podría propiciar que los acuerdos sobre autogobierno fueran más ambiciosos y recabaran el apoyo de más partidos. El PNV, además, sigue residenciando el debate en el Parlamento y no en la movilización ciudadana. Sobre paz, instó a Sortu a dar el paso hacia ese nuevo lenguaje que dijo que iba a adoptar. No terminan de verse públicamente los resultados de esa reflexión. Aunque en economía saben que sus modelos son diametralmente opuestos, el PNV había apostado al menos por ser leal y tejer acuerdos institucionales.

“que euskadi sea españa” Fuentes jeltzales lamentan que espoleen casos “no para buscar la condena, sino para buscar la pena del telediario, el desgaste: si buscaran una condena, ya hubieran desistido al ver que sus denuncias eran archivadas”. “Están haciendo daño al país, trasladando la imagen de que es un país corrupto. Quieren que Euskadi sea España por un puñado de votos”, dicen.

Mientras EH Bildu señaló al portavoz de Lakua, Josu Erkoreka, como el jeltzale que negoció ayudas para Hiriko con el expresidente Zapatero -“seguro que no fue por la solidez del proyecto, así que más sencillo es pensar que algo tuvo que ver que sus principales impulsores fueran compañeros de partido”, dijo-, Iturrate avisó de que su estrategia “dificulta, por no decir que imposibilita, la consecución de acuerdos”. “Atribuyó las críticas a la necesidad de apretar filas en un momento de “división interna”.

Sortu ha pasado de apostar por “una nueva fase de relaciones con el PNV” -lo dijo Hasier Arraiz tras la reunión con el lehendakari en octubre- y pedir gobiernos por el derecho a decidir, a luchar por la mayoría absoluta en Gipuzkoa al ver que los jeltzales abogaban por gobiernos estables sobre propuestas concretas.