BILBAO. Esta es una de las consideraciones que hace el primer Informe específico sobre la exclusión y el desarrollo social en el País Vasco en 2013 elaborado por la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (Foessa), presentado hoy en Bilbao por el responsable de Estudios de Cáritas España, Kiko Lorenzo.

Este primer estudio sobre la situación de la pobreza en Euskadi apunta que sólo el 38,1 % de la población vasca no se ha visto afectada económicamente por esta crisis, mientras que quienes están en riesgo severo de exclusión y pobreza son el 16,7 % de la población, unas 113.000 personas.

También ha alertado de que los hogares con más riesgo de caer en la pobreza si se prolonga la actual situación económica son aquellos donde viven hijos menores.

En concreto, el 44,3 % de los hogares vascos se encuentra afectado de alguna manera por la crisis, mientras que el 17,4 % sufren ya una afección severa de la pobreza.

El perfil-tipo de la pobreza en Euskadi se corresponde con un varón de 55 años, español o nacional de algún país de la UE a 15, con estudios bajos o muy bajos, desempleado y sin ingresos.

El riesgo de exclusión social también se incrementa entre los jóvenes que no logran encontrar trabajo estable pese a su preparación y entre los mayores de 45 años que se han quedado sin trabajo y no ven la forma de conseguir uno nuevo, pese a su dilatada experiencia profesional.

Los recortes de los servicios públicos han hecho, según este informe, que 2 de cada 10 personas se encuentren afectadas por la exclusión sanitaria en lo referido, fundamentalmente, a la imposibilidad de seguir los tratamientos médicos prescritos (en el 9,1 % de los hogares) y de asegurar una alimentación suficiente y equilibrada (en el 6,1 % de las familias).

La encuesta revela también que 4 de cada 10 hogares vascos ha tenido que reducir los gastos destinados a alimentación, un 8,4 % no puede asegurar la ingesta de proteínas al menos tres veces por semana y el 8,9 % no puede adquirir alimentos para una dieta adecuada.

Estos datos evidencian, en opinión de Kiko Lorenzo, que "la prolongada crisis no ha afectado por igual a todas las personas, sino que ha golpeado especialmente a quienes ya estaban en peor situación económica y de exclusión social".

Ha apuntado que las políticas de recortes de los servicios públicos como educación, sanidad o vivienda tampoco han sido "neutrales" a la hora de situar al borde de la pobreza a casi la mitad de la población vasca.

Lorenzo ha opinado que el crecimiento económico, por sí mismo, tampoco soluciona el problema de la pobreza, por lo que ha abogado por un cambio del modelo económico que contribuya a redistribuir mejor la riqueza que genera el país y del sistema de protección social.

El presidente de Cáritas Euskadi, Carlos Bargos, por su parte, ha defendido, para superar la situación de pobreza y riesgo de caer en ella, el mantenimiento y "refuerzo" de la Renta de Garantía de Ingresos, que se considere el gasto social como una inversión y que se dé prioridad a la instauración de políticas sociales eficaces.