donostia - El facilitador del Grupo Internacional de Contacto (GIC) y abogado sudafricano Brian Currin constató ayer que el desarme de ETA “en algún momento tiene que implicar la colaboración de los Gobiernos español y francés”. A su entender, “el proceso de paz no tiene que verse retrasado por encontrar una solución para el desarme, que tendrá que ocurrir”. Según explicó, la inutilización de los arsenales “sirve para persuadir a la gente de que una organización está comprometida con la paz. Aquí hay una aceptación general de los partidos políticos de que la campaña violenta ha concluido y nunca volverá”.

Por esta razón, no consideró el desarme tan prioritario como lo ha sido en otros procesos de paz de otras partes del mundo. Aun así, Currin, de visita estos días a Euskadi, insistió en que “claro que el desarme tiene que ocurrir. Desde el punto de vista práctico no se pueden tener zulos indefinidamente”.

El abogado sudafricano incidió en “la brecha” que supone que ETA se niegue a entregar sus arsenales al Estado español y que el Gobierno español, “que espera que ETA entregue sus armas a la Policía y a la Guardia Civil”, no acepte la tarea de una comisión internacional. “¿Se imaginan a Kofi Annan u otros entrando en secreto en Francia para ver unas armas fuera de la visión de los gobiernos, sin su colaboración?”, interpeló el abogado al auditorio del Aquarium donostiarra, antes de hablar de unas “garantías legales” para abordar el proceso de desarme.

Currin también vio obstáculos burocráticos en otra cuestión como es la de los presos. “Es importante convencer a los Gobiernos español y francés que se tienen que cumplir los tratados universales”, aseguró en referencia a la dispersión y a la puesta en libertad de los reclusos gravemente enfermos y mayores de 70 años. Vista la situación de “bloqueo” actual, llamó a “encontrar una forma de conseguir la transferencia de la competencia de Prisiones”: “Ahí creo que los partidos abertzales, los movimientos sociales y el pueblo deben trabajar para lograr lo que en Catalunya tienen”.

El tercer “reto” que abordó el abogado sudafricano fue el de las víctimas, donde percibió que en Euskadi “poco a poco se está empezando a enfrentar con el pasado doloroso. Es admirable”. Tras dos citas de Nelson Mandela, Currin llamó a “encontrar una forma de lograr un resultado en el que queráis que ambos lados aparezcan como víctimas”.

Junto a Currin también intervinieron los miembros del GIC Ray Kendall y Alberto Spektorowski. El primero, exsecretario general de la Interpol, reconoció que por su antigua profesión, hubiera reaccionado ante ETA tal y como lo hace el Gobierno español: “Como algo policial y terrorista, pero me di cuenta de que si no encontramos soluciones políticas añadidas a la policial, no va a funcionar”. Kendall coincidió con Currin en la necesidad de “crear unas condiciones políticas y legales” para el desarme de ETA.