"Euskadi es pro Eduardo". De esta manera tan gráfica describe la situación la parlamentaria socialista Natalia Rojo, quien coordina la recogida de avales entre los militantes alaveses que permitan al diputado vasco Eduardo Madina concurrir a la elección del 13 de julio abierta a todos los afiliados del PSOE y de la que saldrá el sustituto de Alfredo Pérez Rubalcaba.

El viernes arrancó la carrera por la recogida de firmas, primer requisito del proceso congresual que terminará a finales de julio con la renovación de la cúpula del PSOE tras la pérdida de más de dos millones y medio de votos en las pasadas elecciones europeas. Primer requisito pero también frontera infranqueable que puede propiciar que los aspirantes testimoniales -ayer se contaban ya siete siete pretendientes a nuevo secretario general y pueden ir subiendo- se caigan de la plancha a las primeras de cambio. Solo aquellos que superen antes del próximo día 27 las 9.874 firmas serán proclamados candidatos formalmente. Más allá de todo eso, el número de avales recogidos servirá para medir la fortaleza de cada candidato de cara al 13 de julio.

Esta primera semana es fundamental , así que ayer mismo los aspirantes se lanzaron a la carretera para hacer campaña. Es significativo que el vizcaíno Eduardo Madina haya comenzado su gira por su tierra, por Bilbao, por la casa del pueblo donde es afiliado, la de Deusto. Numéricamente la afiliación vasca tiene escasa incidencia en el cómputo global ya que solo 5.250 militantes de los 197.468 que tiene el PSOE son vascos. Pero la importancia para Madina de estas firmas reside en lo simbólico que resultaría un respaldo de las bases del PSE a su compañero, más allá de que voto a voto, aval a aval, con independencia del territorio de procedencia, se hace un candidato.

Todo apunta a que será Eduardo Madina el pretendiente que acabe recogiendo más avales en Euskadi. Aparte de ser per se uno de los favoritos de la carrera interna y de que su maquinaria electoral parece muy bien engrasada, es vasco y no solo por eso, pero también, "tiene muy buena prensa entre los socialistas vascos", explica Dani Díez, amigo del diputado, a quien precedió al frente de Juventudes Socialistas de Euskadi-Egaz y que fue jefe de gabinete de Patxi López mientras este fue lehendakari. Este atractivo no es un fenómeno nuevo, según Díez, que evoca que en la elecciones generales de 2008, en las que el candidato José Luis Rodríguez Zapatero arrasó también en Euskadi, quien encabezaba la plancha socialista por Bizkaia era Madina, obteniendo un "resultado histórico" de 233.371 votos. Una marca en la que influyó "el tirón que Eduardo tiene en Euskadi", resume Díez.

Es de la misma opinión el alcalde de Portugalete y número dos de los socialistas vizcaínos, Mikel Torres, quien días después de que Patxi López renunciara a cualquier aspiración que pudiera tener por la Secretaría General del PSOE confesó ante la flor y nata del PSE que votará a favor de su amigo Madina. "Eduardo tiene un enorme ascendiente entre los socialistas vascos, desde luego mucho mayor que cualquier otro candidato", puntualiza el primer edil, que el viernes reconocía estar recibiendo llamadas de personas que querían estampar su firma por Madina.

Lo cierto es que este proceso congresual del PSOE poco tiene que ver con los anteriores, y por eso el propio aspirante vasco lo califica de "histórico". Recuerda Mikel Torres que por primera vez los militantes tendrán "libertad total de elección" y que la designación del nuevo secretario general no podrá ser "dirigida" por los aparatos territoriales del partido. También muy próxima a Madina, Natalia Rojo sostiene que gracias al órdago que lanzó el diputado de un militante, un voto "las bases socialistas pueden elegir, de ahí su apoyo" al candidato vasco.

Esta última circunstancia trastoca completamente el poder del aparato del partido en la elección del próximo secretario general del PSOE. Cada militante emitirá su voto en la urna de manera secreta, de forma que es imposible condicionar el resultado a las querencias o componendas de cualquier Ejecutiva. Desde el PSE ya se ha dicho que no habrá "pronunciamiento orgánico" a favor de ningún candidato. Patxi López es el mejor ejemplo de esta ecuanimidad, por lo menos de cara a la galería, al no querer pronunciarse respecto a la candidatura de su compañero y amigo Madina. El único foro del PSE en que sus dirigentes se han pronunciado fue el Comité Nacional de pasado día 3, donde solo dos dirigentes, además de Torres, anunciaron que iban a votar a Madina. Fueron el expresidente del Senado Javier Rojo, y Francisco Berjón, presidente de la agrupación de Deusto donde milita Madina.

EL PARTIDO NO SE PRONUNCIA Lejos de considerar esta postura de la Ejecutiva del PSE como un signo de distanciamiento respecto al candidato vizcaíno, Natalia Rojo considera "positivo" que los líderes socialistas en Euskadi "no se hayan pronunciado. Es mejor que no digan nada". El caso de la parlamentaria vasca es singular porque está implicada en la campaña a favor del aspirante vasco al tiempo que miembro de la Ejecutiva del PSE en su calidad de secretaria de ONGs y Movimientos Sociales. "Patxi López sabe que estoy con Eduardo desde que empezó a sopesar presentarse a las primarias de noviembre". Cuando el secretario general del PSE amagó con hacer lo mismo, Natalia Rojo siguió con su apuesta por Madina. "Creo que Eduardo va a ganar en Euskadi por amplia mayoría porque nos consta que mucha gente que habría votado a Patxi si se hubiese presentado va a apoyarle".

La parlamentaria, que califica a Madina de "líder social" que "aportará aire fresco" al PSOE, hace cábalas sobre qué habría pasado si los dos socialistas vascos se hubieran enfrentado por la secretaría general: "En ese caso, las bases en Euskadi habrían tenido el corazón dividido".

De Madina se ha dicho que tiene escasa conexión con el partido en Euskadi, pese a que fue concejal en Sestao, líder de las Juventudes Socialistas de Euskadi-Egaz, y es diputado por Bizkaia desde el año 2004 y miembro de su dirección, algo que recuerdan tanto Dani Díez como Mikel Torres. Este afirma que "sigue muy ligado al País Vasco, a su cuadrilla de amigos de siempre, tiene piso en Bilbao y viene cada quince días". "No tiene el perfil del político que coge su maleta, va a Madrid y se olvida", abunda Díez.