NUEVA YORK. Desde el trágico atentado, los habitantes de Nueva York han tratado no solo de superar el duro golpe, sino también de plantearse qué hacer con las ruinas del complejo, que suma una extensión de seis hectáreas y media. El brutal atentado dejó más de 3.000 muertos y no todos los restos mortales han podido localizarse e identificarse. Por respeto a las víctimas, muchas voces opinaron que sería mejor olvidar la 'Zona Cero', nombre con el que empezó a conocerse el recinto tras el 11-S.
Un comisario de la Autoridad Portuaria de Nueva York, Scott H. Rechler, ha comentado con 'The Washington Post' la etapa posterior al atentado. Rechler ha explicado que primero hubo "un período de luto y patriotismo". Más adelante, se convirtió en un momento "en el que plantearse qué hacer con todo eso". Rechler ha asegurado que el último punto de la superación del atentado fue "cómo vamos a hacerlo".
El rascacielos neoyorquino cuenta con una base de 20 pisos hechos de acero y hormigón para sostenerlo. El director ejecutivo de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, Patrick Foye, ha elogiado el edificio llamándolo "el complejo de oficinas más seguro de Estados Unidos".
Sin embargo, la huella del atentado no ha mermado la capacidad de Nueva York de seguir siendo uno de los centros financieros más importantes del mundo. La población de Manhattan se ha triplicado desde entonces y varios cocineros de prestigio ya han anunciado que abrirán restaurantes en lugares cercanos al nuevo One World Trade Center. La famosa editora Condé Nast, que publica revistas como 'Vanity Fair' o 'Vogue', abrirá mañana sus nuevas oficinas, que ocuparán casi un tercio de la nueva torre.