Madrid - No y no. La propuesta del PSOE para arrancar un debate sobre la reforma de la Constitución española cae en saco roto. El PP ya adelantó ayer que su rodillo parlamentario tumbará la petición socialista, que fue registrada solo dos horas antes en la cámara con la mayor de las solemnidades por el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, consciente este de que la cerrazón de los populares de cambiar algo para que todo siga igual, en concreto Catalunya, le dará munición con la que atacar a Rajoy. ¿El argumento del PP para no abrir el melón constitucional? Que “no es oportuno ni necesario”.

Así de contundente fue el secretario general el PP en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro -quien suena para sustituir a Alfonso Alonso en la portavocía del Grupo Popular-, como también lo fue el vicesecretario de Política Autonómica y Local de los conservadores, Javier Arenas, que tachó la propuesta de “disparate”. Rajoy no habló en pública pero sí fuentes de La Moncloa, que se encargaron de transmitir la respuesta del presidente del Gobierno español a la llamada telefónica que le realizó minutos antes de registrar la propuesta el propio Sánchez, quien no había hablado con el jefe del Ejecutivo desde la crisis del ébola, allá por el mes de octubre.

Según estas fuentes, en la conversación Rajoy zanjó este asunto, porque como ya ha reprochado en anteriores ocasiones el PSOE no concreta esa reforma constitucional. Lo cierto es que la presentación de la propuesta socialista para abrir un debate en el Congreso no sirve, una vez más, para despejar la nebulosa en la que se mueve el PSOE desde que en 2012 formuló la necesidad de una reforma constitucional en sentido federal que mitigara el creciente independentismo en Catalunya.

La propuesta socialista se queda a medio camino al proponer una “subcomisión en el seno de la Comisión Constitucional” de la Cámara Baja que aborde el “estudio” de la reforma “parcial” de la llamada Carta Magna, y “delimite” los aspectos de dicha modificación tras la comparecencia de expertos y una vez oídas las instituciones y comunidades autónomas.

hechos diferenciales Ya de salida, el PSOE limita la reforma a tres objetivos: garantizar los derechos sociales, entre ellos salud, educación y pensiones; “modernizar la democracia” con medidas contra la corrupción, y en último lugar revisar el modelo de Estado “con perspectiva federal”, delimitando las competencias, consagrando los principios de financiación y solidaridad intercomunidades, y “reconociendo las singularidades y hechos diferenciales de algunas comunidades autónomas”.

Nada de esto parece convencer a Rajoy. Ya hace un mes el mandatario español dejó entrever que la propuesta de reforma del PSOE quiere “contentar” a los nacionalistas catalanes y preguntó si el federalismo de los socialistas es “asimétrico o simétrico”. Según fuentes del Ejecutivo, ayer reprochó a Sánchez que no se puede iniciar una iniciativa tal si es de forma unilateral, sobre todo si puede afectar a la estabilidad política e institucional en el Estado español. También le criticó por hablar de medidas contra la corrupción cuando las semana pasada Sánchez se negó a respaldar las propuestas que planteó Rajoy.

El popular Bermúdez de Castro puso voz a este argumentario al considerar que abrir este debate “no es oportuno ni necesario, ni se puede jugar con el marco de estabilidad, de conveniencia y con el modelo territorial”. “Con la reforma constitucional no se puede frivolizar”, remachó.

Pedro Sánchez insistió en que el PSOE “solo pide que se abra el debate” sobre la reforma constitucional. “Si el cerrojo de la mayoría absoluta del PP dice no a abrir el debate, creo que tenemos un problema”, insistió. A juicio del líder socialista, se trata de un instrumento para “reconstruir muchos de los consensos que están rotos en la sociedad española”.

conmemoración sin autonomías El PSOE quiso hacer coincidir el registro de su prepuesta con las jornadas de puertas abiertas del Congreso con motivo del Día de la Constitución, que se conmemorará mañana con un acto al que solo acudirán cuatro presidentes autonómicos: Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Alberto Fabra (Comunidad Valenciana), Luisa Fernanda Rudi (Aragón) y Alberto Garre (Murcia).