barcelona. Fumata blanca. "¿Quiere que Catalunya sea un Estado? Y en caso afirmativo: "¿Que sea independiente?". La primera de las preguntas, así como el segundo interrogante, serán las cuestiones que se someterán a referendo ante la ciudadanía catalana el próximo 9 de noviembre de 2014 tras la entente alcanzada ayer, con sus más y sus menos, entre el Govern y los partidos favorables a la consulta (CiU, ERC, ICV y CUP). Un planteamiento doble que, a priori, trata de reenganchar a los sectores más escépticos con el proceso soberanista, principalmente el PSC pero también a Unió, y que, como admiten algunos de los firmantes del acuerdo, aunque no arroja toda la claridad que algunos demandaban, el objetivo prioritario reside en la intención de movilizar al pueblo catalán y que la participación sea elevada. "Hemos garantizado un acuerdo muy mayoritario introduciendo una pregunta inclusiva, y a su vez clara y concreta", se congratuló Artur Mas.
La cuestión inicial a votar permitirá responder "sí" o "no", y en el supuesto de que se respalde la pretensión de que Catalunya sea un Estado -"en mayúsculas" según el president, aunque la tipología de Estados en el concierto internacional resulta variopinta-, hay prevista esa otra pregunta que tendrá las mismas opciones a la hora de ser contestada. De ahí que el jefe del Ejecutivo aplaudiera que "todo el que desee un cambio de estatus político de Catalunya lo podrá votar, y el que quiera que sea de forma independiente, también". La fecha establecida obedece a la intención de que el Estado español se avenga a un acuerdo con respecto a los marcos legales adecuados para hacer posible el referendo -que para Mas "son muchos"-, aunque tanto el presidente Mariano Rajoy como el líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba ya han garantizado sin ambages que no habrá consulta y que en este terreno Gobierno y oposición caminarán por idéntica senda. Sin embargo, Mas confía aún en que "la mano tendida" que se ofrece a España "facilite que el pueblo catalán pueda decidir su futuro".
En este escenario, el acuerdo ahora debe ser ratificado por los órganos de gobierno de las formaciones participantes del mismo -UDC reconoce que decidirá el voto que pedirá a los ciudadanos dentro de la federación-, y el proceso continuará en el Parlament, donde los partidos comenzarán los trámites hoy mismo para pedir al Gobierno español la trasferencia de la competencia para celebrar referendos a través del artículo 150.2 de la Constitución, mediante una proposición de ley, si bien desde Madrid se insiste en que la consulta carece de encaje legal en la Constitución porque -argumentan- la Carta Magna no autoriza a las comunidades autónomas a someter a referendo cuestiones que afectan a la soberanía nacional, ya que ello -recalcan- "supondría hurtar a los españoles su capacidad de decidir".
La doble interrogante planteada a la ciudadanía no es la mejor herramienta a plasmar en la papeleta a juicio de ERC, que nunca ha titubeado en su fin de independencia, pero sí la más idónea. Lo admitió su líder Oriol Junqueras: "No es la pregunta que deseábamos, por ser larga y encadenada, pero sí la que queremos, por cuanto incluye el término independiente". Pero "tenemos la fuerza parlamentaria que tenemos", recordó el republicano a modo de explicación de que no sea una pregunta como la escocesa, es decir, corta y al grano sobre la independencia. Al menos, Junqueras alaba que "debía ser inclusiva para que se movilice la amplísima mayoría de la sociedad catalana", al tiempo que tiene clara cuál sería su valoración de unos posibles resultados. "Si en la primera parte de la pregunta gana el "sí" y en la segunda gana el "no", el independentismo de Catalunya no habrá ganado", confesó Junqueras, contestando así a quienes perciben en esta doble decisión una especie de as en la manga en una u otra orilla. Eso sí, añadió, "de la misma forma que nosotros aceptaremos esto, esperemos que si gana el "sí" en las dos preguntas los demás también acepten el resultado".
atraer al federalismo El matiz de tratar de ganar adeptos en el proceso con el acuerdo que se ha alcanzado llevó al dirigente de ICV, Joan Herrera, a realizar un llamamiento al PSC porque se ha "incluido" a los federalistas y los posicionamientos de Pere Navarro al poder votar "sí" a la primera interrogante y "no" a la segunda, aunque el líder de los socialistas catalanes negó esta visión de la jugada y se desmarcó del pacto. Sin embargo, Avancem, la corriente crítica del PSC, aseguró que se sienten "incluidos y cómodos" con el redactado de la pregunta, pero consideran precipitado haber fijado ya la fecha. Por su parte, el diputado de la CUP Quim Arrufat abrió la puerta a que la cuestión sometida a sufragio pueda incluso modificarse antes de su celebración porque la ve aún "poco clara", de ahí que "empezaremos a debatir y reflexionar". "Estamos haciendo un acto de cualificación de la política catalana", suscribió Mas tras la cumbre que mantuvo, entre otros, con Junqueras y Herrera, y que se saldó con lo que calificó como un día "histórico".