berlín. Líderes empresariales y medios alemanes conservadores acusaron ayer de "populista" a la nueva coalición de gobierno entre los cristianodemócratas (CDU) de la canciller Angela Merkel y la oposición socialdemócrata (SPD) por el aumento del gasto público que implican sus novedades en política social. Mientras buena parte de Europa exprime sus presupuestos en busca de austeridad, los planes de la llamada gran coalición generarán una carga adicional de 23.000 millones de euros (31.000 millones de dólares) en las cuentas públicas de la primera economía europea. "La CDU y el SPD van en contra de las recetas que recomendaron siempre a los países en crisis", advirtió el diario Die Welt.

"Alemania no puede seguir recetando medidas duras a países que aún tienen muchas reformas por delante, como Italia, y tomarse al mismo tiempo unas cómodas vacaciones en la playa del populismo". El acuerdo de coalición presentado este miércoles tras cinco semanas de negociaciones incluye novedades de tinte social como una rebaja en la edad de jubilación para casos determinados, la creación de un salario mínimo nacional, mejoras en las pensiones para rentas bajas y padres y más inversión en infraestructuras o educación.

un aumento del gasto público Merkel insistió en que esas medidas no implicarán más impuestos y que Alemania cumplirá su objetivo de no contraer más deuda a partir de 2015, pero los economistas se preguntan de dónde saldrá entonces el dinero. "Probablemente no del presupuesto regular", sostuvo en la emisora Deutschlandradio Kultur Michael Bräuniger, director del Instituto de Economía de Hamburgo. Los planes de Merkel "implicarán sin duda subir impuestos o aumentar el déficit. O esperar a ver si la coyuntura lo hace posible".

El presidente de la Cámara de Industria y Comercio, Martin Wansleben, calificó el acuerdo como "una coalición de viento en popa". Las cuentas actuales cierran, pero "no están preparadas para cuando vuelvan las dificultades", advirtió en la cadena ZDF.

Para el economista Christoph Schmidt, miembro del consejo de "cinco sabios" que asesora al gobierno, las nuevas cargas complicarán al sucesor de Merkel dentro de cuatro años. "Sin impuestos y sin más endeudamiento desde 2015, el gasto adicional puede cubrirse hasta 2017, pero después no". El programa de la coalición irritó incluso al ala económica de la CDU de Merkel. Los planes "no son apropiados para mantener y expandir la competitividad de Alemania", señaló el consejo económico de la CDU y la unión de pequeñas y medianas empresas del partido, que lamentó también la falta de medidas para impulsar el crecimiento. El Gobierno se defendió ayer de las acusaciones. El programa "realmente se basa en cálculos sólidos", aseguró el poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Scháuble. "Se trata de un plan prudente, ambicioso pero realista", evaluó en la radio Deutschlandfunk.

Otros analistas recordaron además que, si bien el SPD logró introducir varias de sus propuestas en el acuerdo de coalición, los conservadores de Merkel matizaron fuertemente sus condiciones y rechazaron varias reivindicaciones socialdemócratas, como el aumento de impuestos a las rentas más altas.

Merkel arrasó en las elecciones del 22 de septiembre, pero no llegó a la mayoría absoluta y tuvo que negociar con el SPD una nueva "gran coalición" como la de su primer gobierno (2005-2009). En su segundo mandato (2009-2013) gobernó con los liberales del FDP, pero el partido de centroderecha quedó fuera del nuevo Parlamento en las elecciones de septiembre, lo que forzó a Merkel a buscar nuevo socio. El acuerdo de coalición con el SPD aún es provisorio. El partido lo someterá al voto de sus cerca de 475.000 afiliados. El resultado se conocerá el 14 de diciembre.

El pacto contempla

una mejora de las pensiones, inversiones en educación y reducir la edad de jubilación