gasteiz - El PNV reiteró ayer el éxito electoral logrado hace un lustro y volvió a ser la opción que más votos sumó entre la ciudadanía vasca, con un éxito cimentado en el peso poblacional de Bizkaia. Al igual que en 2009, la formación jeltzale rozó el 28% de los sufragios emitidos en las más de dos mil mesas electorales distribuidas en la CAV, aunque la plancha de EH Bildu resultó vencedora en dos de los tres territorios vascos al alcanzar una previsible victoria en Gipuzkoa y lograr un sorprendente primer puesto entre las preferencias de la ciudadanía alavesa, donde el PP, gestor de la Diputación y el Ayuntamiento de Vitoria, tuvo que conformarse con el tercer puesto del escalafón territorial por detrás del PNV.

Pero el retroceso de los populares no se limitó a Álava, su plaza fuerte en la CAV. Y no fueron los únicos. El tándem constitucionalista PSOE-PP sufrió un severo correctivo en los colegios electorales de Euskadi y se dejó cerca de la mitad de los apoyos de 2009.

La pugna nacionalista que pone en evidencia el actual reparto de escaños en el Parlamento Vasco se traslada así a las urnas continentales para ratificar el auge de estas opciones frente a los proyectos estatales de socialistas y populares. Los jeltzales experimentaron una ligera perdida de votos, pero mantienen el grueso de apoyos que auparon a Iñigo Urkullu a Lehendakaritza; ahora bien, a un año vista de las elecciones municipales y forales, el verdadero examen donde tanto el PNV como EH Bildu pondrán toda la carne en el asador para ser la primera opción política de la ciudadanía vasca, Urkullu y los suyos obtuvieron una nueva prueba de que el rival a batir será la izquierda abertzale.

La clave de este reto futuro demostrará dónde está el techo de la coalición soberanista, que en la cita de ayer superó los datos registrados hace cinco años incluso si a esos votos sumamos los sufragios que por su cuenta cosecharon en 2009 Aralar y Eusko Alkartasuna, socios hoy en día junto a Alternatiba de la izquierda abertzale en EH Bildu.

Si los socialistas vascos, por su parte, tenían alguna expectativa creada en torno a la respuesta que la sociedad vasca podía dar a esta opción en un momento en el que su líder, Patxi López, podría postularse como futuro secretario general del PSOE, cualquier aspiración saltó por los aires. El partido de la rosa perdió en Euskadi la mitad de los respaldos que recaudó en las anteriores elecciones europeas y figura como tercera fuerza con un pobre 14%.

La historia se repite al analizar la evolución del voto del PP. Arantza Quiroga se enfrentaba a su primera cita con las urnas desde que sus compañeros la ratificaron como presidenta del partido en la CAV, pero el cambio de timón no varió el rumbo en dirección al retroceso y, además, con la significativa ausencia del que fuera líder del PP en la CAV, Carlos Iturgaiz, de la nueva Eurocámara.

Con el 10% de los sufragios, los populares superan tan solo en tres puntos a Podemos, la gran revelación en el ámbito estatal de la jornada electoral. La irrupción de Pablo Iglesias y los suyos en la escena política española tuvo también su fiel reflejo en los colegios vascos y superó a alternativas consolidadas en los últimos años y con experiencia en el trabajo institucional como Izquierda Unida o UPyD.

Las planchas lideradas por Willy Meyer y Francisco Sosa Wagner se vieron beneficiadas por el fracaso de la habitual bipolarización tanto en estas elecciones como en los comicios generales. IU creció hasta alcanzar el 5,5% de los votos, muy por encima de unos resultados que en 2009 ni siquiera otorgaron a la lista progresista el 2% de las preferencias vascas. UPyD, por su parte, mantiene su avance y duplica en la CAV el respaldo de la anterior cita electoral.

El llamamiento generalizado de los partidos a la ciudadanía para esquivar una vergonzante abstención desmedida dio sus frutos y los vascos participaron en mayor medida que en 2009 en la cita electoral, pese a que las elecciones europeas mantienen en este ámbito un índice cercano al 56%.