El portazo en materia migratoria de Suiza a la Unión Europea le puede salir caro al país helvético. Por lo pronto el mensaje lanzado ayer por todas las instituciones europeas, desde el Ejecutivo comunitario, hasta la Eurocámara pasando por el Consejo fue unánime: si el gobierno de la confederación helvética introduce por ley -tiene un plazo de tres años- un sistema de cuotas limitando el acceso de ciudadanos europeos a su territorio habrá consecuencias porque Suiza estaría violando el acuerdo de libre circulación firmado con la UE en 1999. Una violación que dejaría en suspenso otra media docena de pactos bilaterales en materia de investigación, agricultura o transportes y que harían, según fuentes de la UE, la vida a ambos lados de la frontera mucho más complicada.

"La Comisión Europea tiene ahora que evaluar la situación y los pasos a dar pero la libre circulación de personas es fundamental en la UE", recordó el ministro belga de exteriores, Didier Reynders. "Habrá consecuencias. Uno no puede liquidar la libre circulación de los ciudadanos. No se puede tener un acceso privilegiado al mercado interior de la UE y luego diluir la libre circulación", añadió su colega y vecino, el luxemburgués Jean Asselborn. Palabras del malestar y la preocupación con la que reaccionaron ayer muchos dirigentes europeos, en Bruselas y en muchas otras capitales europeas.

represalias Aunque de momento prefieren no hablar de represalias es evidente que una decisión de este calado las tendrá y algunas podrían producirse muy pronto. Este es el caso de la extensión de los beneficios de la libre circulación a los ciudadanos de Croacia, miembro de la UE desde el pasado 1 de julio. Si Suiza decide paralizar esta decisión, la UE paralizaría las negociaciones sobre el programa de investigación Horizon 2020 y el de las becas Erasmus +. "La pelota ahora está en el tejado de Suiza. Son ellos los que tienen que decidir que hacer con esta iniciativa", insisten fuentes de la UE sobre la cocina interna que le toca hacer ahora al Ejecutivo de Berna. "No tratamos de minimizar el resultado porque las cuotas no tienen cabida en un acuerdo como el que tenemos", aseguran.

De hecho, si el gobierno suizo continua adelante con el mandato del pueblo y una de las dos partes termina denunciando el acuerdo de libre circulación automáticamente quedarían tocados media docena de acuerdos en materia de agricultura, apertura del transporte aéreo y terrestre, investigación o acceso a mercados públicos debido a una cláusula guillotina que los dejaría en suspenso. Mientras Berna se decide, Bruselas recomienda seguir negociando. Está previsto que este miércoles el comité de representantes permanentes apruebe mandato para negociar un acuerdo institucional con Suiza que incluya todos los pactos sectoriales.