MADRID. Según sus cálculos, si un fumador consume de media una cajetilla de tabaco al día - con un precio de 4,50 euros-, un fumador puede gastar al año 1.643 euros; mientras los vapeadores consumen una media de 1 bote de 10 miligramos cada cinco días, lo que significa un consumo anual de 73 botes, o lo que es lo mismo, 292 euros al año -siendo el precio medio del bote 4 euros-, a lo que hay que sumar el cigarrillo y sus complementos que cuesta de media 33 euros, por tanto estima que el gasto es de 325 euros al año.
"Estamos hablando en una repercusión no sólo en el bolsillo de los consumidores, sino también en su salud. Las personas que se pasan al vapeo fuman menos, así lo constatan diversos informes y estudios de la comunidad científica, pero además, como hemos comprobado, consiguen ahorrarse mucho dinero si utilizan el cigarrillo electrónico", afirma Manuel Muñoz, presidente de ANCE.
Por otro lado, analizando el perfil de los consumidores se ha observado que, "a pesar de que el cigarrillo electrónico no es un producto para dejar de fumar", por el mero hecho de pasarse a esta alternativa los vapeadores reducen considerablemente el consumo de tabaco.
"El cigarrillo electrónico es un producto exclusivamente para fumadores. Está orientado a mayores de edad que ya tienen el hábito de fumar y que lo imitan a través del vapeo, ya que está demostrado que es menos perjudicial que el tabaco y además genera un ahorro considerable al consumidor", recuerda Muñoz.
Así, se ha observado que los consumidores del cigarrillo electrónico suelen ser varones, entre los 30 y los 35 años, que son fumadores habituales; teniendo en cuenta sus datos, estiman que, "a pesar de la coyuntura económica", en tres años han llegado a alcanzar 800.000 vapeadores, además de más de 3.100 puntos de venta en España y a unas ventas superiores a los 24 millones de euros en 2013.