vitoria - Aún no tienen edad de votar en las elecciones del 25 de mayo, pero son los votantes del futuro. ¿Los estudiantes saben qué es la Unión Europea (UE)? ¿Qué poder tiene el Parlamento Europeo, cómo influyen las decisiones de la Comisión y del Banco Central Europeo en sus vidas? ¿Guardan estas decisiones alguna relación con que cada vez se sustituya más tarde a sus profesores cuando se ponen enfermos, se recorten las ayudas a la compra de libros o no se arreglen las goteras del gimnasio de la ikastola?

Según la directora de Innovación Educativa del Gobierno Vasco, Begoña Garamendi, "la cuestión de la Unión Europa se trata en el currículum de la Educación Básica de Euskadi tanto en Primaria como en Secundaria". Explica que el currículum "incluye temas relacionados con la vida más próxima del alumnado mediante el estudio del proceso de construcción de la UE, los tratados y las sucesivas ampliaciones y los efectos positivos del ingreso en la UE para Euskal Herria, que concluyen con las ventajas de la ciudadanía europea".

Garamendi considera que Europa está experimentando transformaciones "muy importantes" y que su proceso de unificación es un proyecto "de enorme trascendencia y abierto al futuro" que deberá ser decidido, en gran medida, por la generación de estudiantes que actualmente se están formando en las aulas. De ahí, dice, "la importancia de que conozcan las características del mismo: origen, fundamentos ideológicos, instituciones, funcionamiento, etc., así como de las posibles ventajas e inconvenientes que comportará su progresiva articulación política y social".

En 5º y 6º de Primaria dentro de Conocimiento del Medio se presentan contenidos relacionados con el entorno físico (paisaje) y políticos (países) o sociales (migraciones), todo ello orientado hacia la comprensión del funcionamiento de la sociedad desde el entorno social más próximo, Euskal Herria, hasta el más lejano, Europa. Y en Ciencias Sociales, Geografía e Historia de 3º y 4º de la ESO se trata la localización e interpretación en diferentes representaciones (mapas, planos, fotografías aéreas y otros medios tecnológicos) de elementos relevantes de geografía física y política de Europa y también se estudia la organización territorial y política de la Unión Europea.

Pero en el mundo de la enseñanza existe el currículo oficial y el currículum oculto, el currículum no escrito que se establece entre el profesor y su aula. Y aquí parece que las cosas cambian un poco. "Con la Unión Europea pasa como con la Transición cuando nosotros estudiábamos en EGB, nunca se llega a abordar de lleno", afirma Iñaki Valencia, profesor de Economía en el Instituto Botikazar (Bilbao), uno de los cinco institutos vascos que desde el año 2006 participan en el programa ELOS, "una red europea integrada por 200 centros educativos de 15 países con el fin de introducir aún más la dimensión europea y la internacionalización en el currículum", afirma Conchi Bergera, coordinadora de la red en Euskadi y responsable de Proyectos Europeos del Gobierno Vasco.

Voluntad del profesor Para Iñaki Valencia "la enseñanza de la cuestión europea recae en la voluntad de profesores que vemos la importancia que tiene. Hay profesores que estamos empeñados en esto, pero sin duda este empeño no es general. Somos cuatro y lo peor es que no toma fuerza". Valencia argumenta que en el decreto curricular que establece los contenidos de su asignatura -Economía de 1º de Bachillerato- "no aparece recogido el proceso de constitución de la Unión". Y su asignatura no es una excepción. En este sentido dice que materias como Historia, Geografía o Filosofía, que podrían abordar de algún modo la cuestión de Europa, "lo hacen con un enfoque anterior a la constitución de la Comunidad Económica Europea", que se creó con la firma del Tratado de Roma el 25 de marzo de 1957.

A juicio de este docente "del mismo modo que hablamos de nuestro Concierto Económico, de los fueros, que también hay que conocer porque tenemos la autonomía fiscal que tenemos, también hay que conocer lo básico de la UE". Valencia no cree que esta realidad sea exclusiva de la escuela vasca. Las dos últimas legislaturas el sector constitucionalista ha acusado de sectario al sistema educativo por abordar la dimensión histórica, cultural y lingüística de Euskal Herria. Esta percepción se tradujo en la eliminación del término Euskal Herria de los decretos de Educación Básica y Bachillerato -aunque, al parecer, no de las aulas vascas- por parte de la exconsejera socialista de Educación, Isabel Celaá.

La escuela abierta a Europa La responsable de Proyectos Europeos del Gobierno vasco resta validez a este planteamiento porque "la escuela vasca está abierta a Europa". "Nuestra tendencia a mirarnos hacia dentro nos estimula a conocer lo que pasa fuera de nuestras fronteras". Asegura que "una vez se genera entusiasmo sobre la cuestión europea, se crea una cierta adicción en los centros que han participado en los programas europeos, bien a través de intercambios reales de los alumnos con otros países o a través de plataformas de colaboración on line".

Conchi Bergera estima que "no hay diferencias significativas" en el tratamiento del tema europeo en los sistemas educativos de los diferentes países de la Unión. Opina, además, que el europeísmo o el euroescepticismo de un gobierno concreto no llega a impregnar sus leyes educativas. "Hemos hecho un estudio sobre la situación de partida de todos los países y la situación de la cuestión de Europa en el currículum es bastante similar", comenta Bergera. "Quizá en Holanda, que es el coordinador en origen de la red ELOS, se lo han tomado más en serio y quizá sí que han destinado más medios para que la cuestión de Europa sea una materia específica".

Según explica su coordinadora en Euskadi, tomar parte en esta red "ayuda a mejorar el currículum educativo. Aportamos y compartimos experiencias con centros de otros países, lo cual enriquece a todas las partes. Tratamos e implementamos temas muy dispares: desde la economía o la ecología a las nuevas tecnologías, matemáticas o educación física". En definitiva, ELOS pretende preparar a sus 500 estudiantes vascos para ser ciudadanos globales, adquiriendo competencias europeas y lingüísticas a través de distintas actividades de intercambio con otros centros del continente.

Para Bergera, el principal logro del programa es "crear un perfil de alumnado abierto al mundo en el que le va a tocar vivir". Y es que "si nosotros como profesores, como adultos, nos hemos tenido que mover de nuestro entorno para estudiar o trabajar, estos chavales lo tendrán que hacer aún más".

Idoia Zapirain, coordinadora de los Proyectos Europeos del Instituto Aniturri (Agurain), añade que los intercambios de sus alumnos con estudiantes de otros países han ayudado a "que no tengan miedo a viajar. Se motivan mucho a la hora de aprender otra lengua porque lo hacen para poder entender y comunicarse con otros chavales como ellos que viven en otros países. También les ha ayudado a superar las posibles barreras ante lo diferente, a acercarse a personas y culturas diferentes". Y en el caso del Instituto Aniturri, "si no fuera por estos intercambios, no habrían salido nunca de Agurain con estas edades. Nuestros estudiantes cogen con nosotros su primer avión".

Iñaki Valencia comparte los beneficios de participar en este u otros programas europeos para el Instituto Botikazar (Bilbao). No obstante, el profesor lanza una advertencia: "Ojo, reconozco que el planteamiento de dar importancia a Europa en un centro es bastante excepcional". E insiste en que "el currículum básico, el currículum oficial que se imparte en la escuela vasca no recoge la dimensión europea de forma adecuada. No lo hace, es un no rotundo, enorme". En cambio, Valencia cree "fundamental poder acercar la realidad europea a chavales que todavía no pueden votar pero que dentro de dos años podrán hacerlo. Es una manera de fomentar su espíritu crítico".

Una isla en el sistema Y, según su experiencia, el alumnado responde muy bien a propuestas de este estilo. "Cuando estos chavales empezaron en setiembre conmigo no eran conscientes de que actualmente vivimos con una política delegada, no sabían qué era el Banco Central Europeo. Hoy escuchan Frankfurt y saben que el presidente del Banco Central Europeo es Mario Draghi, han oído o han leído algo de las conferencias de prensa que da mensualmente Draghi. Y sí que son conscientes de muchas cosas, por ejemplo, de cuáles son los intereses que tiene la Unión Europea en el problema de Ucrania". Por tanto, dice, "me doy con un canto en los dientes si en nueve meses han acercado temas que escuchan en los medios o leen en la prensa pero que no sabían qué eran y de ponerle un significado en sus vidas".

Dentro de uno de los convenios multilaterales que tiene Botikazar han desarrollado un proyecto por el cual han analizado las propuestas migratorias que plantean los partidos políticos de cara a las elecciones del 25 de mayo. La experiencia ha sido interesante por dos motivos. Por un lado, comenta Valencia, "para saber qué es el Parlamento Europeo y los problemas que tiene para desplegar su poder, porque hoy en día su capacidad de decisión sigue siendo muy residual". Y, por otro lado, añade, para "conocer qué es lo que plantean los partidos que se presentan a las elecciones europeas en materia de inmigración. Y, claro, los chavales se han dado cuenta de la poca importancia que los partidos están dando a esta cuestión". Se dice que los borrachos y los niños son los únicos que no mienten. ¿Tendrán razón en esto? ¿Serán los estudiantes de hoy los que en el futuro den lecciones y exijan responsabilidades a nuestros políticos?

Identidad: Ane Sorasu Lasa

(15 años)

Estudios: 1º de Bachillerato, Urola Ikastola (Azpeitia)

Futuro: "Ir por Letras, pero no he decidido qué estudiar".