FERGUSON. Además, las fuerzas de seguridad requisaron dos armas y un coctel molotov, precisó el jefe de policía del condado de San Luis, Jon Belmer, citado por medios locales.
Según pudo constatar Efe, la pasada noche resultó más tranquila que la del lunes en la céntrica avenida South Florissant de Ferguson, epicentro de las protestas desde que en agosto el policía blanco Darren Wilson mató a Brown.
En esa calle se encuentra el Departamento de Policía de Ferguson, punto de concentración de los manifestantes en esa localidad aledaña a San Luis, la mayor concentración urbana del estado de Misuri.
La fuerte presencia de la Guardia Nacional, una fuerza militar de reserva que envió unos 2.000 efectivos, impidió una repetición de los graves disturbios del lunes, cuando más de ochenta personas fueron detenidas, una docena de edificios ardieron y hubo saqueos y disparos al aire.
Estos altercados ocurrieron en protesta por el fallo del jurado investigador de no imputar a Wilson por la muerte de Brown, a quien el agente mató a tiros el pasado 9 de agosto después de que el joven robara unos paquetes de cigarrillos en una tienda, en circunstancias aún por esclarecer.
Sin embargo, ayer martes, cuando también se registraron protestas en 170 ciudades de todo Estados Unidos, la situación fue de una mayor calma en Ferguson, "Tuvimos una noche mucho mejor", afirmó hoy el capitán de Patrulla de Autopistas de Misuri, Ronald S. Johnson, en declaraciones al diario "St Louis Post Dispatch". "No creo que nadie pensara que (los disturbios del lunes) iban a ser de esa magnitud", agregó Johnson.
Con todo, los manifestantes protagonizaron actos aislados de vandalismo, como el ataque a un vehículo de policía que dañaron y volcaron cerca del Ayuntamiento, edificio en el que, según el periódico, varios individuos rompieron ventanas.
La muerte de Brown, de 18 años, provocó el pasado agosto una ola de protestas y disturbios y reabrió el debate sobre el uso de la fuerza excesiva y la discriminación racial por parte de la Policía.
El agente Darren Wilson señaló ayer en una entrevista en la cadena de televisión ABC que lamenta el suceso, si bien tiene "la conciencia tranquila".
Wilson sostiene que Brown le agredió e intentó apoderarse de su arma, versión que expuso ante el tribunal investigador y que contradice el relato de algunos testigos, entre ellos un amigo que acompañaba a la víctima.
Según esos testigos, el agente efectuó varios disparos contra el joven cuando éste iba desarmado y con los brazos en alto, en actitud de sometimiento.