BILBAO. El verso suelto del PP apareció de nuevo en escena para poner voz al sector ausente en la convención de Valladolid. Esperanza Aguirre no perdió la ocasión de hacerse notar y reforzar el mensaje sobre el terrorismo que predican los afines a José María Aznar y Jaime Mayor Oreja, y disentir de la tesis que tratan de trasladar tanto Génova como los populares de la CAV liderados por Arantza Quiroga. "ETA no ha sido derrotada por mucho que haya gentes" dentro del partido "que creen que sí", espetó la expresidenta de la Comunidad de Madrid, rebatiendo las manifestaciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que aseguró que la banda "está absolutamente derrotada" aunque todavía no se haya disuelto.
Las impresiones de Aguirre tuvieron que retumbar en los oídos de Quiroga, afanada en los últimos días en expresar la necesidad de emprender una nueva estrategia política en Euskadi para responder al contexto nuevo de ausencia de violencia, y con ello desmarcándose del núcleo duro representado por dirigentes históricos como María San Gil. La lideresa no comparte desde luego esta línea. "ETA sigue viva", recalcó en declaraciones a la Cadena Cope. "ETA está en las instituciones. Lo que tiene que hacer [la banda] si quiere integrarse es dejar las armas, pedir perdón a las víctimas y colaborar con la Justicia porque hay 3.000 asesinatos que siguen sin ser esclarecidos", argumentó Aguirre, discurso más próximo a cierto sector de las víctimas y a quienes han abandonado la nave popular, como José Antonio Ortega Lara o Santiago Abascal, para fundar Vox.
El alegato de la expresidenta llegó justo antes del homenaje realizado en el cónclave a los asesinados por la banda con frases lapidarias al estilo de "hoy ETA languidece. Su agonía obedece al pulso de los demócratas [...] gracias a la unidad de los principales de los partidos". Es más, Fernández Díaz defendió que está "infinitamente más débil" que hace dos años. "Ya no podemos ir contra comandos operativos porque no los hay", describió. En similar sintonía se pronunció la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Marimar Blanco, para quien ETA "sabe que ha sido derrotada", aunque "no se le puede dar el gusto de que no se sientan los auténticos perdedores y vencidos por la división de los demócratas".
Javier Arenas, adalid de las políticas contra el terrorismo de Aznar y Mayor Oreja, se dirigió a la línea dura de la formación, y en concreto a San Gil, para arroparla, lo cual no deja de ser otro recado a Quiroga, que tuvo que salir al paso de las críticas de su expresidenta esta misma semana cuando ésta última dijo que el PP "consentía" lo que a su juicio sucede en la realidad cotidiana de Euskadi. "María [San Gil], de la misma forma que estuvimos, vamos a estar contigo con todas las consecuencias", le consoló Arenas. También aludió al terrorismo el vicesecretario general de Estudios y Programas, Esteban González Pons, apelando a que su partido baje "la prima de riesgo política", al igual que ha bajado el diferencial monetario. "Hay que decirle a los nacionalistas vascos que no existe rescate político de ETA posible", zanjó.
guiño a las víctimas Con el fin de calmar las revueltas aguas en su relación con las víctimas, el PP mostró un vídeo de tributo con el que quiso transmitirles su "respeto". "Mientras nuestro corazón siga latiendo, vuestro recuerdo seguirá vivo", decía, después de la desavenencia pública con la hermana de Gregorio Ordóñez en el homenaje al concejal donostiarra en el aniversario de su asesinato. Al acto de ayer no asistió ninguna organización como tal, sino víctimas a título individual.
Además de Blanco, acudió Pilar Elías, viuda de Ramón Baglieto; amén de imágenes proyectadas de Jesús María Pedrosa y un hijo de Manuel Giménez Abad, donde se debatía sobre la aplicación de la doctrina Parot que tantos quebraderos de cabeza le ha deparado a Rajoy. "No podemos relajarnos, ETA sigue armada, nuestro Estado no debe negociar nunca condiciones políticas con grupos que solo sustentan su fuerza negociadora en el terror", señaló Giménez Abad.
El cónclave popular se cierra hoy con el discurso de Rajoy, que hará hincapié en sus promesas económicas, en la mejora del escenario monetario según los indicadores y en la firmeza contra los desafíos secesionistas. Pero el foco estará puesto en si pone en su sitio, de alguna manera, a quienes han provocado fisuras en la estructura del partido.