el cairo - El expresidente egipcio Hosni Mubarak fue absuelto ayer de los cargos de complicidad por la muerte de manifestantes durante las revueltas que acabaron son su mandato en 2011, en un fallo judicial que la sociedad egipcia ha recibido dividida. El tribunal declaró nula esta causa por considerar que Mubarak no fue acusado en un primer momento del fallecimiento de los contestatarios, dijo uno de los abogados de la acusación, Asaad Hekal.
Quienes sí estuvieron presentes en esa vista fueron el entonces ministro de Interior, Habib al Adli, y seis de sus ayudantes, que fueron absueltos de este caso.
El proceso contra el expresidente egipcio, cuyo fallo fue recibido con aplausos por los presentes en la sala, comenzó el 13 de abril de 2013, después de que en enero de ese año una corte anulara por “irregularidades” la condena a cadena perpetua impuesta contra él y Al Adli por la muerte de manifestantes. “No he hecho nada malo”, dijo Mubarak al periodista egipcio del canal de televisión Sada el Balad, Ahmed Musa, después del juicio y antes de volver al hospital militar donde se encuentra ingresado y desde donde saludó a sus simpatizantes. Además, el expresidente egipcio también fue declarado no culpable de corrupción por la exportación de crudo a Israel a precios inferiores a los del mercado.
También fue absuelto, junto a sus hijos Alaa y Gamal, de haber recibido cinco villas en la localidad de Sharm el Sheij (en el sur de la península del Sinaí) de manos del empresario Husein Salem, tras considerar el juez que el caso ha prescrito. Finalmente, el caso de apropiación indebida de fondos públicos en relación con el presupuesto de los palacios presidenciales, tampoco le afectará debido a que ha prescrito.
Sin embargo, por ese mismo caso, sus hijos permanecerán en prisión un año más, hasta que cumplan los cuatro años de condena a los que fueron condenados por el tribunal que les juzgó en su momento.
“No me puedo creer cómo pueden condenar a muerte a gente que se quedó solo un año en el poder (en referencia a los Hermanos Musulmanes) y absuelven a los que se quedaron 35 años”, dijo el miembro de la oficina política del movimiento juvenil del 6 de Abril -instigador de la revolución de 2011-, Mohamed Nabil. Además, Nabil aseguró que “todo esto fue planeado por Mubarak y las Fuerzas Armadas antes de la revolución del 25 de enero (de 2011), no puede ser una coincidencia”.
lágrimas de rabia La plaza cairota de Tahrir, epicentro de la revolución que derrocó a Mubarak el 11 de febrero de 2011, recibió la noticia en calma, con escasas personas que criticaban la decisión judicial minutos después de ser pronunciado el fallo.
“La sentencia es injusta, el mundo entero ha visto cómo nos mataron en la revolución”, dijo Bosaina Said, la primera manifestante, que apareció a las 12 del mediodía al grito de ‘¡Que caiga, que caiga, Hosni Mubarak’!”, el mismo lema con el que empezaron las revueltas. Con lágrimas en los ojos, Said se preguntó “¿Por qué todos han sido absueltos?”, incluyendo Al Adli, que también se cuestionó si “los que murieron en esta plaza no valen nada”.
Conforme pasaban los minutos, algún viandante se acercó a la emblemática plaza, como el abogado Helmi Negm, para mostrar su apoyo al fallo judicial. “La sentencia ha sido normal, como en cualquier país del mundo donde la justicia es independiente”, señaló.
alambradas en torno a tahrir No obstante, y para evitar concentraciones incómodas, horas más tarde, el Ejército selló las entradas a la plaza, desplegando alambradas de espino y tanquetas armadas. Caída la noche, más de 1.000 personas contrarias a la decisión del juez se concentraron pacíficamente en la plaza Abdelmuneim Riad, vecina a Tahrir.
Los manifestantes entonaron cánticos como “¡El pueblo quiere derrocar al régimen!” y lemas contra el presidente Abdelfatah al Sisi y el Ejército.
Entre los defensores de la absolución de Mubarak se encuentran también los antiguos miembros del ilegalizado Partido Nacional Democrático (PND), dirigido por el expresidente egipcio. “Es un fallo justo y que responde a la verdad”, señaló el exintegrante del PND, Magdi Kurdi. El antiguo compañero de Mubarak acusó al grupo chií libanés Hizbulá, la organización islamista palestina Hamás, la Guardia Revolucionaria de Irán y los Hermanos Musulmanes egipcios de ser los responsables de la muerte de los manifestantes.
“Estos pasaban las noches en lugares cerca de (la plaza) Tahrir para poder matar a la gente con facilidad”, afirmó Kurdi.
Una vez conocida la sentencia, la Fiscalía está estudiando recurrir el fallo y remitirlo al Tribunal de Casación, cuya decisión sería definitiva. Si así sucediera, los acusados deberían permanecer detenidos; en el caso de Mubarak, seguiría en el hospital militar de Maadi, en El Cairo, adonde fue trasladado por su precario estado de salud desde la cercana prisión de Tora.