GASTEIZ. La Fundación Buesa ha celebrado esta tarde en el Museo Artium de Gasteiz un acto en memoria del dirigente socialista alavés Fernando Buesa y del ertzaina Jorge Díez, asesinados por ETA el 22 de febrero de 2000.
El acto ha contado con la participación de todos los partidos políticos, así como del magistrado vasco Grande-Marlaska, que ha sido invitado para dar su visión sobre la aplicación de la legalidad frente a la violencia terrorista.
En su discurso, la presidenta de la Fundación y viuda de Fernando Buesa, Natividad Rodríguez, ha dicho que pese a que desde hace dos años ya nadie teme por su vida, hoy hay que seguir reclamando la desaparición de ETA.
La viuda del político socialista asesinado por ETA ha recordado que el recurso a la violencia terrorista "no fue un opción inevitable por un supuesto conflicto, sino una trágica elección libre de quienes optaron por imponer sus ideas por la fuerza".
Ha animado a las víctimas del terrorismo a "resistir en el papel" que les ha asignado la vida de "dar testimonio de lo ocurrido, para que el olvido sea imposible y se construya un relato verdadero".
La hija de Fernando Buesa y vicepresidenta de la Fundación que lleva su nombre, Sara, ha hecho un alegato en favor de la tolerancia como base para una convivencia armónica en la sociedad vasca.
Ha explicado que en Euskadi "la intolerancia y la falta de aceptación del pluralismo han sido el germen del fanatismo asesino de ETA", cuya violencia tenía el objetivo de "imponer un proyecto político totalitario y excluyente".
Ha lamentado que la idea de que el proyecto de los totalitarios debía ser asumido por todos "por las buenas o por las malas" permanece "muy presente en algunos discursos de hoy en día", y ha recordado que la superación de las consecuencias de la violencia no será posible sin el respeto a los valores de "verdad, memoria y justicia".
"Necesitamos una memoria ética, un relato veraz, que permita conocer lo que realmente ha sucedido -ha sentenciado- y la memoria tiene que estar también vinculada a la justicia, evitando un olvido que lleve a la impunidad".
No obstante, ha añadido que la justicia, tal y como establecen las leyes, también debe buscar la reinserción social de los presos, porque "todo ser humano que ha actuado mal, ha pagado por ello y ha manifestado su arrepentimiento y deseo de cambio merece una segunda oportunidad".
Por su parte, el magistrado vasco, partidario de investigar los más de 300 crímenes de ETA que no se han esclarecido, ha asegurado que el cese de la actividad armada no ha implicado un parón en la justicia, porque si lo hubiera sería "un obstáculo" para el Estado de derecho, y ha afirmado que aunque la banda deje las armas, habrá "impunidad cero".
En cuanto a la posibilidad de resocialización de los presos de ETA, ha recordado que la ley general penitenciaria exige tres supuestos, el reconocimiento del daño causado, la voluntad de repararlo y la petición de perdón.